Colony House: “No fue necesariamente a propósito que escribimos “The Cannonballers” para ser una carta de amor a nuestro hogar, Tennessee” [ENTREVISTA]

Las conversaciones tienen una forma especial de convertirse en canciones para Colony house. Desde la ligereza de una presentación o un pensamiento gracioso, hasta la profundidad de un cuestionamiento existencial o un monólogo introspectivo, las conversaciones son parte de la vida y del descubrimiento de quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos.

Decididos a prosperar como una banda de rock de Nashville/ Franklin, los hermanos Caleb y Will Chapman junto a Scott Mills y Parke Cottrell, han subido una cuesta constante en esta industria durante más de una década, tres álbumes y giras constantes dentro y fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, la banda fue otra de las tantas perjudicadas y a la vez bendecidas por la pandemia. Forzados a frenar en medio de una gira, finalmente regresaron a casa por una larga temporada. Entre recuerdos de su infancia y la realización de la transformación inevitable del lugar, las conversaciones comenzaron a surgir.  

Esta reconexión con Tennessee tuvo como consecuencia su cuarto álbum, “The Cannonballers”, una carta de amor a su hogar que funciona como dicotomía entre el paso rápido con el que marchamos por la vida y el temor a que llegue su final. 

“The Cannonballers” es un álbum fantástico. Tras estar de gira sin parar, finalmente regresaron por un buen tiempo a Nashville por un buen rato, aunque fuera a pesar de la pandemia, pero esto fue el detonante de este nuevo material. ¿Recuerdas ese primer momento, memoria o sentimiento que detonó la dirección de este disco? 

Un factor importante fue la pandemia. Estábamos de gira cuando ocurrió todo, tuvimos que detener el tour y regresamos a casa pensando ¿qué vamos a hacer ahora?. Habían pasado unos 10 años desde la última vez que estuvimos en casa por un periodo largo de más de un mes. Los cuatro nacimos y crecimos en Tennessee, y poder ver el cambio de las estaciones, reconectar con viejos amigos que no habíamos visto en mucho tiempo y ver cómo ha cambiado y crecido tanto la ciudad. 

Hay algo realmente impresionante y a la vez muy triste acerca de mirar viejas fotos y películas caseras. Es como reconocer lo rápido que pasa el tiempo y lo frágil que es la vida. Siempre hemos sido una banda que observa esa parte de nuestras vidas, las partes emocionales y nostálgicas, porque creemos que hay mucha belleza ahí. Para este álbum nos sentimos como si estuviéramos en medio de ello. Había tanta nostalgia y tanta memoria, tantos recuerdos con los que nos estábamos reconectando. No fue necesariamente a propósito que escribimos “The Cannonballers” para ser, a falta de mejores palabras, una carta de amor a nuestro hogar, Tennessee. Pero como la mayoría de los álbumes, lo terminas y luego miras atrás y ves el hilo que une a todas las canciones. Y ese era nuestro hogar, era nuestra vida, en la que no habíamos pasado tanto tiempo. 

Para todos los que no hemos visitado Tennessee ¿Cómo describirías la magia del lugar? Aquella con la que se reconectaron y que capturaron en este álbum

Tenemos una gran ciudad, Nashville, que es conocida como la ciudad de la música. Y eso es un regalo y una maldición, porque cuando es tu trabajo y vuelves a casa, todavía estás en la ciudad de la música, y a veces sólo necesitas un descanso. Cada ciudad es la ciudad de la música para mí. porque ese es mi trabajo. Pero hay algo realmente genial en el ambiente de Nashville y todo el mundo parece estar apoyándose unos a otros. Pero fuera de la industria, fuera de Music City, es un lugar realmente hermoso. 

Es tranquilo. Y donde yo vivo es un tipo de ciudad histórica, de tierras de cultivo.No hay luces en la calle, puedes ver las estrellas. No escuchas coches, escuchas grillos. Volver a sumergirme en la tierra en la que crecí, tener una especie de tranquilidad, como una temporada de silencio cuando gran parte de nuestras vidas están llenas de ruido. 

Creo que esa era la magia con la que intentábamos conectar en “The Cannonballers”. La idea de que todos nos esforzamos y estamos intentando pasar al siguiente capítulo de la vida, lo cual es bueno por un lado, trabajar duro y estar ocupados, pero creo que nos perdemos muchas cosas bonitas por intentar adelantar el camino. Es como leer el final del libro antes de haber leído las cosas buenas que te llevan allí. Así que queríamos asegurarnos de no saltarnos capítulos con este álbum. 

La forma en que escribimos nuestras canciones en Colony House es como una conversación. Y creemos que en una buena conversación hay ligereza y hay profundidad. Pero no empiezas con las cosas profundas porque se volvería agotador. Tal vez no estoy listo para hablar de mi herida, empecemos con cuál es tu color favorito, eso es Colony House. Tratamos de hacer ambas cosas. Tratamos de presentarnos y decir, hola, encantado de conocerte, somos de Nashville. Y luego hay otras canciones en las que pensamos que la vida es dura a veces, vamos a hablar de ello. 

Mencionas álbumes y películas familiares como parte de esta reconexión con su infancia y vida en Tennessee ¿Consideras que fue un proceso ameno o crees que hubo una introspección más profunda y personal? ¿Se atrevieron a tal vez a investigar, rememorar y aprender cosas que tal vez no cuentan como los mejores recuerdos?

Creo que tal vez es por eso que la gente va a terapia, o parte de la razón. No sólo vas a hablar de lo que quieres hablar. En mi caso, cuando he ido a terapia, la mayoría de las veces he dicho: «Esto es lo que me pasa, estoy tratando de entender esto”, y luego, de alguna manera si es un buen terapeuta, saca algo que ni siquiera recordabas. No lo ves venir. Entonces vamos a profundizar en eso, y ahí es donde está el verdadero trabajo. Así que esa pregunta es hermosa, porque creo que eso es la composición de canciones para mí. Profundizar en sentimientos personales, inseguridades, pensamientos como, “llevo haciendo esto mucho tiempo ¿tiene algún significado?”. 

Comienzas a hacerte preguntas existenciales. Y si eres lo suficientemente valiente para hacerte esas preguntas, comienzas a descubrir las cosas que te han llevado hasta aquí. Y puede ser difícil y puede dar miedo. Lo veo como cuando eres niño y entras a una habitación oscura, sabes que hay un interruptor por ahí, solo tienes que ser valiente para entrar y encenderlo. Una vez que lo enciendes se desvanece todo. No hay fantasmas, no hay monstruos, es solo una habitación.  Y creo que así es la vida. Gran parte de ella es ser lo suficientemente valiente para caminar en las partes oscuras de nuestras vidas para darse cuenta de que hay luz en algún lugar allí. Sólo tengo que encontrarla.

Esas son las habitaciones oscuras en las que estoy entrando. Hay cosas que siempre se aferran a nosotros, hace mucho tiempo, hace 14, 15 años, perdí a mi hermana pequeña cuando ella tenía cinco años. Eso fue algo grande en nuestras vidas, una cosa fundamental que influyó en muchas de las primeras canciones que escribimos como Colony House. 

Cuando te suceden cosas que sacuden tu mundo, se aferran a ti como una especie de compañero, y se abren camino en todo. Se abren camino incluso en canciones tontas como ‘Landlocked Surf Rock’, que podría ser una canción de rock and roll sobre lo ridículo que es Nashville. Pero hay una profundidad difícil de explicar. Tennessee es el lugar donde suceden todas estas cosas, donde aprendí a montar en bici, donde aprendí a enamorarme. Y también el lugar donde he enterrado a gente que quiero y el lugar donde me han roto el corazón. Así que hay mucho que descubrir en “The Cannonballers”. Es un álbum sencillo y corto, pero creo que hay mucho que averiguar. 

Ahora que has pasado por este proceso tanto personal como creativo y que el álbum ha salido. ¿Sigue habiendo aprendizajes cuando vuelves a escuchar las canciones o al interpretarlas? 

Es interesante. Creo que cuando haces un gran proyecto, puedes relacionarlo con cualquier cosa. En este caso, al hacer un álbum, hay cosas en las que te centras tanto y en las que pasas tanto tiempo que tienes que darte un respiro cuando se acaba. Probablemente escuché el álbum un millón de veces mientras lo hacíamos, pero después lo sacas y te quedas atascado.

Siempre decimos que un álbum de Colony House no está terminado hasta que tocamos las canciones en vivo. Ahí es en donde aprendo nuevas lecciones. La primavera pasada salimos en la primera gira Cannonballers, y entras a la habitación con expectativas de canciones que seguramente resonarán con el público, pero no lo hacen, y algunas que no viste venir se convierten en lo mejor de la noche. Hacia el final del álbum hay una canción muy personal llamada ‘Do You Ever Feel’. La escribí para uno de mis mejores amigos con quien había perdido contacto y fue una manera de reconectar con él. Cuando tocamos esta canción en vivo, esperaba que fuera un poco egoísta, que la tocaríamos solo para nosotros porque interpretarla se ha convertido en algo muy terapéutico para todos en la banda. 

Tal vez la lección que he aprendido es que no siempre se trata de tener la respuesta. Se trata de estar dispuesto a encontrar consuelo en el intermedio, en la lucha, en la tensión de la vida. No porque sea cómodo necesariamente, sino porque es natural y es el orden natural de las cosas. No es nuestro trabajo resolverlo todo el tiempo, nos presionamos mucho a nosotros mismos para resolver las grandes cuestiones de la vida. Y esta canción, quizá sea la más terapéutica para mí porque se pregunta ¿Alguna vez te has sentido como yo? ¿Alguna vez has sentido que se te acaba el tiempo? ¿Alguna vez has sentido que pierdes el contacto con el mundo, con tus amigos, con tu familia?. 

