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Alternative/Indie
The Black Keys
Álbum Ohio Players (2024) de The Black Keys [RESEÑA]8/10
Por: Ramón P. Yelo
Publicado el: 21/03/2025
Resulta embriagador verse hechizado por la interpretación de una banda desconocida que intenta captar la atención de los transeúntes. Ese momento inusual no sería posible con The Black Keys, dado el tremendo éxito internacional que han cosechado, pero su música suscita la emoción de una actuación callejera motivada por el sonido garage que les caracteriza. El lanzamiento de la Dan Auerbach y Patrick Carney, Ohio Players, expresa su apego por su tierra natal, pero a la vez nos traslada al otro extremo de los Estados Unidos gracias a otro de sus recursos más emblemáticos, el sonido blues que se gestó a orillas del río Mississippi y que tuvo su mayor esplendor en ciudades como New Orleans. Es en esas calles, precisamente, donde me gusta imaginar que he descubierto al famoso dueto norteamericano.
La propuesta de Auerbach y Carney mantiene los elementos diferenciales de la banda, pero también se adentra en nuevos senderos con una composición más colorista y dinámica que se desprende parcialmente de la producción en crudo que ha marcado buena parte de su trayectoria. De hecho, se percibe una clara vocación por acercarse a un sonido más pop, más amable y envolvente, así como a melodías de rabiosa actualidad en el entorno del rock alternativo. Prueba de ello es la participación de Noel Gallagher, guitarrista británico de Oasis y compositor de una miríada de éxitos de venta, en tres de las canciones del álbum.
Asimismo, cabe resaltar la presencia de otros ingredientes inspirados en el funk y el soul que, por momentos, evoca el característico sonido de la Motown, sello discográfico cuya época dorada se sitúa en los años 60 y 70 con artistas tan destacados como Stevie Wonder, The Supremes o The Jackson 5. Sin duda, la inestimable colaboración de Beck, el diestro y famoso músico californiano, contribuyó en gran medida a la concreción y la diversificación de dichos matices mediante la inclusión de sintetizadores y otros instrumentos y efectos inusitados en el catálogo de The Black Keys.
El viaje que plantea Ohio Players comienza con ‘This Is Nowhere’, una canción que destila optimismo mientras invoca el gusto por una vida alejada de las trivialidades de la cotidianidad urbana, por el deseo de dejarlo todo atrás. Sobre una base trufada de órganos y sintetizadores, el tema exhibe una melodía pegadiza que se ve enriquecida por arreglos corales propios del soul y la música góspel sin abandonar cierto toque de sencillez. Toma el relevo ‘Don’t Let Me Go’, cuya estrofa recuerda a ‘Ain’t No Mountain High Enough’, el famoso hit de 1967 interpretado por Marvin Gaye y Tammi Terrell y producido por la empresa discográfica antes mencionada. De esta manera, la narrativa se adentra en una trama universal protagonizada por el miedo al aislamiento, un temor que se gesta entre guitarras envolventes con efecto de wah-wah, se define con la ayuda de arreglos corales en falsete y estalla en un coro enérgico con aroma de súplica.
La siguiente estación se ve invadida por el desenfreno de ‘Beautiful People (Stay High)’, que bien podría formar parte de la banda sonora de una película como Ocean’s Eleven gracias a la notoria presencia del funk en el bajo y en los instrumentos de viento. La tonada, de hecho, se merece una coreografía, la cual sería de gran ayuda a la hora de transmitir ese afán de esparcimiento sin restricciones. ‘On The Game’, por su parte, es una de las canciones diseñadas por el hermano mayor de los Gallagher y combina el espíritu de la etapa rockera de Bob Dylan con la esencia pop más actual. El resultado es una melodía que, si bien cede a la tristeza, deja una ventana abierta a la esperanza mediante un esquema de arpegios de guitarra que desencadena momentos de euforia en la introducción y la despedida del tema. Es así como esta amalgama cristaliza en la sensación de romper a llorar en el asiento de un coche mientras esperas que alguien te vea a través de la ventanilla y se acerque para ofrecerte su empatía.
Seguidamente, el pop persiste en su rol protagonista a lo largo de ‘Only Love Matters’, una composición que invita a bailar bajo los efectos de la embriaguez y con escasa coordinación bajo las luces de una discoteca. Durante la evolución de esta canción, las estrofas se debaten entre la búsqueda de la soledad y el calor humano, mientras el estribillo revela los verdaderos anhelos del personaje al tomar la esencia de un abrazo en medio de una multitud distraída.
‘Candy and Her Friends’ sitúa la escena en un grupo de personas que recorren la ciudad dominados por el narcisismo y despunta por la participación de Lil Noid, el rapero de los 90 que introduce un nuevo color en la canción sin desbaratar su estructura. A continuación, el soul alcanza su máxima expresión y se desparrama cálidamente en las melodías de la guitarra y el órgano durante la corta pero intensa travesía que propone ‘I Forgot To Be Your Lover’.
A partir de este punto, el álbum tiende a recuperar el sonido tradicional de la banda que ha imperado en sus tres LP más recientes. La primera parada, ‘Please Me (Till I´m Satisfied)’, no deja lugar a dudas y ofrece una experiencia cruda y salvaje con una percusión casi tribal que subraya su carácter impulsivo. ‘You’ll Pay’, por otro lado, se presenta como una excepción a dicha deriva y se viste de traje y zapatos satinados en un entorno monocromático que, además, induce ciertas reminiscencias de los mayores éxitos de Amy Winehouse.
Lo más destacable de ‘Paper Crown’ es la participación de Beck y de Juicy J en las voces en lo que, por lo demás, es una canción bastante genérica. Además, la transición al rap es demasiado abrupta, aunque el final de dicho fragmento se vea enormemente favorecido por la asistencia de un teclado con matices de acid jazz. La sucesión es asumida por ‘Live Till I Die’, una canción que aspira a constituirse como un himno rockero a la libertad de exprimir la vida. La siguiente parada, ‘Read Em And Weep’, resalta por su marcada oscuridad, la cual traza paralelismos con el ambiente planteado por Arctic Monkeys en Humbug, su tercer trabajo de estudio.
La aventura llega a su final con ‘Fever Tree’, una tonada que promete ser una balada, pero acaba desatando una gran cantidad de energía, y ‘Every Time You Leave’, caracterizada por redundar en la naturaleza tóxica de algunas relaciones amorosas y una producción efectista reservada para los grandes estadios.
Ohio Players es, a todas luces, una pieza novedosa en la obra de The Black Keys que demuestra la versatilidad de la banda y su capacidad de reclutar a grandes figuras de la escena musical, además de estimular diferentes facetas de la condición humana mediante un talante complaciente a la vez que abrasivo. La propuesta se descubre como un obsequio hermoso y rutilante que saciará el apetito de sus seguidores y dejará satisfechos, o incluso sorprenderá, a los que se acerquen por vez primera a su repertorio. Y es que, más allá de algunas redundancias y de la constatación de cierto declive del entusiasmo suscitado a partir de su ecuador, el nuevo álbum del famoso conjunto estadounidense promete una experiencia cautivadora.
Apreciación:
Ohio Players es, a todas luces, una pieza novedosa en la obra de The Black Keys que demuestra la versatilidad de la banda y su capacidad de reclutar a grandes figuras de la escena musical, además de estimular diferentes facetas de la condición humana mediante un talante complaciente a la vez que abrasivo. La propuesta se descubre como un obsequio hermoso y rutilante que saciará el apetito de sus seguidores y dejará satisfechos, o incluso sorprenderá, a los que se acerquen por vez primera a su repertorio.
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