Fiebre es el proyecto solista de la artista multidisciplinaria Fernanda Bertero. Es de Ecuador y tiene 32 años. Su formación musical es autodidacta, pero estudió artes plásticas, diseño y dirección de arte, llevándola a encargarse también de toda la parte visual de su proyecto. 

Es fanática de las fusiones y los contrastes. Su estilo abarca recursos del pop y el indie que se encuentran naturalmente con ritmos urbanos como el R&B, el dembow, el reggaetón y hasta el funk brasilero que ha tomado protagonismo en los últimos años.

Su álbum debut fue Petróleo, en el año 2021. Aquí figura su primer hit ‘Rush’, que la ayudó a insertarse en el mercado sonoro cuando un año después Netflix eligió incluir la canción en la banda sonora de la serie Rebelde. Esto la convirtió en la primera artista ecuatoriana en tener una canción original en un soundtrack a cargo de la productora. 

Entre Petróleo y la actualidad lanzó varios sencillos esporádicos, que hicieron que la revista Rolling Stone la reconociera en el 2024 como una artista latina que debemos escuchar en este 2025. Justo a tiempo para apoyar este consejo, el pasado 21 de marzo Fiebre lanzó su nuevo álbum Planeta Abandono, grabado en Barcelona en tan solo 11 días con la producción a cargo del catalán Sr Chen. 

Planeta Abandono es un álbum más bien conceptual, que su propia artista define como un amortiguador del vértigo que sentimos al transitar rápidamente entre el pasado, con su carga nostálgica, y el presente, donde todo es nuevo y caótico. Es esencial permitirse lanzarse al vacío, olvidar y ser olvidado para poder transitar esta vida. Ideal para bailar en una fiesta, pero también para prestarle atención a la profundidad que guardan sus letras y reflexionar sobre la realidad que nos rodea. Temas como la magia, el cosmos, el amor y la muerte orbitan alrededor de este planeta, con la rapidez estrepitosa de los géneros urbanos. 

En esta entrevista, Fiebre nos cuenta cómo fue construir este mundo intergaláctico sin perder su dejo de humanidad. 

¡Felicitaciones por el lanzamiento de Planeta Abandono! ¿Cómo surge el concepto? 

Surge de esta necesidad de abandonarse al presente y vivirlo plenamente. Pero a la vez surge como un mecanismo de defensa para amortiguar un poco este presente salvaje y lograr vivirlo plenamente. Siento que también escribí esas canciones con un poco de nostalgia del pasado. Me pasaron cosas en mi vida en las que yo tenía que tomar decisiones muy en el presente y viajar un montón, y me pasaron cosas muy fuertes también los últimos años. Entonces, siento que este concepto del abandono estaba un poco en todo lo que me pasaba. El abandono bueno y el malo, ¿no? Porque el abandono es bueno, en el sentido de abandonar pesos y cargas, y de nuevo vivir el presente tal como es, pero también hay situaciones en las que tú te sientes abandonado y tal vez hay cosas que te generan dolor o tristeza. Siento que toda esa mezcla de eventos me hicieron entender y crear este concepto que sería Planeta Abandono. Y creo que también el resonar con lo que está pasando ahorita en el mundo,que es algo a lo que siempre intento estar atenta, a entender en dónde estamos como humanos, y siento que hay un abandonar las cosas mucho más rápido, por la velocidad de las cosas, por las redes sociales y el cambio tan brusco que hay constantemente. También está esto de la fragmentación de la identidad. Es más fácil perderse y es más fácil encontrarse, creo que el proceso de perderse y encontrarse ahora es mucho más rápido.

Grabaste el disco en 11 días en Barcelona con Sr. Chen a cargo de la producción, y comentaste que se dio una conexión muy intensa entre ustedes, que les permitió desarrollar el concepto juntos en muy poco tiempo. ¿Cómo fue este proceso? ¿Qué tipo de desafíos tuvo?

Yo llegué con maquetas, por suerte. Hacer todo eso en 11 o 12 días hubiese sido, según yo, casi imposible. Pero llegué con unas 12 maquetas y ya había cachado que el estilo del Sr. Chen era perfecto, también por la empatía, confié plenamente en él. Él escuchó las maquetas y quedaron ocho para desarrollar, con dos canciones más que sí hicimos de cero, en este campamento. Nos parecemos mucho, por ejemplo somos pescetarianos, él cocina increíble y yo también, entonces pasábamos comiendo riquísimo y conversando un montón de la vida en el tiempo que teníamos libre, y eso nos hizo sentir muy conectados, y al final también él es un monstruo en lo que hace, verdaderamente en un día lográbamos hacer toda la producción y grabar las voces de cada tema, eso a mí me pareció surreal. Y yo creo que me entregué a eso, o sea, al final lo mismo, me abandoné a ese proceso y confié y me encantó todo lo que salió. No me esperaba que hiciéramos un feat y ahí salió justo esa canción ‘DÓNDE ESTÁ MI KSA?’. La hicimos en un día: composición, letra, producción y grabación de voces. Yo la escucho y digo “wow”, porque realmente mis procesos anteriores, sobre todo mi primer álbum fueron completamente diferentes, la producción tardó como dos años, fue otra cosa. A veces como artista realmente tú crees que porque algo se demora más está mejor hecho, pero no, solamente hay procesos y momentos diferentes.

A la hora de explorar tu identidad sonora, todo lo que fue música y sonido, ¿cómo fue contraponer la euforia de los ritmos rápidos como el funk brasilero, y el dembow con el lado más introspectivo que tiene este trabajo? 

Creo que siempre he trabajado con el contraste en cualquier cosa artística que hice, el contraste es lo que hace a algo interesante o emocionante. Eso sí lo tenía súper claro, desde que empecé a conceptualizar y a hacer maquetas, quería que hubiera de estas cosas muy introspectivas y muy emocionales, y quería que hubiera ritmos también súper power. También sabía lo del funk brasilero y el dembow, siempre han estado en mis canciones. Ya sabía más o menos los ritmos, entonces al final esa era la raíz estética de lo que quería hacer, y hacerlo con el Sr. Chen fue súper fluido, ya que estaba súper claro ese contraste, igual que el abandono. El abandonarse al presente te da este rush de adrenalina, pero en momentos también te da nostalgia y en otros momentos te quiebras, y “¿quién soy, a dónde voy?”. Retratar toda esa amalgama de emociones fue orgánico por eso.

Tenés una carrera auténtica y con un crecimiento orgánico desde tu primer álbum. Incluyeron una canción tuya en el soundtrack de una serie de Netflix, y el año pasado Rolling Stone te hizo un reconocimiento como una artista a la que hay que escuchar este año. ¿Cómo influyó esto en tu carrera, te impulsó? ¿Qué te hizo sentir?

Lo de Netflix fue hermoso, hubo un peak. Es de esas cosas que te impulsan, estás viendo artículos por todos lados y gente de todo el mundo te felicita, eso fue increíble. Pero también siento que tal vez en mi proceso el boom que tuvo no fue algo tan sostenible, de alguna manera igual eso pasa con los hits. Mi hit es ‘Rush’, que es justo la canción que entró en ese soundtrack, y de alguna manera esa canción ya tiene más de un millón de reproducciones, digamos que es la favorita del público. Pero claro, en un momento con todo esto yo tenía, no sé, unos 60.000 listeners mensuales, los tuve por bastante tiempo, y ahora tengo, no sé, la doceava parte de esos listeners. Es hermoso, pero a la vez este tipo de cosas que pasan de la nada, y que tal vez no se mantienen en el tiempo, te hacen una ilusión de estar tal vez en un lugar que no estás, eso también ha sido el proceso de hacer que las cosas sean un poco más sostenibles. Lo de Rolling Stone fue increíble también, siento que tú creces leyendo cosas en ciertas plataformas, y cachando la importancia de otras, y yo no creía que eso iba a pasar el año pasado, porque no saqué tanta música, no era algo que yo me esperaba. Me agarró de sorpresa, entonces fue súper lindo, porque al final este tipo de cosas te hacen tener más fe en lo que haces. 

¿Qué planes tenés para este año? ¿Hacia dónde te gustaría que se siga dirigiendo tu carrera? ¿Hay que tengas ganas de hacer, algún proyecto como un tour, videoclip, alguna colaboración?

Todo eso que acabas de decir. Hay una colaboración que hice, que va a salir seguramente este año, hay un videoclip aún del álbum que ya está rodado y va a salir en el próximo mes, y estoy gestionando para hacer conciertos en México, en Colombia, y también aquí, en Ecuador. Me voy a mudar a México a finales de este año, creo que eso va a ser súper importante en mi carrera,  por más que amo a Ecuador, es de las industrias más… no existe una verdadera industria musical aquí. Eso siempre dicen todos.

Entiendo que la industria latinoamericana tiene mucho de su base en México, pero ¿la decisión de esta mudanza viene también desde un lado artístico?

Sí, no lo haría si no hubiera resonado humanamente con el lugar. Ya estuve hace un par de años ahí un mes y medio, hice conciertos y trabajé en algunas cosas  y me encantó. De hecho me quedé ese mes y medio para hacer este test, ver cómo me sentía, y me sentí súper bien, me encantó la ciudad, hice un montón de amigos, y dije “sí, este es un buen compromiso”. Yo viví en Italia y en España hace unos ocho años, estuve ahí siete años y volví a Ecuador hace ocho años. Podría ir a vivir a Europa porque soy mitad italiana, pero ya me reconecté mucho con el lado latino, y la verdad es que la calidad de vida, la comida, y de un montón de cosas, la empatía que hay con la gente y todo, son cosas que ya no quisiera dejar, porque me hacen sentir súper bien. Y eso lo encuentro en México, es una industria musical súper potente. 

Te definís como una artista multidisciplinar y, por ejemplo, hace un rato me contaste que te gusta mucho la cocina. ¿Qué otro tipo de disciplinas practicás, ya sea dentro del arte, como cosas que te gusta hacer?

Mi origen es artista plástica. Estudié artes plásticas, y de ahí estudié diseño y dirección de arte. Hago muchas cosas visuales, diseño ropa y también soy diseñadora gráfica, trabajo con otros artistas musicales. Y ahora, por el hecho de estar yo en la música, se ha convertido en mi trabajo hacer la imagen de otros artistas, que creo que hace mucho sentido. 

¿Trabajás en tu propia imagen? Todo esto que narrás, que hacés, ¿es algo que lo aplicás en tu música, lo vivís desde todos esos lados?

Sí, todo lo conceptualizo yo. Casi todos los videos están dirigidos y editados por mí, la ropa y las gráficas están diseñadas por mí. En un punto también he ido conociendo gente con la que trabajo y confío, es hermoso poder colaborar con gente tan talentosa, pero a la vez también hay muchos procesos que, por un lado ahorro tiempo haciéndolos yo, y por otro también ahorro recursos. Y sabiéndolo hacer, no haría mucho sentido hacer ese gasto. De a ratos es bastante intenso porque me tengo que encargar de muchísimas cosas.

¿Qué artistas te han inspirado últimamente? Pueden ser visuales y musicales. 

Lo que más me inspira ahora son proyectos que crean un universo, en este caso los artistas musicales tienen esa impronta de crear el video y el vestuario, lo que más me inspira, como ver cómo se hilan estos universos. Siento que para este álbum me inspiró muchísimo FKA Twigs con su álbum CAPRISONGS. También me inspiró Marina Sena, es una brasilera, tiene el álbum Vício Inerente. Apenas caché los videos y la manera en la que fusiona ciertos ritmos me quedé súper fascinada. Y también un universo mucho más vintage. Hay una película de Buñuel que se llama El Ángel Exterminador, y bueno, como te dije, a mí me encantan los contrastes, desde el título dije “ok, tengo que ver esto”. Y de hecho, el universo y el tipo de actuación medio paródica pero súper dramática y realmente de otro tiempo, un poco hasta distópica, me inspiró en ciertas cosas para el universo de Planeta Abandono, porque justamente es muy importante para mí, en general y también en este álbum, el retrofuturismo, esta nostalgia de la visión del futuro, pero del pasado. Es como un uroboro. Pero esa emoción también la sentí mucho en esa película, y me influenció también.

Si pudieras imaginar al Planeta Abandono como un lugar físico, ¿cómo sería?

Hice unas gigantografías de algunas cosas para el photoshoot que hice de las canciones, y una era una ciudad desde arriba, Bangkok para ser específicos. Había una cueva, un cielo y también una multitud de gente sublimada. En todo esto siento que Planeta Abandono sería como una cueva enorme con un laguito, pero que apenas sales de la cueva estás en medio de una ciudad así súper distópica como Bangkok.

La distopía es claramente lo que más te inspiró para esta composición. Si fuéramos a hacer una película o cortometraje sobre Planeta Abandono, ¿ese sería el género?

Sí, creo que sería parte de las influencias seguramente la distopía. También hay algo de este contraste que te decía, porque sería en momentos una distopía utópica. No está este purismo de que todo está mal, si no que hay momentos épicos.