The Horrors: “Esperamos que nuestros discos sean inmersivos y personales para que las personas encuentren sus propias historias, significados y emociones” [ENTREVISTA]

The Horrors están de vuelta mucho más oscuros que nunca. Una evolución que no se conforma con mirar al pasado, sino que se atreve a deformarlo, retorcerlo y convertirlo en un álbum atmosférico y nocturno.

The Horrors, la banda inglesa originaria de Southend, ha aprendido a transformarse y adaptarse a las vicisitudes del tiempo. Así como la noche es un tiempo en el que las cosas parecen cambiantes, The Horrors quiso capturar esos momentos de insomnio y desorientación en su nuevo álbum de estudio Night Life, en el cual regresan a sus raíces góticas. 

Faris Badwan y Rhys Webb, miembros fundadores, comenzaron las grabaciones en el pequeño estudio del departamento londinense de Webb. En el proceso, se sumaron a la banda Jordan Cook en la batería y Amelia Kidd, en el teclado, consolidando así una nueva etapa para la agrupación.  Ambos nuevos miembros aportaron no solo su talento, sino también una energía fresca que terminó de dar forma al oscuro y atmosférico universo de esta nueva entrega. 

Aunque los cambios pueden parecer aterradores y difíciles de afrontar, Rhys Webb confirma que la creación de Night Life fue sorprendentemente disfrutable y, al contrario del nombre del álbum, bastante luminosa.  Este proceso les permitió moverse dentro de una zona de confianza, explorando sonidos etéreos, industriales y oscuros que han definido su identidad en trabajos anteriores.

En estas actividades de promoción del disco, se han anunciado fechas de conciertos en el Reino Unido y se han sumado al line up del festival Hipnosis 2025, realizado en la Ciudad de México.

Ahora que Night Life ya salió al mundo y la gente está empezando a escucharlo o ya lo escuchó, ¿cómo te sientes con el lanzamiento del álbum? Luego de terminarlo, ¿cambió tu relación con él? 

Sí creo que nuestra relación cambió. Bueno, en realidad, es difícil de explicar. Es un álbum muy especial. Fue una experiencia increíble componerlo, crearlo… Tuvimos mucha suerte. La pasamos genial grabando el disco. Tuvimos la oportunidad de ir a Los Ángeles y fue una experiencia muy diferente e intensa componer en conjunto con Faris. Sentimos algo que notamos que era muy especial, y estábamos muy emocionados con el álbum y ansiosos de que la gente lo escuche. Así que hace bastante queremos publicarlo porque, en realidad, queríamos hacerlo a finales del año pasado. Nos sentimos muy bien. Ambos compartimos la sensación de que en este disco hay algo mágico similar a lo que experimentamos con los primeros álbumes, como Primary Colours y Skying. Yo creo que es el mejor disco que hicimos desde ese entonces. Es bastante denso y, en algunas partes, hasta bastante oscuro.

Qué curioso que describas el proceso como feliz, pero que el sonido del disco sea oscuro. 

Sí, tuvimos suerte de haber disfrutado el proceso. Estábamos felices, en realidad, porque sentíamos que estábamos cumpliendo nuestros objetivos, haciendo la música que queríamos hacer. Obviamente, eso fue muy importante para nosotros. Sin embargo, sí, tiene cierto aspecto claustrofóbico, de pesadez, denso. También tiene mucha intimidad creo yo, y creo que eso puede ser porque con Faris hicimos un trabajo bastante intenso juntos. Mucho de lo que hicimos lo compusimos acá, en mi apartamento. Yo tengo una especie de habitación y estudio donde tengo sintetizadores, guitarra, bajo, todo. Creo que esa intensidad definitivamente puede sentirse en la música.

Sí. Los elementos espaciales son muy llamativos: el reverb, el delay, el eco… El enfoque del espacio sonoro es diferente en este álbum en comparación con discos anteriores, ¿cierto? 

