Ruby Palomino: “Empecé a pensar cómo sonaría esta cumbia en rock, este vals en rock, este huayno en rock y comencé a hacer esas mezclas” [ENTREVISTA]

La cantante peruana ganadora de La Voz nos presenta ‘Sonreía’, su nuevo single y adelanto de “No lloraba…sonreía”, su próximo álbum en el que realiza un homenaje a Chabuca Granda en clave de rock.

Ruby Palomino creció entre los sonidos tradicionales de Huancayo gracias a la profesión de sus padres. Más tarde, se topó con la impronta corrosiva del rock, que aportaría una nueva dimensión a su identidad artística. Es así que, del encuentro de ambos mundos, se forjó la carrera musical de Ruby Palomino.

Tras participar en varios concursos de canto y resultar ganadora de La Voz Perú, obtuvo el reconocimiento del público y la industria y se lanzó a presentar al mundo su particular fusión de estilos musicales en la que el rock se amalgama con el huayno, la cumbia amazónica o la música criolla. 

Hace unos días lanzó ‘Sonreía’, un sencillo que anticipa el estreno de “No lloraba…sonreía”, un  álbum de larga duración en el que cantará canciones de Chabuca Granda en tributo a su figura y legado.

Salta a la vista que tienes una vinculación muy estrecha con diversas expresiones de la música tradicional como el huayno, la música criolla o la cumbia amazónica y me preguntaba cómo surgió este apego y cómo se desarrolló a lo largo de tu vida.

Bueno, soy hija de padres folcloristas. Mi padre siempre cultivó el folclore, era parte de un dúo que se llamaba Dúo Mixto Huancayo y hacían huayno, mulizas y todas las vertientes del folclore andino de Perú. Y mi madre hacía folclore lírico, como Ymac Sumac, quien fue nuestra representante en folclor lírico andino en el mundo.

Entonces, yo desde muy niña he escuchado folclore y he crecido cantando folclore. Ya a los ocho o nueve años escuché mi primer grupo de rock, Guns N’ Roses, y me quedé loca. Después, fui investigando con los hermanos mayores de mis amiguitas, que tenían cassettes. Ahí empecé a enamorarme del rock. Entonces, siempre he estado, gracias a Dios, rodeada de música.

Durante la secundaria, me puse a investigar un poco más sobre rock y, cuando acabé a los 16 años, empecé a fusionar el folclore con el rock. Además, me di cuenta que no solo había folclore andino en nuestro país, sino que también había folclore en la costa y en la selva. Entonces, empecé a pensar cómo sonaría esta cumbia en rock, cómo sonaría este vals en rock, cómo sonaría este huayno en rock y comencé a hacer esas mezclas. Hasta mis veintitantos, muchos grupos no aceptaron mi propuesta, todavía eran muy reacios.

Así que cuando empecé a participar en programas de televisión, empiezo con todo ese movimiento que sí existía en el país, pero que no le daban tanta vitrina. Yo era muy fan de grupos de cumbia psicodélica como La Sarita o Los Mirlos. También era muy fan de Uchpa, un grupo que hace rock-blues en quechua.

Aparte, mi color de voz es medio grave y todo el mundo pensaba siempre que mi voz era rara entre las cantantes del folclore peruano, que usualmente cantan en tonos más agudos.

Gracias a los concursos es que pude mostrarle al mundo mi propuesta. Y así es como hago ‘Cholo Soy’, que es un vals en clave de rock que me lleva a ganar el concurso de La Voz aquí en Perú. Y así continué versionando muchas canciones del folclore nacional en rock. 

Imagino que tu paso por La Voz marcó un punto de inflexión en tu vida y permitió llevar al éxito esa versión rockera de ‘Cholo Soy’. Me preguntaba cómo fue esa experiencia, cómo fue tu paso por el programa televisivo y la exposición que eso supone.

Desde muy chica sabía que quería ser artista, solo que era complicado porque mis padres ya eran artistas sabían todos los contras de serlo. Por ese miedo, ellos no querían que yo fuera artista. Entonces, me fui preparando académicamente. Me metí a concursos de canto televisivos. A muchos, pero el más conocido es Yo Soy, aquí en Perú, en el que imité a P!nk.

No era tan fan de P!nk, no conocía mucho de su música. Pero, por mi voz y mi manera de ser daba con todo el perfil. Los concursantes siempre hacen balada, rock , salsa o merengue, como que se encasillan. Y yo lo que quiero es aprovechar la vitrina para que la gente sepa quién soy y sepa mi propuesta musical. Porque yo siempre he tenido claro que los concursos solo duran un tiempo, terminan y qué queda, qué sacas como artista. Más allá de la experiencia, yo quería la exposición. Entonces presente mis maquetas, pero la producción del programa me pedía hacer temas más conocidos. Empecé a cantar canciones conocidas, pero mezcladas con las propuestas de folclore rock. Y pues, gané, fue increíble.

Por ahí, alguna vez me llamaron de México para proponerme estar en un programa de imitación, pero yo ya estaba trabajando con mi nombre, no quería volver a imitar a Pink y no pude llegar a un buen acuerdo. Entonces, seguí con mi propuesta, grabando discos, grabando versiones, también lanzando música propia de rock, de cumbia fusión, siempre experimentando.

Este éxito que has ido cosechando se ha traducido en colaboraciones con grandes figuras de la industria musical peruana como Jesús “El Viejo” Rodríguez, que es un productor peruano ganador de discos de platino, y me preguntaba cómo fue tu proceso de adaptación a trabajar con grandes nombres de esta categoría.

Yo conocí a “El Viejo” Rodríguez en el concurso, era el director musical. Terminó La Voz y lo llamé para trabajar juntos porque es un productor de bastante renombre aquí en Perú. Trabajamos una versión de Chabuca Granda, que se llama Bello Durmiente. A mí me convoca Paco García, poeta y productor que ha sido muy cercano a Chabuca Granda, porque ya me había escuchado cantar valses en rock y le pareció muy buena la propuesta. Me pregunta con quién quisiera trabajar y yo le dije con “El Viejo” Rodríguez porque tiene mucho de esa fusión que yo tengo, me entiende. Él también viene de una familia de folcloristas y es amante del rock. Más allá del grandioso productor que es, tiene un aire conmigo y podemos fluir de una mejor manera. Así es como se empieza el proyecto Chabuca y Paco García nos propone hacer un disco de 11 o 12 temas, totalmente en rock. Y yo pues, bienvenido sea, porque mi madre siempre me ha enseñado a abrazar las oportunidades que te da la vida y es estar preparado para el momento idóneo.

Este 22 de mayo será estrenado ‘Sonreía’, el sencillo que anticipa la publicación de este álbum que mencionas, ‘No lloraba… sonreía’, un homenaje en clave rock a la herencia musical de Chabuca Granda, cuya figura es conocida a nivel continental y mundial. ¿Cuál ha sido la huella que Chabuca Granda ha dejado en ti?

La admiración que yo siento por Chabuca empieza a crecer desde que comienzo a desmenuzar su letra, su poesía, con la ayuda de Paco García. Fui descubriendo lo grandiosa que era ella y lo adelantada que estaba a su tiempo. Tiene canciones que guardan mensajes increíbles, que si te das el tiempo de escuchar más atento las letras, es lo máximo. Yo ya había versionado dos canciones de ella, ‘La flor de la canela’ y ‘Bello durmiente’, pero empiezo a admirarla y amarla de una manera increíble cuando empiezo a conocer sus letras. Dicen que uno no ama lo que no conoce y que el amor y la admiración van de la mano.

Todo el disco se grabó en pandemia y entregarme totalmente a Chabuca para cada canción fue increíble. De alguna manera, fue salvador porque todos tuvimos un despertar increíble en ese tiempo y, para mí, fue ella. Cuando me hablan de pandemia, es Chabuca salvándome y dándome ese abrazo para poder conocerla más. Creo que ella me ha dado con su energía ese permiso para jugar un poco con su legado porque ella decía: “Yo quiero que mi música esté en discotecas”.

