Travis Birds es una cantante y compositora española, quien explora en su música temas variados sobre las relaciones humanas desde un imaginario de fantasía, en el que la luna, figuras tenebrosas que evocan a grandes amores y los “bichos” son componentes esenciales para la construcción de narrativas, en compañía de guitarras acústicas que generan un ambiente cinemático. Con ayuda de este alter ego, Travis Birds se conecta con el instinto libre y salvaje que muchas veces es reprimido, pero a través de su música, lírica y estética, logra transmitir esa energía animal que rige, inconscientemente, nuestro comportamiento humano.

Después de dos álbumes de estudio, “Año X” (2016) y “La Costa de los Mosquitos” (2021) los cuales la definieron como una promesa en la música actual en español— además de participar en la banda sonora de distintas series y el proyecto de homenaje para Joaquín Sabina—en 2023, la cantante volvió con su tercer álbum de estudio titulado “Perro Deseo”, seguido de una gran gira por las salas de España. Ahora, por primera vez en Latinoamérica, Travis Birds prepara un set mucho más íntimo y acústico.

Un día antes de su primer concierto en la Ciudad de México, tuvimos la oportunidad de platicar con la cantante madrileña sobre cómo comenzó a componer sus propias canciones, su relación tan cercana con su hermana gemela y cómo la imagen de su personaje artístico es la suma de sus ideas y el trabajo colaborativo de personas en las que confía.

¡Travis Birds, bienvenida a México! Cuéntanos un poco del set que tienes preparado para tu concierto en el Foro Tejedor

Volvemos un poco a lo acústico, al inicio de cómo hago las canciones en casa con guitarra y voz. Tengo la suerte de que viene conmigo Marcus Wilson en la guitarra y haremos este formato a dúo, como volviendo al origen de donde salen las canciones. Es emocionante y estoy un poco nerviosa porque venimos de hacer la gira de salas en España con toda la banda y con un formato súper diferente, por lo que volver a esto es más desnudo, más arriesgado.

Y muy íntimo también con los fans

Totalmente. Pasa algo cuando se crea una conexión dentro de este formato con el público que lo hace totalmente inigualable al otro. Por muchos músicos que lleves, hay algo en el acústico, en el tú a tú que se vive y tengo ganas de recordar.

En tus letras tienes todo un imaginario sobre la luna, personajes que tienen una pena de amor o una pena a veces sin nombre y esto me recuerda mucho a los romances españoles. ¿Tiene que ver con tu identidad?

Mucho, me encanta el drama y tener un enfoque un poco irónico. Me gusta mucho acrecentar las cosas y el drama tiene eso. Hay mucho de eso en Travis Birds.

Yo sé que escribías poesía y cuentos antes de componer música. Cuando escribes poesía no piensas “aquí va una guitarra o aquí un piano”, así que ¿cómo fue esta transición de literatura a música?

En el momento que descubrí que podía tocar un instrumento. Yo ya era mayor, tenía 19 años, cuando fue la primera vez que cogí una guitarra y fui aprendiendo a tocarla de forma autodidáctica. Cuando ya tenía más claros algunos acordes, el escribir una canción me salió muy natural. Ese momento me produjo tal satisfacción, ya que siempre que escribía era con música, era un elemento totalmente indispensable para mantenerme inspirada, pero no sabía que yo podía generar eso. El aprender a escribir canciones fue muy orgánico, muy fácil.

Hay una parte visual importante en la identidad de Travis Birds y se puede notar en la ilustración de la portada de “Perreo Deseo”, la cual es psicodélica y folklórica. Cuéntanos más sobre esta parte estética de Travis Birds

Es algo que me resulta muy inspirador, algo de lo que bebo muchísimo para hacer yo mis propias composiciones. Toda esta parte visual siempre he querido que esté ligada a mi trabajo. Me parece que es una representación que complementa muy bien el imaginario de las canciones. Todo el arte del disco lo ha hecho un ilustrador-diseñador americano, Nate Puza, y los videoclips vienen de ideas que a veces tengo y que encuentro a la gente acertada para llevarlas a cabo. Por ejemplo, en ‘Cuando Satán vino a verme’ tenía muy claro lo que quería. A veces me gusta delegar a gente en la que confío, que me gusta mucho cómo trabajan y su visión artística. Enriquecen tus ideas, porque al final todo apesta a ti. Me parece muy bonito y divertido que haya gente que hace una representación de tus ideas.

