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Álbum Moon Music (2024) de Coldplay [RESEÑA]Por: CrisAcc
Publicado el: 26/11/2024
Crisis tas crisis, conflicto tras conflicto, y la vida pareciera que ya comenzara a proyectar su existencia fuera de este planeta. En momentos de tensión y soledad existencial, durante estos últimos 20 años, la música ha encontrado su espacio para brindar espacios que recorrer. En ese sentido, Coldplay vuelve a la palestra para entregarnos su décimo larga duración. Entre pasajes etéreos, participación estelar de músicos de todo el mundo, y con el clásico mensaje de amor y paz que la banda viene predicando desde sus inicios, Moon Music (2024) ve la luz del amanecer. Al ritmo de sintetizadores etéreos y una orquesta sinfónica, que rememora a álbumes del pasado, a la vez que innovan con una producción más contemporánea.
El recorrido interestelar comienza con el track que le brinda el nombre al proyecto; ‘MOON MUSiC’. Esta pieza, al igual que otras canciones, está dividida en pequeños actos que estructuran su composición. La orquesta se mezcla a la perfección con los sintetizadores espacial, creando una atmosfera que se entrelaza en clave melancólica con el piano de Chris. Mientras tanto, la letra pareciera reflejar una búsqueda de Dios en el espacio exterior. La transición es tan sofisticada y ecléctica, tan típica de Coldplay, que no te das ni cuenta cuando ya te encuentras escuchando ‘feelslikeimfallinginlove’, uno de los cortes pop más estándar del proyecto. Solo destacando por la producción, en ese aspecto, podría ser fácilmente una canción de Ghost Stories (2014), o un b-side del increíble Everyday Life (2019). La selección de esta canción como sencillo promocional da un indicio del tipo de letras que compondrán el imaginario pacifista, y un tanto idealista, de Chris Martin y compañía.
Por otra parte, ‘WE PRAY’ sirve más como single al presentar a un equipo mucho más amplio, tanto en sonido como en hiperculturalidad. Por un lado contamos con representación hispanoamericana, contando con apoyos vocales de Elyanna, cantante palestina-chilena, y TINI, directo desde argentina. África se hace presente en la fiesta con los breves pasajes poéticos de Burna Boy, desde Nigeria, y por supuesto, la increíble participación de la rapera británica Little Simz, quien nos deja con uno de los mejores versos de todo el proyecto; “[Orar] por aquellos que derribaron las puertas / y nos permitieron pasar las llaves”. Nunca imaginaría que Coldplay sonaría tan bien con una instrumental tipo ‘Viva La Vida’, pero con bajos 808s, mientras distintas etnias y culturas se juntan para orar. La humanidad está experimentando cambios abruptos, y pareciera ser que solo la fe nos puede hacer reflexionar sobre las consecuencias que nos tocará afrontar en el futuro. Siguiendo por la senda misericordiosa, Chris nos invita a reflexionar sobre las relaciones sáficas en ‘JUPiTER’. Imposible pensar que Coldplay se encuentra “fuera de lugar” al hablar del lesbianismo. Ellos han demostrado un amor universal por las personas como son, y ahora, empoderan a la mujer desde la igualdad en vez de la divinización. No somos ni lo uno ni lo otro, somos dos en uno. La siguiente canción es ‘GOOD FEELiNGS’, tiene un sonido tan clásico, que hace que ralle en lo anticuado. Se trata de una co-producción con The Chainsmokers que no terminó viendo la luz hasta el lanzamiento de este LP.
Por otra parte, el corte donde más se logra apreciar el trabajo atmosférico, con tintes a Animal Collective, del proyecto quizás sea ‘🌈’. Esta canción, tan segmentada en cuanto a actos musicales, debe esa característica al lugar de origen de las cinco canciones. En un inicio, se trataban de canciones separadas, pero que fueron agregadas al álbum como un solo track. Muy bello detalle final. ‘iAAM’ son las siglas de “I Am A Mountain” (soy una montaña). Chris Martin ocupa la metáfora de la montaña para graficar que, aunque el pasar de las eras y los cambios que está experimentando el mundo, “uno debe volver a ponerse de pie una vez más”. Claro, una montaña es estática y eterna, en cambio nosotros los humanos somos fugaces y en constante cambio. La producción le juega a favor a este track así como al siguiente: ‘AETERNA’, aunque también vuelve a caer en tropos de las décadas pasadas. Sobre todo en cuanto a la performance de Chris Martin, el icónico frontman de la banda, que si bien están repletas de buenas intenciones, sus letras rondan cliches que podrían ser abordados con un lenguaje poético más potente. Siendo, de hecho, una mejora en ese aspecto, ‘ALL MY LOVE’ sigue con ese mensaje inspirador que anima a comprender la complejidad de una relación. La existencia de trabas en ella solo es una prueba más de que hay que valorar el sentirnos amados cuando lo necesitamos. Coldplay intenta aliviar el sufrimiento del mundo con una emotiva reflexión; nos invitan a recordar que el amor es fuerte, poderoso, incluso aunque la lluvia nos abata el estado de ánimo. La orquesta vuelve a brillar en una nota espacial, blindada por texturas divertidas e ingeniosas.
‘ONE WORLD’ cierra el recorrido atmosférico – de momento, ya que nuevos horizontes se expanden con la versión Full Moon, que salió mientras escribía esta reseña – en una nota completamente distinta a la que comenzó el auge de Coldplay como una “banda de estadios”. Este track me sienta más como una compilación de mantras, unidas en armonía por una orquesta sinfónica que amerita ser contemplada desde el espacio exterior. Los instrumentos se agregan en sintonia, dando esas vibras a las composiciones primerizas del grupo, como en Parachutes (2000), o el cambio de paradigma de la banda que significó X & Y (2005). El mundo siempre ha sido un lugar valioso para Coldplay, así como el universo, quizás el único lugar al que podemos decir como humanidad al que pertenecemos por derecho. No sé si derecho divino, pero nunca es tarde para contemplar otro punto de vista de manera desinteresada y atenta. Quizás, podamos darnos cuenta del sufrimiento detrás del ruido que no nos deja hablar con claridad. El final es increíblemente tierno, por alguna razón. Es como un satélite con música aterrizando en un nuevo paraíso. No suficiente con buscar otros mundos, Coldplay nos invita a descubrir otros de una manera más pacifica, armoniosa. Desde el amor, la forma de resistencia más grande que los pueblos oprimidos han desarrollado a favor de la civilización. Después de todo, solo tenemos una sola Tierra.
Apreciación:
El pasado y el presente de la banda se funden en una experiencia atmosférica, dando espacio a la sanación y la resiliencia en un mundo que las necesita más que nunca.