Cabe destacar que México siempre ha contado con excelentes bandas en diversos géneros musicales, las cuales han tenido muchísimas oportunidades para ser vistas y reconocidas, por lo que su comunidad de fans suele ser más amplia.

Al día de hoy los festivales, conciertos y otras actividades culturales han sido retomadas de manera paulatina, con algunas restricciones básicas. Lo que ha permitido que esto continúe es la colaboración de las personas que asisten a estos eventos, respetando las normas y demostrando que los conciertos si pueden volver para quedarse nuevamente. 

El sábado 05 de marzo fue el gran día y desde las 06:00 p.m. se podía sentir el ligero movimiento, algunas personas ya llegaban a instalarse en el Centro de Convenciones Festiva, cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad desde el ingreso, con mesas distribuidas a distancia prudente para desarrollar un buen show.

Mold fue la primera banda en salir a los escenarios, una banda que mezcla diversos efectos de sonido y guitarras invitando a la gente al trance, pero al mismo tiempo, al goce por esos sonidos tan marcados que destilan. 

El público se iba preparando con cada canción que tocaban, se escuchaban los «guau» y no faltaron los aplausos después de cada canción.

Era turno de Yardigans, la banda cusqueña de indie rock que se sumó a este pequeño festival para demostrar que la buena música también puede llegar desde otras partes del Perú. Muy a su estilo comenzaron a tocar y se podía sentir a la gente vibrar desde que salieron al escenario, fue una banda más ligera en cuanto a sonido, era más digerible y a la vez más bailable. 

Worked Music, mediante sus corresponsales encargados del registro fotográfico, notó que la energía del público iba creciendo con cada banda que salía a escena.

Cuando fue el turno de Buh, se armó ya una fiesta más numerosa, la gente se levantó a bailar —algo que la banda transmite al instante— y el ánimo fue creciendo a picos más altos, siendo una buena previa para la banda estelar. 

La pista del centro se llenó, la gente salió de sus sillas y las mesas quedaron atrás, siendo la banda peruana la protagonista de ese momento. Los fanáticos siempre en la primera fila haciendo sentir a los integrantes del grupo la presencia de su comunidad, como suele ser siempre que alguien asiste a su concierto favorito. 

Juan Gris también formó parte de la escena, fue la penúltima banda, pero la última de las peruanas que telonearon a la ansiada agrupación mexicana de indie rock. Cuando subieron al escenario ya toda la gente estaba con las energías a mil por hora, súper activados y con ganas de más.

Aquí la fiesta estaba en su punto máximo, con la gente participando, subiendo al escenario, coreando todas las canciones, esa conexión entre la banda y su público es lo que todo artista siempre quiere sentir en sus shows, y Juan Gris definitivamente lo consiguió al tocar sus mejores temas. 

El ambiente se volvió una celebración total, todos gozaban del momento y a la vez lo compartían mediante sus redes sociales, aún así, no se perdía esa conexión con el show.

Hubo momentos de música lenta, y es allí cuando las personas se daban un respiro para poder retomar la fiesta con los temas que seguían, con canciones que llamaban a saltar y sonreír al mismo tiempo.

C.C. Festiva se llenó porque faltaba muy poco para la aparición del artista estrella que —dicho sea de paso— llevaría las energías de los fans hasta el cielo.

El momento del artista estelar de la noche había llegado y toda la gente que saltó y cantó más de 2 horas aún tenía energía para cantar un buen rato más, las previas ya estaban hechas con las cuatro bandas de lujo que se presentaron aquella noche. 

Los Blenders, la banda mexicana subió al escenario y tuvo, desde la primera canción, un cálido recibimiento que se reflejaba en la vibración de las personas, y en esa emoción de poder presenciar un show de su artista favorito. Los mexicanos conectaron al instante con su público —no solo con sus canciones—, pues mencionaron algunas populares palabras peruanas como «causa» y eso fue un puente para que todos los presentes allí sientan esa confianza y agradecimiento con ellos. 

La noche para ellos recién empezaba y cada canción fue coreada a todo pulmón, sus temas con más popularidad, los nuevos, los antiguos, todos hicieron que el público se moviera. Sin duda alguna este show y su variedad de bandas ha dejado al público muy satisfecho, lo que probablemente sea una invitación para que Los Blenders vuelvan a nuestro país porque, después de esa noche, está asegurada la buena impresión que se llevaron del público peruano, y la vivencia de esa maravillosa vibra que transmiten.

Además, hubo disponible merch de la banda para todo el público que quiso adquirirlo.

A más de la 1:00 a. m. el evento ya estaba cerrando, la gente y las bandas dieron todo en el escenario, Worked music se sintió muy agradecido de haber formado parte del registro fotográfico y en redactar esta linda crónica, esperando que muchos puedan identificarse con todo lo sucedido.

Si quieres escuchar más de los artistas, aquí dejamos lo mejor de ellos.

Mold!:

Yardigans:

Buh:

Juan Gris:

Los Blenders: