EAC On The Drums: “Un productor no se dedica solamente a hacer beats o arreglos instrumentales o grabar voz, sino es quien dirige el proyecto y quien aporta al contenido emocional de la canción” [ENTREVISTA]

Esteban Alban, conocido como EAC On The Drums, comparte su visión sobre el papel crucial del productor en la música y su colaboración reciente con la artista colombiana Lina Sanabria.

El trabajo de un productor no es fácil y Esteban Alban, también conocido como EAC On The Drums, lo sabe. Pero si que es un trabajo que disfruta y le permite explorar su creatividad y adaptarse a los distintos artistas que trabajan con él.

Lina Sanabria, artista colombiana, apenas estrenó una canción en la que el productor peruano participó, ‘Suerte’ la cual nos habla sobre la introspección, de esta rola Esteban nos contó un poco el cómo logró que los sonidos expresaran un concepto tan amplio como la introspección.

EAC On The Drums nos explicó más acerca del trabajo de un productor y la importancia que tiene la visión de este en un proyecto musical, pues la objetividad que se tiene es necesaria para que el producto final valga la pena.

Eres productor, un rol que a veces no se ve tanto. No he tenido la oportunidad de platicar específicamente con un productor, por lo que me interesa mucho lo que puedas compartir. Hablemos de la canción ‘Suerte’ que lanzaste el mes pasado con Lina Sanabria. ¿Cómo surgió esta colaboración? Entiendo que ella no es de Perú y que el contacto inicial fue a través de redes sociales. ¿Podrías contarme cómo se dio esta conexión?

Pues sí, Lina no es peruana, ella es colombiana. De hecho, la conexión inicialmente se dio a través de Instagram, debido a que tenemos amigos artistas muy en común. Yo conocí a algunos amigos allá de Colombia y ella también los conocía. Y a raíz de un lanzamiento que produjo aquí en Perú, Varados y Manuel Valdez, pues ella escuchó la canción, la reposteó, subió un video cantando y pues me etiquetó. Ahí como que se abrió la conversación en Instagram y nos dimos cuenta que nos seguíamos, nos dimos cuenta de que hacíamos música y que incluso habíamos tenido una especie de conversación antes. Entonces, ahí como que comenzó a nacer un poquito más la amistad. Ya con el paso de las semanas hablando, salió la idea de trabajar una canción juntos. Ella tiene su equipo allá en Colombia, ahí es donde empezó la propuesta de trabajar una canción a distancia.

Estaba escuchando la canción y viendo la letra, y el tema trata sobre la introspección y el mejoramiento personal. Como productor, ¿cómo logras expresar musicalmente lo que el artista quiere decir? ¿Cómo te adaptas a las letras y propuestas que te presentan los artistas, específicamente en el caso de Lina?

Es una pregunta difícil, pero muy acertada sobre el trabajo del productor. La pregunta que haces define en gran parte lo que es ser un productor musical. Un productor no solo hace beats, arreglos instrumentales o graba voces; dirige el proyecto y aporta al contenido emocional de la canción. Cada canción es un mundo diferente. 

Algo especial de esta canción es que cuenta una historia, y cada sección mantiene un nivel de emoción que va creciendo, como una montaña rusa. Toda buena canción debe dirigirse hacia un clímax donde explotan el instrumental y las emociones, todo alineado con lo que sugiere la letra emocionalmente. 

El trabajo del productor es vender una emoción, no solo una canción. Queremos que el público sienta algo profundo, más allá de “qué bonita canción”. Con una canción introspectiva, es más complejo porque se necesita experiencia previa para identificarse con ella, a diferencia de una canción de desamor, que es más universal. Sin embargo, creo que esta canción está bien dirigida en ese sentido y logra conectar la letra con la emoción, preparando al oyente para el clímax emocional del instrumental.

Dices que es diferente, diferente con cada artista, con cada emoción o lo que se quiera transmitir. ¿Cómo puedes producir con diferentes artistas, diferentes canciones, diferentes emociones, pero sin perder tu estilo? 

