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  • Álbum “Something in the Room She Moves” (2024) de Julia Holter [RESEÑA]

Con una carrera de casi 17 años, Julia Holter es claramente un estándar en el art-pop de los últimos años; una complejidad y belleza compositiva, que deslumbra en cada una de sus entregas y que ha ido evolucionando en su madurez personal y artística. Fue en “Loud City Song”, de 2013, que dejó una huella muy fuerte entre críticos y fans, con un pop increíblemente delicado, atmosférico y preciso al detalle: una confección instrumental que llegaba a variar entre el jazz y la música clásica. 

Empieza con ‘Sun Girl’, una canción bastante impredecible en el uso de instrumentos y su propuesta entre psicodélica/new age bastante arriesgada, además de ser dividida en dos partes; un aura meditativa envuelve los casi 6 minutos de duración. Sigue ‘These Morning’, que destaca por sus suaves agregados de saxofón, además de detalles instrumentales que denotan positivismo junto a las letras: la luz en la desesperanza es una idea recurrente durante todo el disco. El tema homónimo es uno de los más destacados del conjunto, manejando espacios y crescendos que sutilmente impactan al oyente. El final de la canción regresa al saxofón y da un último respiro a la gran densidad instrumental. Al contrario del recorrido actual hasta este punto, ‘Materia’ es un acercamiento más íntimo y minimalista a ideas surrealistas del amor y cómo se construye. ‘Meyou’ es un tema bastante particular para la artista, una exploración ambiental con coros bastante crudos, que poco a poco se tornan en difusos y distantes mediante el uso de sintetizadores. 

En ‘Spinning’, Holter llega a uno de los puntos más altos de su carrera, uno de las mejores canciones de lo que va del año: es intrigante, ansiosa y muy grandilocuente cuando llega hacia el coro. Así como en ‘Meyou’, ‘Ocean’ tiene un arista similar, siendo netamente un corte ambient con bastantes capas y progresión inesperada junto al violín que pone la constante tensión del álbum en su lugar. Otro de los temas más destacados es ‘Evening Mood’, con su potencia instrumental y una frase que se queda impregnada hasta el final: “Daylight hits me, I was not alone”. Entre el misterio y la duda, siempre Holter responde con bellos arreglos y decisiones arriesgadas que se traducen en increíble experimentación. Llegando al final del disco tenemos a ‘Talking to the Whisper’, un tema espaciado y delicado 

que poco a poco termina en un caos increíble con una última frase: “Love can be shattering”, totalmente representada y entendida a un nivel superior. El disco cierra con ‘Who Brings Me’ que es muy optimista dentro de todo, después de lo impredecible, caótico y nostálgico, la afirmación del amor queda sellada en este corte, todo de manera relajante.

“Something in the Room She Moves” entra entre los mejores discos de Holter, disputando el primer lugar también. Es un disco bastante arriesgado, incluso para oyentes y ya conocedores de la artista. La fórmula sigue ahí, pero mucho más variada y emocionante, cada canción se toma la licencia de liberarse y crear un mundo en sí misma. Es de los mejores discos del año y de todas maneras tendrá un lugar en el top 5 anual.

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