Gus: “Empiezas a entender que tus pies están en un nuevo sitio, que tu carrera va avanzando y te da un sentimiento de confianza” [ENTREVISTA]

Ante el cierre de su gira “Quizás Incluso Mañana”, Gus se abrió sobre los recitales, sus emociones, el regreso a su ciudad natal ya consagrado como músico, y los proyectos que planea estrenar este año.

“Tal vez tú y yo nos parecemos más de lo que creemos” es la frase con la que Gus se presenta a sí mismo en Spotify, y más allá de ser una estrella en ascenso, tiene razón. Es un músico y productor de pop urbano muy talentoso, pero también un joven de 25 años con las mismas vivencias y preocupaciones que gran parte de su generación: el amor, el desamor, llegar a fin de mes, la familia, la esperanza, el futuro y la incertidumbre. 

Gustavo Enrique Ortega Urdaneta nació en Valencia, Venezuela en el año 2000, y para 2018 ya era Gus, el joven artista que, instalado en España, lanzaba su primer EP, futura. Desde entonces editó un álbum, un EP y una serie de sencillos, todos cargados con su estilo propio, de pop, pero también con notas de R&B. Además, participó en colaboraciones con artistas muy variados como Paula Cendejas, Sebastian Yatra y Daniel Sabater. 

Mientras cerraba su gira por América Latina con una última fecha en su ciudad natal, Gus se tomó el tiempo de conversar con nosotros sobre el momento actual de su carrera, su mundo emocional y la preparación de su segundo disco. 

¿Cómo viene la gira? Pasaste por varios países, por ejemplo, ¿qué tal las últimas fechas en México?

Las fechas en México han sido increíbles. La verdad es que venía con pocas expectativas, no por nada malo, en verdad, sino porque de verdad no sabía qué esperarme, y fue muy loco. Yo creo que a veces a uno le juega en contra el síndrome del impostor y la duda, pero de repente México me recibió en casa, quizás incluso mejor que en mi propia casa, y me estoy yendo con una sensación de agrado, de cariño muy fuerte.

¡Qué lindo eso! ¿Te pasa seguido esto del síndrome del impostor?

Como a cualquier persona, lo suficiente. Una cantidad buena, pero yo a la vez soy una persona muy optimista y con los pies en la tierra. Gracias a Dios no me gana la mayoría de las veces.

¿Tenés alguna fórmula para combatirlo cuando te ataca la inseguridad?

Yo creo que “tiempo al tiempo” es mi única manera de hacerlo. Dándole tiempo al tiempo, enfocándome únicamente en lo que tengo de frente día a día y dejando que esa bola de nivel se vaya poco a poco.

Volviendo al tour, su nombre es “Quizás Incluso Mañana”, como el paso previo a algo. ¿Cómo llegaste a este nombre, y cómo resuena con tu proceso artístico?

La verdad es que el nombre del tour lo robé de una foto que vi en Twitter. Vi una ilustración que hizo alguien que decía “un día de estos, quizás incluso mañana”. Y últimamente, en el último año, he estado jugando con esta idea de un positivismo muy ambiguo. Me refiero a la idea de que las cosas van a salir bien y no sabes cuándo, entonces tienes que mantenerte siempre expectante y empujando un poco. El año pasado saqué un proyecto llamado “Y SI SE ABREN LOS CIELOS”, que de cierta manera es lo mismo. Es esta idea de qué pasa si lo mejor que te puede pasar sucede. Entonces, en lo que lo vi, me hizo muchísimo click, sobre todo la continuación que tiene decir “¿Y si se abren los cielos? Quizás incluso mañana”. De ahí viene un poco este nombre, que no solamente es la gira, sino el proyecto que estoy trabajando, que estoy terminando y que va a ver la luz en unos pocos meses.

¿Podés compartir algo sobre este proyecto, o todavía es sorpresa?

Tiene vida propia, se está terminando a medida que hablamos. Te puedo decir que hay colaboraciones muy cool. Hace poquito participé en el disco de Sebastian Yatra con una canción llamada ‘París’, y hay un colaborador de ese disco con el que tuve la oportunidad de hacer una canción y eso va a estar en este proyecto mío. Creo que son de las canciones más lindas que he hecho en mi vida, y me tiene emocionado que la gente las pueda escuchar.

Tenés colaboraciones con nombres bastante fuertes y variados: Paula Cendejas, Daniel Sabater, Sebastian Yatra y Álvaro Díaz. ¿Qué buscas en un artista cuando lo invitás o aceptás una invitación a colaborar? ¿Qué es lo que te gusta de esto?

Yo siempre parto de la admiración a ellos. Es este tema de sentirme emocionado por la música que hacen y por la admiración que les tengo, ya sea por cualquier detalle. Por ejemplo, en el caso de Paula, desde el día uno que la escuché, me enamoré de su voz, del color y el timbre que tiene, y la visión que tiene para las producciones. Después hay alguien como Sebastian Yatra. Es una persona que admiro mucho porque ha participado en diferentes mundos y en diferentes cosas, no se ha quedado en una sola. Desde hacer reggaeton hasta merengue, y otras cosas. Esta idea de ser versátil siempre me gustó 

¿Cómo fue el crecimiento orgánico en tus colaboraciones? Es cierto que ganaste visibilidad en el último tiempo, ¿cómo es ese cambio de colaborar con artistas emergentes a compartir cartel con otros más grandes?

Hay algo lindo acerca de eso, que es que ha sucedido tan lento, tan poco a poco, que de cierta manera lo vas normalizando un poco, pero en el buen sentido. Empiezas a entender que tus pies están en un nuevo sitio, que tu carrera va avanzando y te da un sentimiento de confianza. Y eso lo tomo como un crecimiento personal que cada día me creo más.

¿Cómo vivís el tránsito de ser un artista emergente a convertirte en la figura en la que te estás convirtiendo? ¿Cómo se procesa?

Lo siento súper bien. Hay algo que me gusta mucho de lo que tú dices, que es empezar a poder participar como en dos sitios diferentes, que es poder hacer música un poco más comercial, pero a la vez también tener espacios en los cuales participar en ideas alternativas, ideas un poco más raras, pero que como creativo te satisfacen. Y yo lo llevo bien, es algo que me gusta.

¿Estás disfrutando la expectativa que está generando tu identidad?

Sí, sobre todo el hecho de que la gente cada vez se emociona más con mis ideas, y eso obviamente es un cumplido, el hecho de la expectativa de qué va a pasar después, qué va a suceder. Creo que es como un voto de confianza, que de cierta manera uno también tiene que tomar con una responsabilidad y saberlo cumplir. Pero llevamos trabajando bastante tiempo para este momento y yo confío en mis habilidades y en las habilidades de las personas que me rodean para hacer que esta cosa que está sucediendo, siga sucediendo.

¡Genial! ¿Y cómo vivís la conexión con tu público?

Muy bien en verdad. Sobre todo de un tiempo para acá. Creo que en el pasado era algo que me costaba un poco más, entender cómo comunicar y cómo hacer más fuerte y más estrecho ese lazo. Pero justamente con los conciertos, una de las cosas que más he disfrutado es justo el momento de bajarme del escenario, ir directamente a las personas y tener ese momento con ellos de hablar, de entender dónde vienen, de por qué vinieron, de qué fue lo que les atrajo al proyecto, y escuchar sus historias.

Muchas de tus letras parecen hablarle a nuestra generación, de finales de los 90 y principios de los 2000. Creo que somos una generación desencantada con lo que conoce y deseosa de cosas nuevas, y vos pusiste en palabras cosas que queríamos oír. ¿Cómo es tu proceso de escritura y cómo pensás que conecta con tu propia generación? ¿Pensás que un poco nos estás hablando?

Sí, pero con la particularidad de que la intención inicial no es representar al colectivo, sino representar lo individual. A través de hacerlo me he dado cuenta que mientras más honesta e individual sea tu comunicación y tu experiencia en la vida, más se va a poder identificar la gente, porque entonces llegas a esos pensamientos que dices “qué fuerte que está todo”. Nadie lo dijo, pero todos estamos pensando en esto, o todos sentíamos esta sensación de sorpresa. Y le he empezado a agarrar el gusto a eso, a internalizar y entender tanto mis propias experiencias, que al comunicarlas las personas digan “wow, pensé que estaba loco por pensar esto”, pero también lo entendía.

¿Cómo definirías tu proceso de composición? Combinás muchas sonoridades distintas, como lo latino con lo anglosajón. También tenés algún lado más oscuro y alguno más luminoso. ¿Cómo lo manejás? ¿Sos más metódico o más orgánico?

Estoy muy orgánico, lo que fluye hace días ya fluyó, y lo que de repente hoy quiero ser, pues eso soy. Pero siempre permitiéndome ser al día siguiente una cosa totalmente diferente, si es necesario.

Naciste en Venezuela, pero tu éxito se dio más bien en España. ¿Qué significa para vos poder llevar tu show a Venezuela en el marco de una gira?

Nadie es profeta de su tierra y está la idea de salir de tu país, crear un proyecto y crear esta especie de bola de nieve que está creciendo fuera del país y poder traerla de vuelta a casa para las personas que te vieron nacer y crecer. Por ejemplo, es la primera vez que toco en Caracas, que desde hace muchísimo tiempo lo he estado queriendo hacer y la gente me lo ha pedido, y es la segunda vez que toco en Valencia, que es mi ciudad natal. Y aparte, todo esto es como el cierre de gira, entonces es como hacerlo con un broche de oro y traer a casa todas estas cosas que han venido sucediendo últimamente. 

