Fusionando lo místico y lo onírico, Fer ha creado una experiencia sonora única al colaborar con talentos como Raúl Sotomayor y Wet Baes para dar vida a un nuevo género que ella llama “Fairy Pop”. 

Cada canción parece susurrada por una Fer del futuro, entrelazando introspección y simbolismo en sus letras. En esta entrevista, nos adentramos en su proceso creativo, explorando las fuentes de inspiración detrás de su obra y cómo este proyecto marca un hito en su carrera y vida personal. Fer nos abre las puertas a su universo, revelando cómo su debut explora nuevos territorios sonoros y el simbolismo del “777”, redefiniendo su camino artístico y personal.

Fer, sé que estás estrenando álbum, Lunastasia 777. El título me intriga bastante; suena enigmático y me gustaría saber más. ¿Qué significado personal tiene para ti, tanto el título como los números? ¿De dónde surge la inspiración para llamarlo así?

Pues, fíjate que fue algo muy chistoso porque… siento que en la vida tenemos un montón de alter egos, de personalidades, de seres adentro, ¿no? Que muchas veces nos permiten explorar y ser muchas cosas si realmente lo quieres así. Cuando estaba haciendo el disco, estaba escribiendo la primera rola con mi mejor amigo. Y no sé, o sea, no era Fer la que quería contar esto. Era como algo más. Quería ponerle un nombre, y me acuerdo que me pregunté, ¿cómo se llamaría? Y dije, no sé. Lo dejé ir y pensé, no sé. Le pregunté al universo, pero no me clavé en… vamos a escribir, hacer una lluvia de ideas, y… O sea, nunca surgió así. Y de la nada, como a la hora, sentí que me entró por acá (señala su cabeza) y fue como… Lunastasia. Y así enseguida fue como… Soy Lunastasia. Fue algo muy mágico. Y el 777 es porque así antes se iba a llamar el álbum. Es un número que me persigue. O sea, muchas veces, antes de hacer la suma de los números, ya sé que es un 7. Es un número que me dice por ahí; es como mi número de la suerte. Es el número místico de la intuición, de la introspección. Así que dije, Lunastasia 777 es el nombre del álbum porque así tiene que ser.

Hablando del álbum en particular, me parece una obra que fusiona lo onírico con lo místico, algo que se refleja en cómo te llegó la idea del título. Pero, ¿podrías contarnos un poco más sobre el proceso de creación del álbum desde la perspectiva musical?

Desde hace años tenía muy claro que quería trabajar con Raúl Sotomayor. Con Wet Baes ya había colaborado, y pensé que sería increíble juntar a Wet Baes y a Sotomayor en el estudio para hacer algo completamente diferente. Sus estilos de música son muy distintos, así que juntos podíamos crear algo nuevo, algo que no se ha escuchado antes. Incluso le tuve que poner un nuevo nombre al género: Fairy Pop, como un pop de las hadas. Cuando me preguntan cómo describirlo, a veces no sé cómo expresarlo, pero creo que Fairy Pop lo engloba todo. Les mostraba muchas referencias, incluso visuales, y así empezamos a construir la historia, comenzando por la luz. Trabajábamos los sonidos de manera muy tranquila. Luego, yo trabajaba en parte de la letra y las melodías, y a veces decía, “oye, necesitamos meterle flauta”. Entonces traíamos a un flautista para que le diera ese toque a tres canciones. Fue un proceso muy pausado, sin prisas, y el resultado fue algo que surgió realmente desde el corazón de todos nosotros.

Ahora que mencionas el surrealismo y cómo lo visual te influye, me da la impresión de que esas influencias te persiguen. ¿Hubo alguna película o algún contenido fuera de lo musical que haya servido de inspiración directa para tu álbum?

