Durand Jones & The Indications: “ Es muy divertido tener todos estos caminos diferentes para crear música increíble” [ENTREVISTA]

Durand Jones & The Indications exploran en su nuevo trabajo un soul más cálido y maduro, resultado de diez años de evolución personal y colectiva, en los que la intuición y la colaboración han sido claves. “Flowers”, su próximo álbum, verá la luz el 26 de junio, y ya se pueden escuchar los primeros adelantos: ‘Been So Long’, ‘Flower Moon’ y Lovers’ Holiday.

Pocos grupos han logrado forjar un linaje tan claro dentro del soul contemporáneo como Durand Jones & The Indications. Nacidos de una conexión visceral en un sótano de Bloomington, Indiana, y nutridos por una devoción compartida por el soul clásico, el funk crudo y la camaradería como forma de arte, el trío —Durand Jones, Aaron Frazer y Blake Rhein— ha crecido frente a nuestros oídos. Ahora, con el lanzamiento de su cuarto álbum, Flowers, el 26 de junio a través de Dead Oceans, demuestran que sus raíces no solo están intactas, sino más fértiles que nunca.

Flowers no es un regreso nostálgico ni una maniobra para reconectar con una identidad perdida. Es, en palabras de la banda, una evolución natural: un regreso al núcleo creativo más íntimo y colaborativo, sin presión externa ni búsqueda de validación. Luego de la expansión brillante y satinada de Private Space (2021), con su barniz disco y sensualidad de pista de baile, Flowers se instala en un espacio más cálido y orgánico. Aquí, los grooves respiran, las voces se alternan con naturalidad, y la producción —a cargo del propio grupo— suena como si hubiera brotado del suelo fértil del soul sureño, enriquecido por años de crecimiento individual y colectivo.

En entrevista, Jones, Frazer y Rhein revelan que la génesis del álbum estuvo marcada por una decisión radical: hacer música desde el deseo más puro, liberados de cronogramas, expectativas o estrategias de “escalar”. Es esa actitud —más intuitiva que calculada, más emocional que programática— la que da al álbum su cohesión. A pesar de haber sido grabado en distintas sesiones y en distintos espacios, Flowers se siente como una sola fotografía en movimiento: once canciones que capturan a una banda en plena madurez emocional y sonora, explorando nuevas texturas sin abandonar la esencia que los hizo únicos.

El corazón del disco late al ritmo de una colaboración que ha sabido transformarse con el tiempo. La banda ya no se rige por roles fijos. Cada integrante ha absorbido influencias externas a través de proyectos solistas y colaboraciones, y eso se traduce en un enfoque multifacético, casi sin costuras. La composición, producción e interpretación se entrelazan como pétalos de una misma flor, con cada músico aportando nuevas formas de belleza y complejidad.

Pero Flowers también es un álbum profundamente personal. Habla de ciclos vitales, del cierre de etapas y del nacimiento de nuevas posibilidades. No es casual que los miembros hayan sido invitados a imaginarse como flores: desde el quimbombó, cargado de memoria ancestral, hasta la peonía y el tulipán, símbolo de identidad y color. El álbum es, de muchas formas, un jardín emocional donde conviven la introspección, la sensualidad y la espiritualidad.

En un panorama musical saturado de algoritmos, métricas y “contenidos”, Flowers se siente como un gesto radicalmente humano: un disco hecho a mano, con intención, tiempo y cariño. Durand Jones & The Indications no solo aceptan sus flores —como dice el título—, sino que nos invitan a detenernos, olerlas y, por un momento, volver a creer que el soul todavía tiene algo profundo que decir.

Luego de haber explorado la música disco y funk en Private Space, en Flowers parece que volvieran a un sonido más soulero. ¿Lo sintieron como volver a casa?, ¿o fue una evolución natural?

Durand: Lo sentimos muy natural. Sí, fue como volver a nuestras raíces en el sentido de que hicimos música sin otra intención más que la de satisfacer necesidades propias. Todavía recuerdo aquella primera época cuando nos conocimos con Blake y Aaron. No solo cuando supimos que queríamos hacer música juntos, sino antes de pasar cualquier idea al papel, cuando nos reuníamos y escuchábamos música juntos. Creo que esa fue una gran parte de la etapa de composición que, para mí, hizo que el proceso se sienta tan orgánico.

¿Cómo definirían el nuevo enfoque creativo y sonoro de Durand Jones & The Indications en este álbum?

Blake: En definitiva, elegimos los mejores procesos y aspectos de nuestros primeros tres discos y buscamos la manera de que todo eso se sienta fresco. Fue bastante fácil hacer que se sienta así, porque nosotros cambiamos y crecimos mucho y el mundo también lo hizo. Confiamos más que nada en nuestra intuición, haciendo lo mejor posible para evitar la crítica durante el proceso creativo, en especial la inseguridad, y asegurarnos de que hay confianza entre nosotros. Eso fue importante. Necesitamos mucha confianza para llegar a ese lugar y mucha gratitud para mirar dónde estamos y sentir que es un buen momento para correr el foco de «escalar». Es algo que escuchas mucho de mánagers y gente de la industria: «¿Cómo hacemos para subir de nivel?». Componer un disco es de por sí un momento estresante y complejo, así que decidimos tomarnos un tiempo. Fuimos muy claros en ese sentido con nuestro equipo. No queríamos tener fechas de entrega hasta que hayamos compuesto el disco. Luego, cuando llegase el momento de elaborarlo, ahí sí podríamos empezar a hablar de fechas. En realidad, no pensar demasiado en cómo el disco iba a ser recibido fue una parte clave en la composición.

¿Fue un desafío hacer que las canciones fluyeran con buena cohesión y ritmo a lo largo del disco?

Aaron: No diría que fue un desafío. En general, cuando haces un álbum, es una foto del momento de quién eres como artista, de quiénes somos como banda a nivel artístico. Entonces creo que, en cierto punto, va a haber una cohesión natural, porque todo se creó en un mismo período de tiempo. Tuvimos que hacer algunos ajustes en la lista de canciones para estar seguros de que tenía fluidez. Lo pienso bastante como si fuese una comida, donde los sabores pueden mezclarse, pero que, a veces, si los ingerís en el orden incorrecto, saben raro o no lo suficiente bien porque uno que comiste antes era demasiado intenso. Ordenar las canciones de un álbum es muy similar. Es cuestión de tocar las canciones en diferente orden, también de prestar atención a quién es la voz principal. ¿Es una canción de Durand? ¿Es una mía? ¿Cantamos juntos? ¿Nos turnamos? Así encontramos un buen equilibrio.

Siendo los tres grandes mentes creativas, ¿cómo ha sido su proceso de composición este último tiempo?

Durand: Va cambiando, lo cual para mí fue lo más divertido de hacer Flowers, el crear, colaborar y escribir las canciones juntos. Es genial ver el crecimiento en la composición entre nosotros y Steve Okonski. Él también formó parte de nuestras sesiones de composición, es nuestro tecladista. Creo que lo que más contribuyó y nos hizo crecer en la composición fue que Aaron estuvo trabajando y colaborando con otros músicos en Los Ángeles y en el extranjero. Blake también la estuvo rompiendo en Chicago, produciendo y componiendo con gente de allá. Yo tuve la oportunidad de colaborar y trabajar con otras personas en mi proyecto solista. Eso te hace comprender cómo trabaja la gente y cómo uno lo hace también en estas sesiones de composición. Entonces cuando volvemos a estar juntos, es como si tuviéramos un entendimiento más claro de con quiénes estamos trabajando. Al menos yo entendí mejor cuál es mi lugar, cuáles son mis puntos fuertes y en qué cosas es mejor apoyarme en Blake y Aaron para componer. Para mí, eso fue algo genial del proceso. Hubo algunas canciones que compusimos en el momento en lo de Blake. Para otras, Blake, Aaron y Steve ya tenían una idea instrumental. Entonces escuchábamos una cantidad muy variada de ideas. Yo llevé algunas cosas ya terminadas a la mesa, como también Blake y Aaron. Es muy divertido tener todos estos caminos diferentes para crear música increíble.

¿Cómo describirían la colaboración entre ustedes después de casi una década de tocar juntos?

Blake: Creo que es más fluida que nunca. Como decía Durand, ahora que tuvimos estas experiencias trabajando cada uno en sus proyectos adquirimos muchas habilidades, mientras que en el primer disco teníamos roles más fijos. Todos nos hicimos bastante multifacéticos en términos de colaboración en las letras, en las ideas sobre la producción, ingeniería del disco… Es genial. Eso aliviana mucho el peso, equilibra las cosas y le da a cada uno una sensación más grande de pertenencia del producto final. Cuando cada uno siente que tuvo la oportunidad de contribuir de todas esas formas se siente más como un trabajo en equipo que cuando cada quien tiene un rol fijo.

Al parecer, Flowers se siente como un proyecto profundamente emocional. ¿Recuerdan qué los inspiró al principio a hacer un álbum como este?

Aaron: ¿Qué nos inspiró en principio a hacer un álbum como este? Qué difícil. Es una pregunta difícil porque es amplia. Creo que mencionamos que aportamos las experiencias que cada uno tuvo en el tiempo que transcurrió desde Private Space hasta estas sesiones de grabación. Hablo tanto de experiencias musicales, como aprender técnicas de producción, como de experiencias de vida, reconciliación con nosotros mismos como individuos, relaciones que llegaron a su fin, mudarme de una costa a la otra en mi caso, empezar relaciones nuevas… Muchas cosas que terminaron y otras que comenzaron de nuevo. Como humanos, muchas veces nos separamos del mundo natural. Pensamos que por un lado está la naturaleza y por otro nosotros, pero nosotros también somos parte de ella. Pienso que ese ciclo constante de finales y nuevos comienzos es como las flores de un jardín. Creo que Blake dijo en otra entrevista que cuando el suelo está sano, nuevas cosas pueden crecer en él. A veces, cuando las cosas llegan a su final y se descomponen, hacen al suelo más fértil y, así, permiten que broten y florezcan cosas nuevas y hermosas.

Si cada uno pudiera elegir ser una flor, ¿cuál sería y por qué?

Durand: Yo sería una flor de quimbombó. Me siento muy conectado con esa planta. Me gusta mucho para la cocina. Me encanta el significado que tiene, porque fue traída acá por mis ancestros durante el comercio atlántico de esclavos. Y, de algún modo, la siento como un pequeño regalo de mis ancestros. Antes de todos los shows me gusta dedicarles una plegaria. Así que yo elijo la flor de quimbombó.

Aaron: Creo que la última vez que nos preguntaron esto elegí la Susan de ojos negros, que es la flor que representa el estado de Maryland, donde nací, pero hoy voy a elegir una peonía. Son frondosas, brillantes y coloridas a simple vista, pero si miras los pétalos más de cerca, ves que tienen muchos detalles hermosos, mucha belleza y matices.

Blake: Creo que sería un tulipán. Yo vengo de Holland, Michigan, donde se celebra mucho la cultura holandesa. Justo estuve allá para la época de los tulipanes. Me gusta mucho el haber crecido en Michigan, formó bastante mi personalidad de alguna manera. Así que sería un tulipán.

Traducción al español: Lucero Otero

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