¿Es una experiencia emocionante para vos?

Sí, sí, la estoy viviendo con emoción. También estoy viviendo con un poco de nerviosismo de querer hacer las cosas bien, de querer cerrar todo con un broche de oro y de darle a la gente en casa algo de lo cual sentirse orgullosos.

¿Qué conservás de tu adolescencia en Venezuela a la hora de escribir hoy en día?

El cómo se sentía estar en ese sitio. Yo creo que algo que me he dado cuenta es que el hogar tiene una sensación, más allá de cómo se ve o cómo huele o el frío que hace, es la conexión que uno tiene con esa tierra. Recuerdo mucho la idea de andar manejando por la calle y cómo ves los árboles, cómo sientes el viento en la cara, y esta idea de tener los vidrios abajo e ir escuchando música. Y la música que hago es para eso. Es como ese momento de añorar la vida manejando por esas calles.

Entre tus EP futura y Y SI SE ABREN LOS CIELOS hay un recorrido de seis años. Si hoy pudieras encontrarte con el Gus de 2018, ¿qué le dirías?

Creo que haría mucho énfasis en la paciencia. Ha habido una parte de mí que ha hecho click en este último tiempo y que de verdad ha empezado a entender cómo avanzar de una manera muy linda. Y eso únicamente ha sido posible gracias a entender lo importante que es tomar cada paso lo más lento que puedas, no apurarte, dejar que los procesos naturales ocurran y no saltártelos. Paciencia y entender que lo bonito está en eso, en la experiencia de poder decir, por ejemplo, “ayer estuvimos aquí en Ciudad de México y llenamos un sitio de 600 personas” y el día de mañana poder decir que hicimos el doble. Y únicamente hacer el doble es lindo porque hiciste esa primera fecha y ves ese crecimiento suceder. 

Tu álbum Verano, por siempre fue autoeditado. ¿Te gustaría seguir explorando tu producción? ¿Para vos implica un control sobre tu obra?

Acabas de dar en una tecla que veo muy cierta, que es que me parece creativamente esencial el poder tener el control de tus ideas y de los tiempos en los cuales expresas tus ideas. Sobre todo porque algo que me he dado cuenta mucho últimamente es que hay algo muy importante en el tiempo entre que nace una idea y te emociona hasta que sale. Hay una energía cuando la sacas y todavía te emociona y te representa, que es importante conservar, y eso es más fácil de hacer cuando tú tienes el control de tus decisiones.

¿Qué planes tenés para este año, además de continuar con el tour y seguir trabajando en tu nuevo proyecto? ¿Qué expectativas tenés para todo lo que se viene?

De planes personales, experimentar la vida todo lo que pueda, eso es algo que me parece muy importante en este último tiempo que he aprendido. El balancear de verdad muy bien estas fechas de trabajo, estas fechas en las cuales de repente pasas dos semanas fuera de casa y todos los días son un día diferente de trabajar e intentar cosas, hacer música, tocar en vivo. Balancearlo con momentos de experiencia, de crecer, de dejar que la mente respire. Y después desde el punto de vista profesional, lo que comentábamos, este proyecto muy lindo que va a ver vida posiblemente entre septiembre y octubre, que me emociona mucho. También hay muchas colaboraciones fuera del proyecto con otros artistas que me han regalado la oportunidad de participar en sus proyectos y esas colaboraciones me están emocionando mucho. Soy una persona que mira mucho de cara al futuro, entonces lo que no va a ser para este año, quiero irlo preparando e irlo dejando listo para el año que viene. 

¿Cómo te gustaría que te recuerden y qué tipo de sentimiento te gustaría despertar en el público con todo lo que estás haciendo?

Me gustaría despertar un cariño muy personal, un sentir que esta persona de cierta manera representa una expresión de ellos mismos. Es lo que más he notado cuando hablo con ellos en los shows, el poder ser una voz para las cosas que sienten y que no pueden decir, y me gustaría que fuese esa manera que siga sucediendo.

¿Tenés alguna anécdota especial para contarme, como la historia de alguna canción, algo que te haya pasado de gira, o encuentros con oyentes?

Me pasó algo muy raro el otro día. Hice un pequeño evento para las personas que compraron las primeras entradas para el show de Ciudad de México, había 20 personas y era muy loco, porque al verlos a la cara los reconocía, de verlos en redes sociales, de hablar con ellos allí yque me respondieran historias, y no estoy hablando que son personas que vengo viendo desde hace un año o dos, son personas que vengo viendo desde hace siete años. Muchos de ellos ya me respondían y me hablaban cuando salió mi primera canción que fue ‘frío’ en 2018, y de repente decir “qué locura, estamos frente a frente estrechándonos la mano, dándonos un abrazo siete años después, gracias”. Me sentía como si fueran mis papás y les diera esa oportunidad de verme crecer.

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