El surrealismo me encanta. Las pinturas de Remedios Varo siempre están llenas de historias. Alicia en el País de las Maravillas, la primera vez que la vi, me pareció muy bonita. Son de esas historias que no tienen sentido, y cuando era niña pensé: esto es lo que a mí me gusta. Eso que no tiene sentido, en lo que todo habla, todo tiene vida, aunque no tenga lógica, ¿sabes? Ves a Alicia, y algunos la odian, otros la aman. Coraline es otro ejemplo de ese tipo de películas. Ahora salió una que se llama Poor Things y me encantó también. Es como un surrealismo fantasioso, un poco dark, y eso me fascina.

Retomando el punto, Fer, sobre trabajar con Raúl Sotomayor y Wet Baes en tu proyecto, más allá de que son amigos y existe una relación previa, me gustaría saber más sobre cómo fue el proceso de colaboración. ¿Tú los guiaste en la dirección musical o fue un intercambio en el que, a veces, tú liderabas y otras veces eran ellos? ¿O fue un proceso en el que todos aportaban por igual?

Sí, 100%. A veces llegábamos y les decía: “Hoy quiero hacer una rola de Drum and Bass”, como la de ‘Bailando Sola’. Empezábamos con la idea, y si yo la sentía y decía: “No, esto no es lo que esperaba”, volvíamos al estudio y replanteábamos la idea, hacíamos la maqueta. Nos guiábamos mutuamente, obviamente proponíamos ideas musicales, pero al final, tenía que alinearse con lo que yo necesitaba, con referencias como Sonido de los Hongos o Plantasia, que suenan literalmente como hongos. Esa era gran parte de la inspiración. De repente, Andrés aportaba ideas en la batería o añadía sintetizadores, o en la rola de ‘Culpable’, Raúl Sotomayor se clavó mucho en el sound design. En ‘Cuando llegue la noche’, estábamos en el bosque, y mi mejor amigo tocaba la guitarra, y ahí surgió la canción, que luego llevamos al estudio. Realmente fue algo que hicimos juntos de manera muy intensa.

En lo personal, creo que las mejores obras surgen de manera más natural, de adentro hacia afuera, sin tanta planificación. ¿Cómo describirías este proceso? ¿Cómo lo expresarías en tus propias palabras?

Pues es que yo he tenido unas lloradas bien profundas, donde a veces escuchaba los demos y pensaba: ¡Puta, me está hablando una Fer del futuro! Como si esta Fer que escribió la canción supiera que yo me iba a sentir así y que necesitaba escuchar esto. A veces me pregunto, ¿cómo escribí esto? Y luego la escucho y pienso… ¡Es una Fer del futuro! Es increíble cómo la música habla por sí sola. Muchas veces piensas que estás escribiendo sobre algo, pero luego se transforma y resulta que estás hablando de otra cosa. Fue muy bonito bajar de manera personal las rolas. Por ejemplo, en ‘Culpable’ estuve a punto de no querer sacarla porque hablaba de algo muy doloroso para mí. La escribí una noche, como a las 11, en mi sala, sola, con mi micro y mi compu. Era una canción que, al escucharla después, pensaba: ¡Puta, qué nervios sacarla y que todos la escuchen! Viene de un lugar muy vulnerable. ¿Sabes? Te entra el trip de pensar: ¡Puta, sí va a salir! Y al final, recuerdo mucho que Raúl y Andrés me decían: “Pues lo vas a tener que hacer. Es una rola hermosa, súper bonita, de las mejores”. Al final, así es la música, ¿no? Se trata de conectar con tu vulnerabilidad y honestidad, de sacarlo y transmutar esa energía. Entonces sí, soy totalmente una Fer distinta a la que comenzó el álbum, comparada con la que soy ahora que ya salió, en todos los sentidos.

¿Qué se viene para Lunastasia 777? Estás en la etapa de promoción ahora, pero ¿podrías adelantarnos un poco sobre lo que está por venir?

No he anunciado nada, pero ya estamos trabajando en un show. Hay un show grande. Hay cosas que ya vamos a empezar a compartir y, más allá de eso, seguir lanzando música. Me encantaría poder seguir colaborando con artistas que admiro. En algún momento va a suceder, como yo lo veo. Entonces hay que seguir con todo, seguir promocionando el álbum y continuar con la música.

Escucha Lunastasia 777 a continuación: