Luego de un EP bastante experimental Aveparda nos ofrece “Cielo de Lima”, producción musical que invita a la introspección, a ensayar una esperanza, que invoca al desamor y que reivindica al amor con melodías, ritmos y líricas que hacen de este un álbum impredecible.

Nos da la bienvenida a este álbum ‘Si el amor es más fuerte’, tema que nos narra la historia de un amor sublime, inesperado y fugaz que viven dos jóvenes despreocupados. No se nos explica el punto de quiebre de la relación, pero nos permite saber que, pese a las vivencias posteriores al romance, aún anhelan ese reencuentro que compruebe que el amor sigue vigente. 

La conjunción de los sonidos hace parecer que la composición musical es muy simple; sin embargo, mantiene un equilibrio que puede ser muy difícil de lograr, pues consta de un ritmo bastante ligero que es constante, pese a que es atacado abruptamente —a lo largo de la canción— por unos  pincelazos de rock electrónico.

‘Que se caiga el cielo’ desborda de energía, abriéndonos un nuevo panorama en el álbum; la implementación de los vientos auguran que habrán muchos más géneros musicales implicados en esta producción. Por otro lado, la letra bien podría ser una sátira desenfadada —o una serie de deseos hechos irónicamente— que realiza el autor para exponer varios aspectos de nuestra sociedad, los mismos que le resultan ser irrelevantes desde que una persona especial llegó a su vida.

‘Cuéntame’ nos acerca a la canción de autor (un género muy poco explotado en la actualidad). Aborda el eterno tópico del “¿qué hay después de la vida?” desde una perspectiva un tanto peculiar, pues el autor no se cuestiona a sí mismo directamente, sino desde la perspectiva de una tercera persona; el tema trasluce también esa búsqueda del sentido de la vida, del viaje hacia la introspección. En ‘Cuéntame’ se destaca —también— la retórica en la elaboración de su letra.

‘Tu amor’ expone el lado rockero de Aveparda con solos de guitarras muy marcados, aunque incluye la intervención de teclados y vientos que complementan y nutren al tema dándole cierto toque de originalidad. El desamor prima en esta canción, aunque el título nos podría sugerir lo contrario.

‘Morronga Blue’ nos regresa a ese ritmo que crea una atmósfera de sosiego, de una felicidad nostálgica, de una paz que no es completa, pero que aparentemente está bien. En cuanto a la letra…, pues, quienes hayan experimentando el afecto y la posterior pérdida de un gato podrán entender perfectamente el idilio que —asumo— inspiró esta canción.

‘Cielo de Lima’, melancólica y sublime composición que comparte nombre con el álbum, parece ser el reflejo del anhelo de un corazón citadino que espera ver “una luz” en una ciudad en la que el cielo es siempre gris, pues, pese a todo, entiende que el cielo de Lima es “grande como la esperanza”. El trino de las aves al principio de la canción es “característico” de las amanecidas en la ciudad (no porque las aves solo canten en la madrugada, sino porque a lo largo del día el ruido de la ciudad generalmente lo invisibiliza). 

El dolor se vuelve canción en ‘¿En qué momento?’, y es aquí donde la fusión de distintos estilos musicales llega a su clímax; si inicialmente la propuesta de incorporar las influencias/preferencias musicales del autor parecía ser sutil y simple con ‘¿En qué momento?’ tenemos una avalancha de estilos que se amalgaman hasta lograr algo que, pese a lo melancólico de la composición, da gusto escuchar.

Terminamos este viaje por el “Cielo de Lima” con ‘Canción’, cuya dulce melodía nos replantea ese aspecto elemental y trovadoresco de Aveparda. La historia que nos cuenta parece ser la de la típica relación que supera los prejuicios y las dificultades propias de la diferencia de clases sociales; no obstante, debemos rescatar que “al amar la vida suena como cuando dos pájaros vuelan, sin importar de donde vengan; juntos solo importa dónde van” y es por eso “que nunca está demás vivir para soñar” en tener un idilio que lo venza todo.