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Alternative/Indie
Vampire Weekend
Álbum “Only God Was Above Us” (2024) de Vampire Weekend [RESEÑA]- 9/10
Por: Gabriela Montiel
Publicado el: 12/04/2024
“Only God Was Above Us” arranca con la reverberación de un amplificador, en la espera a que otros instrumentos se unan sobre su sábana de distorsión. El ruido genera un sentido de espacialidad, pues en el fondo se escucha la presencia de los músicos a punto de comenzar una sesión de grabación. Este inicio se siente simbólico y completamente metarreferencial, ya que sólo en el estudio se puede continuar una discografía tan sólida como la de Vampire Weekend.
Hace más de quince años, la banda neoyorquina cimentó su lugar entre las listas del indie rock con su estilo diferenciador, a través de la combinación del Afrobeat y el llamado pop barroco en el que se incluyen arreglos orquestales. Además, las letras de Ezra Koenig sobre absurdas reglas gramaticales como en ‘Oxford Comma’, la banalidad de las relaciones vistas en ‘Diplomat’s Son’, los cuestionamientos que giran en torno a la religión explorados en el aclamado disco “Modern Vampires of the City” (2013), o bien, una visión mucho más naturalística sobre los contrarios que son, en realidad, unidad en “Father of the Bride” (2019); crearon un imaginario de personajes que buscan una identidad, autoconscientes tanto de sus riquezas materiales como de sus carencias espirituales. A pesar de los tonos sarcásticamente filosóficos de las voces poéticas de Koenig, la banda ha confeccionado un sonido resplandeciente, multicultural y excéntrico a lo largo de sus cuatro álbumes.
Aunque la última entrega de los neoyorquinos, “Father of the Bride”, nos situó en un lugar más brillante y un tanto primaveral con todas sus referencias a un renacer, este quinto álbum se percibe mucho más oscuro, sofisticado y de un aura metálica, pues se retorna a una ciudad de Nueva York atrapada en la rapidez de transeúntes fantasmas, entre túneles y viajes en metro: se trata de una metrópoli capturada en materiales de archivo, los cuales comprueban que la vorágine citadina se cristaliza en un tiempo perdido. Cabe destacar que las piezas del video-fotógrafo Steven Siegel sirven para ilustrar el paisaje surrealista creado por Vampire Weekend, en conjunto con el productor Ariel Rechtshaid, a lo largo de diez canciones equipadas de arpeggios, solos de pianos, riffs de guitarra cargados de reverberación, una sección de viento y un grupo coral que responde como eco a las frases finales de la voz calmada de Koenig.
Siguiendo la idea del archivo, en “Only God Was Above Us” se encuentran revisitaciones instrumentales y líricas que los seguidores atentos identificarán como la firma sonora y poética de Vampire Weekend, ya sea el escuchar el conocido drum fill de ‘Mansard Roof’ en‘Connect’,mientras Koenig enuncia las palabras: “The memories don’t fade / Surprising fate for days, you elegantly wasted / before you lost your spark”, como si fuera una introspección a su propio pasado, y en ese momento de reflexión, se aceptara el miedo de perder esa “chispa creativa” que tanto ha caracterizado a la banda. Por otra parte, está también la alusión y reescritura de los versos de ‘Diane Young’, en el que el juego fonético del nombre se refiere a ese impulso de morir joven, el cual es modificado en el primer single ‘Capricorn’ con los versos “Too old for dying young”, una declaración de oxímoron en la que la voz poética, posiblemente una extensión simbólica de Vampire Weekend como individuos, ya no encuentra la exaltación en la idea de muerte, sino en la búsqueda y en la promesa de mejores días, quizá un aprendizaje adquirido por la adultez.
Como reflejo de la estética nostálgica y análoga del álbum, la canción ‘Classical’ se escucha como un pop barroco, legado de Paul Simon, en el que se debate el canon histórico del poder y si existiese su posible destrucción (visto de manera apocalíptica), entonces se podría cimentar un nuevo principio. Para esta disputa, el efecto del rewind y la repetición simula el concepto de la historia corriendo hacia atrás, en busca de un aparente cambio que posiblemente no se encontrará y si lo hay, la pregunta que persigue toda la canción es “which classical remains?”.
Cabe destacar la participación del ex integrante Rostam Batmanglij en ‘The Surfer’, una canción con frecuencias fantasmagóricas con reminiscencias del sonido del rock psicodélico de la década de los setenta, en la que el personaje central, nativo de las luces chillantes de Nueva York, le teme a enfrentar su destino estático e inflexible. En esta meditación sobre lo predestinado también caben las reflexiones sobre las discusiones contemporáneas entre generaciones vistas en ‘Gen-X Cops’. Esta séptima canciónutiliza la distorsión de la guitarra como una manifestación sonora del movimiento de los rieles del metro, un ir y venir en la que siempre hay una defensa para la generación propia, a pesar de que las crisis financieras y de identidad son semejantes.
Aunque el quinto álbum parece establecer una visión algo pesimista al comenzar con ‘Ice Cream Piano’, una canción en la que abiertamente se declara “Fuck the world, you said quietly” manifestando el descontento sobre el desequilibrio entre guerra y paz, el absurdo decoro social, y cómo el grito desesperado por ser escuchado es ignorado por el mundo, convirtiéndose en un simple sonido en grado piano, es decir, en un tono suave; “Only God Was Above Us” cierra sus cuestionamientos con una rectificación esperanzadora en ‘Hope’, una canción que sale de las tendencias de tracks que duran menos de tres minutos, pues en ocho minutos, la firmeza del piano, la combinación de guitarras eléctricas y acústicas en compañía de un solo de oboes, crean un ambiente hipnótico en la que una especie de mantra, “I hope you let it go”, es la filosofía para afrontar los cambios y dificultades del camino, pues es un soltar y dejarse ir por los inesperados senderos de la historia propia y del mundo.
La imagen del puente de Brooklyn no sólo presente en los visualizers, sino también como una construcción icónica e inamovible de Nueva York, es la metáfora perfecta para representar la madurez sonora que Vampire Weekend alcanza en “Only God Was Above Us”, ya que se trata de una conexión continua en la que, en ocasiones, se puede voltear al pasado, con sus sonidos y letras representativas, pero siempre en un tránsito constante hacia adelante, a un futuro prometedor de nuevas melodías y reflexiones.
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