Bueno, es una buena pregunta. Creo que al trabajar con distintos artistas, los recursos que empleamos en la etapa de producción cambian. Hay canciones que tienen más guitarras acústicas o eléctricas que otras, y el arreglo varía. A menudo tengo un sonido en mente cuando imagino la canción terminada y busco ese sonido específico. En muchas ocasiones son sonidos clásicos. 

Voy a hablar un poco técnico. Por ejemplo, si me imagino una canción de rock, definitivamente quiero una guitarra Fender Stratocaster haciendo octavas en los coros, algo que aparece en muchas de mis canciones de rock. Las últimas cuatro o seis canciones de ese estilo que he producido tienen una Fender Stratocaster haciendo octavas en los coros. Aunque el estilo de rock varíe, hay ciertos elementos que se mantienen. 

Estos arreglos son los que me gusta escuchar en las canciones y pienso que se seguirán disfrutando en el futuro. Esto crea una mezcla que no llamaría “mi sonido” definitivamente, porque es un sonido aprendido de muchas influencias de otros productores y artistas que he conocido y de los que he aprendido a lo largo de mi carrera. Mi sonido aún se sigue moldeando. 

Esto me permite adaptarme a la identidad del artista cuando abordo un proyecto, pero también utilizar recursos que sé que van a funcionar y me llevarán al destino emocional deseado de una forma más eficiente. 

Sobre esto que mencionas, de que hay un momento en el que ya te imaginaste la canción terminada, justo también sobre eso quería preguntarte, ¿Cómo es tu proceso para trabajar con una canción cuando recibes los elementos básicos como la letra y la música? ¿Cómo decides qué elementos añadir y cómo trabajarlos?

Depende mucho del estado en que llega la canción. Hay dos tipos de artistas: aquellos que ya tienen una idea clara y traen una maqueta o demo, y aquellos que no tienen la canción lista y la componemos en el estudio. 

En el primer caso, el proceso consiste en mejorar la calidad de la idea original del artista. Ellos ya tienen una visión de la canción y es difícil cambiar esa idea porque ya se han enamorado de ella. Mi trabajo es encontrar formas de llevar la canción al destino emocional utilizando los recursos que trajeron, lo cual es un camino más difícil.

En el segundo caso, sin una maqueta previa, componemos y arreglamos la canción en el estudio. Aquí puedo concentrarme en la letra y la emoción que se busca evocar, creando un arreglo instrumental único para la canción. Este proceso es más tedioso porque implica crear desde cero, pero resulta en un producto exclusivo para ese tema y artista. 

No haber escuchado un arreglo previo me permite plasmar ideas creativas pensando en cómo reforzar la letra y la intención de la canción. Si es una canción de desamor, por ejemplo, busco que pase de desamor a una experiencia intensa. Si es sobre furia, quiero que los oyentes se sientan como en una película de acción, saliendo con una emoción fuerte y memorable. 

Aunque el segundo camino es el más ideal para lograr esto, el primero es más difícil porque el artista ya está apegado a su idea inicial. En ambos casos, siempre me guío por la letra, la melodía y lo que la canción busca transmitir.

Por lo que entiendo, te gusta más la segunda categoría de artistas, que llegan casi sin nada. ¿Cómo crees que ha sido tu evolución como productor desde tus inicios hasta ahora, con más canciones y colaboraciones?

Gracias a Dios, pienso que he sido muy guiado en mi trayectoria. Desde mis días como estudiante, siempre he valorado pedir consejos y dar pasos seguros. En el negocio de la música, se aprende cometiendo errores; es inevitable. Como dijo una vez Finneas O’Connell, el productor de Billie Eilish, “necesitas fallar para poder crecer”. Considero que he cometido los errores necesarios para aprender y aunque podría haber cometido más, siempre he buscado orientación de colegas y mentores que admiro.

Entre ellos, puedo mencionar a grandes amigos y colegas como Manuel Garrido-Lecca y Franco Banda, ambos productores peruanos con importantes logros tanto local como internacionalmente. Ellos me han aconsejado sobre qué caminos tomar, qué personas evitar y cómo enfocarme en mejorar mi música. Gracias a estos consejos, mi carrera ha prosperado.

Además de ser productor musical, me dedico principalmente a la ingeniería de mezcla y mastering, aunque no tengo formación técnica formal en ingeniería. He aprendido estos aspectos sobre la marcha, siempre buscando información y preguntando a expertos en el campo.

Ahora hablando del presente, ¿cómo ves tú en este momento, no sé si malo, pero el hecho de que quizás sea más fácil con la tecnología, con los programas, que haya bandas que puedan descartar el buscar a un productor y que ellos mismos hagan sus canciones y todo esto y que digan “bueno en este momento quizás no necesito tanto un productor lo puedo hacer yo con este programa, con estas herramientas”, como ves tú eso?

Con la tecnología, ahora es más común que los artistas puedan salir adelante sin necesidad de tener un productor en su proyecto. Ser productor musical, como mencioné antes, implica tomar decisiones difíciles y mantener un enfoque claro y objetivo sobre lo que beneficiará a la canción más allá del gusto personal. Algunas canciones están diseñadas para hacerte bailar o moverte, y todas las decisiones sobre composición, interpretación vocal, letra, etc., deben orientarse hacia ese objetivo. Creo que la presencia de un productor ayuda a mantener esa objetividad, ya que están motivados para potenciar la canción. Al inicio de sus carreras, algunos productores pueden dejarse llevar por sus gustos personales, pero en general, las bandas se benefician de tener tanto las herramientas tecnológicas disponibles como la orientación de un productor para crear música que realmente conecte con el público a través de la emoción y las reacciones que evoca.

Me quedó bastante claro la importancia de esa vista objetiva que deben tener los proyectos, las bandas, las canciones. Bueno, y para ir terminando. ¿Hay algún género en el cual no hayas trabajado aún y que te gustaría incursionar? Que digas, “ah, ese género se ve como interesante o difícil”

Sí, justo como mencionaba antes, no he tenido muchas oportunidades de trabajar en la cumbia tradicional peruana o en la cumbia en general. Normalmente, en este género, las orquestas y artistas conocen bien a los productores que mantienen una coherencia sonora entre ellos. Todo está muy uniforme y los productores son clave para lograr esa uniformidad. Aún no he tenido la oportunidad de colaborar directamente con un artista de cumbia tradicional como Grupo 5 o Corazón Serrano, por ejemplo. He explorado variantes como la cumbia urbana, influencias argentinas como la cumbia villera, y fusiones de cumbia peruana con reggaetón. El mercado de la cumbia es muy dinámico y popular en mi país, y me encantaría poder trabajar en un proyecto de este tipo, manteniendo los estándares del género pero también aportando nuevos elementos creativos.

Suena interesante, ojalá pueda escucharte con alguna banda que tenga este género. ¿Alguna canción, algún artista con el que estés trabajando en este momento con el que tengas alguna otra canción que esté próxima a salir?

Sí, de hecho, hay algunos proyectos recientes en los que he estado involucrado. Te los puedo mencionar: pronto saldrá el disco de Handa, una artista peruana que he tenido la oportunidad de producir, grabar, mezclar y masterizar aquí en el estudio. Manuel Valdez también lanzará un sencillo próximamente, y está preparando una colaboración con un artista colombiano. Además, está por salir una colaboración entre Varados y Lina. También pronto se lanzará el álbum de Tony Succar, donde tuve la oportunidad de trabajar como ingeniero de grabación. DIRK está sacando un EP, o mejor dicho, una serie de lanzamientos en los cuales he participado en tres pistas, dos de ellas co-producidas y una completamente producida por mí. Además, próximamente se lanzará un proyecto de rock pop con Santiago Díaz.

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