Paco García fue entrañable amigo de Chabuca, la conocía muy bien y siempre estuvo detrás de cada canción explicándome qué quería decir con cada cosa desde un punto de vista más poético. Ha sido increíble este trabajo en conjunto con el “Viejo” Rodríguez la parte musical, Paco en la poética y yo desde el lado de la interpretación. Simplemente se trataba de entregarme totalmente a la historia de Chabuca.

Además, no quisiera dejar de mencionar al elenco de técnicos y artistas que hicieron posible esta obra. El equipo musical incluyó al reconocido bajista peruano Oscar Stagnaro de la Berklee College Of Music; a los bateristas  Ryan Cock, de Texas USA, el argentino Martín González y Javier Honorio, de Perú; a los guitarristas Charlie Parra Del Riego, de Perú, y Lucho González, de Argentina histórico guitarrista de Chabuca Granda; así como el estadounidense Philiph Baias, la chelista cubana Cary Rosa Varona, el talentoso vientista peruano Carlos Espinoza y el percusionista “Gigio” Parodi, de Perú. Bajo la guía de Paco García y Jesús “El Viejo” Rodríguez. En cuanto a la ingeniería de mezcla, contamos con Francisco García Ayllón, de Perú, y la masterización fue realizada por Jonatan Montes Polack, de Argentina, junto a Francisco García Ayllón.

Hablemos de la Amazonía peruana, hablemos de Los Mirlos. ¿Cómo fue tu experiencia con ellos y qué pudiste aprender sobre la música y el carácter de la Amazonía del Perú? 

Yo creo que el éxito de Los Mirlos se debe a que se han confabulado la disciplina que han tenido con el momento en que han desarrollado su carrera. Ellos hacen muchas cosas, también un tributo a Los Destellos, una banda que hace cumbia psicodélica. La gente a veces dice: “Ay, pero los artistas hacen puro cover”. Pero hacer un tributo es mantener vivo el legado musical de otros artistas.

Entonces, Los Mirlos están con toda esta energía de la ayahuasca y yo creo que, después de pandemia, mucha gente se ha conectado con la tierra, con la energía de las plantas. La ayahuasca tiene mucho que ver con la cumbia psicodélica, una cumbia que nace en Perú, en la selva, que es una mezcla. Eran músicos amantes del rock experimentando con nuevos sonidos. Si tú escuchas algo de Los Mirlos, dices: “Oye, pero este solo, no sé por qué me recuerda a Led Zeppelin”. O sea, encuentras esa fusión y creo que la música es así, está todo escrito y solo hay que saber cómo mezclarlo. Es por eso que para mí es un orgullo total poder compartir escenario con ellos. Es increíble cómo la música puede llevarte a lugares inimaginables y ellos están ahorita montados en ese sueño, en esa experiencia. Creo que realzar el trabajo de otros también es genial y es lo que precisamente me está pasando a mí con Chabuca.

No sé si avizoras más allá de este álbum en homenaje a Chabuca Granda o si de momento te vas a centrar en su lanzamiento, en su promoción. ¿Puedes hablarnos de tu proyección a futuro? 

Yo tengo ya canciones grabadas, con videoclip y todo, pero he hecho un stop para hacer que este tributo a Chabuca tenga su tiempo y su lugar idóneo. Entonces, tengo canciones propias que están ahí guardadas para lanzarse más adelante. Este álbum en homenaje a Chabuca me hace mucha ilusión porque se ha hecho esperar, es un trabajo increíble que ha tomado mucho tiempo  en el que yo he estado en cuerpo, alma y espíritu. Lo grabé emocionada, amándola y admirándola, es un tributo a ella para que nuevas generaciones puedan conocer lo increíble que era su poesía y si está en un empaque de rock, mucho mejor, porque es un género que yo adoro y en el que me desenvuelvo muy bien. Los grandiosos músicos que participaron compartieron también esa ilusión y emoción dejando lo mejor de sí en cada nota. Así que para toda esa gente amante del rock y amante del legado de Chabuca, se viene un disco que está hecho con mucho cariño, con mucho amor, así que espero que lo abracen y que les guste tanto como a nosotros, a los que hemos estado involucrados.


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