También hay muchas referencias, leí un comentario en el video de ‘Cuando Satán vino a verme’ que decía que le recordaba mucho a la película Perdidos en Tokio de Sofia Coppola. Incluso el maquillaje de este personaje es como el del Laberinto del Fauno

Totalmente, de hecho, es un guiño. Nos gusta mucho meter guiños de películas, me parece muy bonito. Hicieron muy bien toda la caracterización del personaje.

Sé que tu hermana diseñó una portada de uno de tus discos ¿cómo fue esta colaboración?

Sí, fue para el disco “La Costa de los Mosquitos”.  Mi hermana es una súper artista, dibuja increíble. Somos gemelas, entonces, tenemos una afinidad en la estética y en todo. Por el tipo de disco que era “La Costa de los Mosquitos” y el tipo de dibujo e ilustraciones que hace ella me parecía que iba muy hermanado. Con las dificultades que involucra trabajar con tu hermana al final [entre risas], pero tengo suerte en tenerla y me parece que hizo lo que yo buscaba.

¿Y tú también complementas a la música de tu hermana, quizá una retroalimentación?

Sí, yo creo que nos estamos constantemente retroalimentando la una a la otra. El hecho de ser gemelas y tener esa conexión que existe realmente. Todas estas cosas que cuentan de los gemelos, realmente hay una conexión que no se parece a nada, es como una especie de telepatía. Siempre hacemos referencia de una a la otra para coger perspectiva. A veces acabas de hacer algo y lo enseñamos, puede ser un poco peligroso porque tienes que tener claro lo que te está diciendo y que no esté en un mal momento. Pero sí que nos servimos mucho de espejo.

Es una conexión que realmente no se puede comparar con nada

Sí, no se puede, es verdad. Yo no tengo más hermanos, entonces no sé cómo es tener un hermano que no es gemelo, pero desde luego con mi hermana tengo un vínculo que a veces es difícil de llevar porque si está mal, tú estás mal quieras o no, aunque no te pase nada. A veces es algo tóxico.

Quisiera hablar de estos lugares que están muy presentes en tu música, hablar de recuerdos de infancia de allá en España, ya que sé que viajabas mucho a Granada, entonces ¿cuáles son algunos recuerdos que tienes de lugares que están trasplantados en tu lírica?

¡Wow! Pregunta complicada. Tendría que pensarlo. Mira, por ejemplo, el universo “Bichos”, que va de los insectos, me resulta, no tanto inspirador, pero sí hay una hermandad con mi personalidad, porque hay algo en ese submundo que pasa desapercibido, pero que me resulta muy fantasioso, porque son criaturas pequeñas, un poco mágicas y pueden volar.

De pequeña, mi hermana y yo nos pasábamos la vida cogiendo bichos, entonces creo que eso es algo que viene de mi infancia que al día de hoy me ha servido para alimentar mi personaje, es algo que viene de muy atrás. Se me ocurre eso, por ejemplo; seguramente vendrían más cosas si siguiera pensando.

Hay una parte salvaje que obviamente está en el título, “Perro Deseo”, ¿cómo traduces musicalmente, en la guitarra o piano, esta parte animal?

Buena pregunta. Al final, yo creo que en el momento en el que conectas con tu verdadero instinto y con tu propio animal, ya obtienes cierta inspiración porque es otra perspectiva diferente y además está todo ahí a flor de piel porque todo es muy potente y real todo lo que simboliza el instinto que, al final, es lo que rige todas nuestras acciones. Yo intento mantenerme muy conectada con eso y ahí es cuando intento alejarme un poco de la realidad social y de toda la contaminación que supone toda la vida que tenemos los humanos.

Regresando al tema de tu concierto y esta parte que comentas que hay que separarnos de la realidad ¿cómo se siente que estás en el escenario, en tu propio mundo musical y lírico, y de pronto te das cuenta de que hay gente viéndote?

Todo el inicio del concierto no soy tan consciente de que hay gente, evidentemente sé que hay gente, pero estoy tan metida en la interpretación y en el personaje; entonces la primera mitad del concierto suelo ver a nadie. Sé que ahí está la energía de las personas, pero a medida que va pasando el concierto y cuando llegamos a temas que son más compartidos por el espíritu que tienen, es cuando empiezo a conectar a nivel personal con los demás y comienzo a recibir de forma más nítida lo que se proyecta en el escenario. Ahí bajo a la tierra. Es cuando me doy cuenta de que todas estamos ahí.

Pero me tardo en llegar ahí y es un viaje. Cuando acaba el concierto y tienes toda esa energía en ti, me cuesta un poco asimilarlo. Pero no lo digo porque sea mucha o poca gente, sino porque al final ha pasado algo íntimo y es como salir de una cita y regresar a casa a pensar en lo que ha pasado.

Me encanta esa comparación. Pero ahora, cuéntame de tu personaje Travis Birds. ¿Cómo se construye en relación con el vestuario y el maquillaje porque son elementos muy importantes?

Con eso he tenido bastante ayuda porque a mí me gustan muchas cosas muy distintas y todo muy estrambótico. No siempre sabes elegir el traje; te puede gustar mucho uno para una canción en la producción, pero a tu canción no le va bien, por lo que tienes que saber estéticamente lo que le va a tu canción y lo que no. En ese sentido, me dejo aconsejar y voy aprendiendo porque a veces no tengo la armonía. Como me gustan muchas cosas, las quiero poner todas en la estética. Soy muy barroca en general, pero estoy creciendo en ese sentido, además de que me gusta mezclar.

Sé que en la tarde vas a firmar autógrafos en la Roma Records ¿qué tan importante es para ti la relación con los fans de manera internacional?

Me parece una oportunidad muy bonita para conocer a la gente que está detrás escuchándote y cómo te miran, porque te ven como si te conocieran porque por una parte te conocen. Es una buena oportunidad para saber qué hay del otro lado, porque muchas veces parece un fantasma que no existe, pero en realidad te escuchan e invierten un momento de su vida para venir a verte. Eso lo agradezco muchísimo y me enseña quién es mi público, Me sigue sorprendiendo de lo heterogéneo que es la gente que viene a vernos a los conciertos, tanto en edades como en estilos. Es bastante impresionante.

De pronto se convierten en un espejo de ti

Sí, es como una traducción de las posibles miles traducciones. Es como cuando ves una película con alguien y ella no, entonces ves la película a través de sus ojos. Sabes si le está gustando y eso te cambia la perspectiva. Entonces conocer a la gente te brinda muchas perspectivas sobre ti.

Hiciste una interpretación de una canción de Joaquín Sabina (‘19 Días y 500 Noches’), para México ¿tienes preparado algún cover de un artista mexicano?

Me hubiera encantado. Estaba en los planes. La verdad es que los dos últimos meses han sido una vorágine tremenda y como tuvimos que regresar a lo acústico y preparar el repertorio en cierto modo a contra reloj para venir aquí, no me ha dado tiempo a hacer eso. Pero traigo la versión de Sabina que aquí les encanta y es un guiño para la gente que conoce más que mis canciones.

Felicidades por esta gira en Latinoamérica, los cuales son nuevos lugares por conocer, y también te felicito por tu camino de artista que está en crecimiento. Gracias por venir a México y por esta entrevista para Worked Music

Gracias a ti por el interés y tomarte el tiempo de hacerla. La verdad es que estoy alucinando porque llegué a México, mi primer día para conocer la ciudad, pero todavía no tenía la oportunidad de interactuar, entonces ha sido muy bonito.

Muchas gracias y ya sabes que aquí en México tienes una segunda casa

Muchas gracias y espero seguir volviendo con los años.

Después de sus dos fechas en la Ciudad de México y Guadalajara, Travis Birds continuará sus conciertos en Colombia, específicamente en Medellín y Bogotá.

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