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  • Álbum “Open Wide” (2025) de Inhaler [RESEÑA]

Después de un debut prometedor con It Won’t Always Be Like This (2021) y un segundo álbum aún más sólido como Cuts & Bruises (2023), Inhaler regresa con Open Wide, su tercer trabajo de estudio, un disco que los encuentra jugueteando con nuevas formas y sonidos sin dejar del todo su esencia guitarrera. Bajo la producción de Kid Harpoon, responsable de éxitos recientes junto a Harry Styles y Miley Cyrus, este nuevo esfuerzo apuesta por una paleta más pulida, sintética y emocional, con una identidad que por momentos brilla y por otros parece perderse entre fórmulas conocidas.

El disco arranca con ‘Eddie in the Darkness’, un tema que de inmediato marca el terreno: riffs enérgicos, una base rítmica sólida y la voz de Elijah Hewson que transita entre la melancolía y el desgarro. Es una entrada potente, con brío juvenil, aunque pronto da paso a un giro inesperado con ‘Billy (Yeah Yeah Yeah)’, una pieza que combina electro-pop y un estribillo que repite con insistencia, quizás demasiada, su título. Aun así, la producción es sofisticada, con destellos que recuerdan a los himnos indie de los 2000, aunque sin la crudeza que los hacía memorables.

Luego aparece ‘Even Though’, una canción con espíritu disco que parece mirar hacia el espejo retrovisor de los años 80. Su ritmo es contagioso y está pensada para bailar, aunque no necesariamente deja una huella emocional duradera. ‘Concrete’, en cambio, retoma el groove con una base pegajosa, y aquí sí la banda logra conectar mejor entre su nuevo estilo y el alma rockera que los impulsó en sus primeros años.

‘X-Ray’ es una de las sorpresas más gratas del álbum. Con tintes folk-rock y una atmósfera que recuerda a The Smiths, Inhaler se permite explorar sin perder credibilidad, y el resultado es refrescante. La sección instrumental se siente viva, con un bajo protagónico y una guitarra que bordea lo nostálgico sin caer en la caricatura.

El corazón emocional del disco llega en la tríada ‘Again’, ‘Open Wide’ y ‘All I Got Is You’. ‘Again’ se presenta como una confesión serena, mientras que la canción titular se atreve a apuntar alto, construyendo una épica suave que, sin miedo a las comparaciones, se acerca más que nunca a los ecos de U2. Aquí, la vulnerabilidad se convierte en un punto fuerte, con una lírica que abraza los momentos difíciles sin dramatismo forzado. ‘All I Got Is You’ complementa esta sección con un tono íntimo que funciona como puente hacia lo más accesible del disco.

‘Your House’, sin duda uno de los momentos más brillantes del álbum, representa esa versión de Inhaler que sabe reinventarse sin perder potencia. Los coros góspel, la vibra glam-rock y la producción ambiciosa logran un balance perfecto entre novedad y profundidad. Es una canción expansiva, que captura la energía de una banda en plena madurez creativa.

‘Still Young’ y ‘A Question of You’ bajan un poco el pulso pero no la calidad. Ambas canciones apelan a esa sensibilidad generacional que Inhaler ha sabido interpretar desde sus inicios: amores que se van, amistades que se quiebran, la ansiedad de crecer en un mundo que exige demasiado. Si bien las letras no siempre logran ser punzantes, la intención se percibe y conecta.

El cierre llega con ‘Little Things’, una despedida melancólica pero vibrante, donde Eli canta desde registros más bajos, recordando por momentos la sombra de su padre sin dejar de sonar auténtico. Es un final acertado para un álbum que coquetea con la introspección pero no se olvida de las masas.

Open Wide es un disco ambicioso que refleja la búsqueda de una banda que quiere ser más que una promesa. En esa búsqueda, tropieza en algunos momentos con fórmulas predecibles y decisiones estilísticas que restan fuerza a ciertas canciones, pero también encuentra momentos luminosos donde la evolución es evidente y sincera. No es su trabajo más impactante, pero sí uno que invita a seguir creyendo en su crecimiento.

Apreciación:

Como fan de Inhaler desde sus primeros sencillos, Open Wide me deja sentimientos encontrados. Aprecio que se arriesguen con nuevos sonidos y se atrevan a salir de su zona de confort, pero también echo de menos la crudeza emocional y la energía más visceral que los hizo destacar en un inicio. Aun así, hay algo en su manera de construir melodías y en la voz de Hewson que me sigue atrapando. Este disco no me marcó tanto como el anterior, pero me deja claro que la banda no tiene miedo de evolucionar, aunque aún estén encontrando su verdadero norte.

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