Sí. Para nosotros, cada álbum implica un nuevo viaje, una experiencia nueva y diferente. En realidad, es como que todo termina siempre siendo parte de una evolución. Cada álbum progresa y cambia a medida que pasa el tiempo. Esta vez pasamos un buen rato en el estudio explorando y experimentando con ideas. Hubo mucha experimentación electrónica. Amelia vino a unirse a la banda y aportó elementos de producción increíbles. Eso, a nivel sonoro, cambió el rumbo de algunas canciones. Muchos de los demos que teníamos evolucionaron bastante una vez que los llevamos al estudio. Siento que eso es parte de la diversión, el poder tener tiempo en el estudio para experimentar con sonidos nuevos.

Ya que mencionas a Amelia en esta nueva formación, y sabiendo que algunas partes se grabaron en remoto, en particular con Amelia Kidd en Glasgow, ¿cómo hicieron para mantener el hilo al tener sesiones de grabación en diferentes lugares? ¿Esta fragmentación es la causa de esta estética onírica y desorientadora del álbum? 

No lo pensé de esa manera estrictamente. Nos movimos desde mi habitación con el estudio e hicimos algunas cosas en Londres. Todas fueron experiencias diferentes, situaciones diferentes, en lugares también diferentes. Pero cada ubicación por sí misma inspiró y nutrió la música hasta cierto punto. Me parece interesante pensarlo de esa manera. Muchas canciones las compusimos en remoto. No lo pensé demasiado como dices, pero siento que tiene sentido para nosotros. Al principio, le enviábamos canciones a Amelia desde Los Ángeles. Después, la invitamos a que se sumara al estudio que, en realidad, no era realmente un estudio, era un Airbnb al norte de Londres y ella se unió ahí. Por ese motivo no lo sentimos tan fragmentado, porque ella fue sin dudas parte del mundo y la producción del álbum.

También hay una noción de que la noche distorsiona las cosas y que, en realidad, no sabes bien qué es lo que oyes o ves con tus propios sentidos. 

Sí. Claramente, esa fue una inspiración. Muchas de las letras las escribió Faris y son sobre su experiencia nocturna. Durante la composición de este disco, sufrió mucho de insomnio. Entonces salía en medio de la noche, temprano en la madrugada, para ser testigo de qué pasaba a esas horas del día y se amigaba con los zorros callejeros que andaban por la calle. Todo eso inspiró el tono del álbum también, sus aventuras nocturnas. 

Es muy interesante escuchar la manifestación de eso en la música. Algunas canciones se sienten densas, con muchas capas, y en otras el silencio juega un rol principal. ¿Cómo decidieron en qué momentos construir algo grande y en qué otros apuntar al minimalismo? 

Realmente, en este disco quisimos probar y explorar cosas con el espacio. A veces, siento que con The Horrors hemos hecho cosas medio cargadas en estos años. Así que intentamos darle a este álbum una sensación un poco más minimalista. Siempre se trata de ver qué se adapta al clima que queremos y con qué canción va bien. Por ejemplo, «The Silence That Remains» es bastante minimalista y dispersa y, por lo tanto, más inquietante, frágil. Luego, otra como «Trial by Fire» tiene guitarras disonantes, mucha intensidad y una avalancha de ruidos. Se trata de lo que se adecua al clima que queremos y la energía de cada canción.

Qué bueno. Intentan percibir qué es lo que necesita la canción. ¿Hubo algunas canciones que experimentaron un cambio radical desde el demo original hasta su versión final? 

Creo que la que más cambió es «Ariel», la canción que abre el disco. Las voces comenzaron en el demo, la melodía de la voz se generó ahí, y hay una melodía del piano sobre el final, que era el hook principal. Pero en el demo original, era más estilo coldwave o synthwave, con una caja de ritmos. Era medio vieja escuela de algún modo, con un sonido ochentoso. Para mí, esta implicó bastante experimentación porque nunca habíamos hecho una canción que suene así. Tiene un paisaje sonoro muy diferente y bastante cinematográfico. Nos interesa bastante experimentar con ritmos que son nuevos para nosotros, y creo que ese es el caso de «Ariel» en particular. El elemento de la voz femenina también es algo nuevo para nosotros, que atraviesa el disco, sobre todo en «The Silence That Remains». Fue más que nada experimentar y probar ideas nuevas. Creo que esa canción fue en definitiva la que más cambió. 

Ariel me parece un personaje muy interesante. Recién mencionabas la mezcla de las voces del principio con las voces femeninas y, justamente, no se sabe qué género es Ariel. 

Sí, es muy ambiguo. 

¿Cuántas de las herramientas de Night Life son vintage y cuántas digitales? ¿Experimentaron con efectos de saturación de cinta, sintetizadores modulares o entornos de grabación en vivo? 

No usamos sintetizadores modulares, pero sí muchos vintage. En realidad, fue una mezcla. Sí usamos muchos sintetizadores vintage increíbles y unidades de rack viejas con efectos y otros elementos para procesar el sonido. Probamos diferentes sintetizadores y teclados para diferentes melodías. Probamos melodías con todos ellos y experimentamos con las que más nos gustaban. También la programación tiene su parte, está el elemento de las nuevas tecnologías. En principio, los demos los compusimos en Ableton, pero queríamos sacar las melodías de ahí para tocarlas en sintetizadores de verdad. Como siempre, también usamos muchos pedales locos en la guitarra. Somos muy de lo material. No fue grabado todo en vivo en una habitación, pero queríamos asegurarnos de que en todas las canciones haya elementos del vivo y elementos más crudos. Pero tampoco es que le tenemos miedo al futuro, por eso trabajamos con computadoras y Amelia estuvo involucrada editando y cortando los sonidos, porque nos asusta la tecnología. Hacemos una mezcla bastante grande. De nuevo: se trata de qué se adecua mejor a la canción, al sonido. En general, a nosotros nos gustan los sonidos pesados, distorsionados y procesados. La mayoría de las veces obtenemos ese resultado tomando los sonidos y arruinándolos con pedales y amplificadores. 

Claro. Es como abrazar tanto el pasado como el futuro.

Sí, para mí suena bastante moderno. Ni siquiera sé cómo suenan los discos modernos, pero para mí suena a algo nuevo. Eso es estimulante, se siente como algo fresco para The Horrors. Siento que hay sonidos nuevos ahí que podremos desarrollar en el futuro. Como decíamos, las canciones las compusimos antes de que empecemos a trabajar con Amelia en este disco, pero, sin dudas, ella estará presente en la composición a futuro. También me gusta la idea de que haya más de su voz en un álbum. Se abrieron posibilidades nuevas y es genial vernos inmersos en este momento.

Es interesante ver qué les espera a The Horrors en el futuro. 

Sí. ¿Quién sabe? Nosotros no lo sabemos. Antes que nada, estamos ansiosos por tocar en vivo en algunos lugares. Eso sí.

Va a ser increíble. Si alguien se cruzara con Night Life en medio de una noche de insomnio, ¿qué te gustaría que les suceda con el disco? A nivel emocional, sonoro o, incluso, físico, mientras caminan por su ciudad.

Buena pregunta. Ojalá que puedan perderse en la experiencia de la atmósfera que intentamos crear y sientan la energía de las historias que queremos contar con la música. Ojalá inspire sus pensamientos nocturnos en sus ciudades. Que puedan perderse en el mundo del disco es algo que nos encanta que suceda. Esperamos que nuestros discos sean inmersivos y personales para que las personas encuentren sus propias historias, significados y emociones. Es medio complicado de explicar.

Claro. Pareciera que Night Life es el sonido de una ciudad desconocida, al menos yo le di ese sentido.

Sí, podría darle el mismo sentido, definitivamente. Creo que todos tuvimos la idea de una ciudad un poco distópica, que no se sabe realmente si es del futuro. Entiendo perfectamente a lo que te refieres. Es como una ciudad desolada, industrial y hasta fría. Creo que siempre hay cierta calidez y optimismo en nuestra música, pero me gustó mucho ese concepto.

Traducción: Lucero Otero

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