Cuando eres capaz de cantar eso en una habitación llena de gente y hacer la pregunta desde el escenario y observas ojos llenándose de lágrimas… Se me pone la piel de gallina pensando en ello. Ir de gira no es necesariamente la cosa más fácil psicológicamente o emocionalmente porque hay altibajos. No es diferente a cualquier otro trabajo, tienes días buenos y días malos, pero poder cantar con la gente cada noche es algo que me salva el alma, saber que no estoy solo en esto. Y así tal vez eso no lo vi venir de este álbum, estoy tratando de aprender que está bien no saber cosas.

Como mencionas, una canción de Colony House no está terminada hasta que la tocan frente a sus fans. ¿Estas experiencias y las reacciones del público las toman en cuenta cuando regresan al estudio a trabajar en nuevos proyectos? 

Un poco, sí. Estamos muy agradecidos con todos los que llevan tanto tiempo en Colony House después de cuatro discos. Muchas bandas no llegan a hacer eso y ha sido un proceso muy gradual. Nunca ha habido un momento relámpago para nosotros, ha sido como tener una pequeña máquina y decirle “Vamos, puedes hacerlo”. Y sentimos que se lo debemos a nuestros fans, a los que están ahí fuera, escucharles y darles al menos algo a cambio. Creo que todo lo que nos piden es honestidad y autenticidad, así que es importante para nosotros como artistas y creadores, empujar y averiguar dónde no hemos estado creativamente.

Es una línea muy fina para balancear. Tenemos que seguir explorando nuevos espacios con nuestra música y con nuestras letras y lo que pensamos. Pero siempre está en el fondo de tu mente ¿qué pensarían los fans de Colony House sobre esto?. Al final, hay que dejar que el arte guíe el camino. Y hemos tenido algunas conversaciones interesantes cuando la gente realmente no aprueban la dirección que estamos tomando, pero es que simplemente estamos explorando un nuevo espacio. A veces saltas al agua y es más fría de lo que pensabas, es un pequeño shock al sistema, pero te acostumbras. 

¿Cuál es la definición que le darías a ser un “Cannonballer”?

La historia corta de eso es que, cuando empezamos a escribir la canción ‘Cannonballers’, estábamos buscando las sílabas para encajar con la melodía, necesitábamos cuatro sílabas. Y cannonballer por alguna razón me vino a la mente porque sentí que la parte de la guitarra se sentía como una montaña rusa. Cuando yo era un niño, había un parque temático en Nashville llamado Opryland, y tiene mucha historia con mi familia. Uno de los primeros trabajos de mi padre fue actuar. Era un imitador de George Strait en Opryland, por lo que solíamos ir todo el tiempo y había una montaña rusa allí llamada el Wabash Cannonball.

En el momento fue solo una palabra divertida, pero comencé a buscar el significado de Wabash Cannonball, y es una vieja canción country que muchos artistas como Roy Acuff y Johnny Cash han versionado. Esta tal vez no es la respuesta corta, pero hay cierto folklore detrás de lo que significa Wabash Cannonball en la cultura vagabunda. Es este tren fantasma que, cuando escuchas el silbato sonar, va a salir y llevarte a la otra vida. Es como el holandés volador del ferrocarril, y me encanta una buena historia de fantasmas.

Las tradiciones y el lenguaje de trenes han sido una parte de nuestros álbumes pasados en Colony House. Mi abuelo trabajó en el ferrocarril, así que hay algo en mí que siempre está fascinado por esta cultura y esta antigua y loca forma de transporte. Me metí en esta idea del tren fantasma y gran parte del álbum trata de reconocer el ritmo de vida que estábamos viviendo y lo rápido que íbamos por ella. Y aquí estamos, es tan irónico. Como seres humanos, estamos tratando de averiguar cómo vivir tanto como podamos. ¿Cómo podemos evitar el final de nuestras vidas? Pero estamos viviendo a un ritmo desenfrenado. Es una especie de yuxtaposición.

La canción trata de este tipo de paradoja. Algo así como querer ser el primero en cruzar la línea de meta, excepto que no quiero ser el primero en morir. Además, siento que tiene actitud. “Cannonballer” se supone que tiene un aspecto muy juvenil, es este niño, como la portada del álbum, un niño aventándose de cañón en una piscina sin ninguna preocupación en el mundo en absoluto. Y luego podría ser como Jekyll & Hyde, el otro lado de eso es no tener en cuenta la consecuencia de nuestras acciones. Es la comprensión de ser  cualquiera de esas dos cosas en cualquier momento. Eso está bien. Tratar de averiguar el equilibrio saludable es ser un cannonballer. 

Hablando de Tennessee y de tu infancia ¿Existe algún álbum, artista o canción que hayan marcado esa etapa de tu vida? 

Podría hacer una larga lista de personas. De acuerdo a Spotify, aparentemente soy un ávido fanático del country. Escucho muchos clásicos como Johnny Cash y Hank Williams, algo que tal vez no esperarías por el sonido de Colony House, pero siempre esas historias siempre me han inspirado. 

Kings of Leon ha sido una gran influencia. Algunas otras bandas de rock que vienen del sureste como Cage the Elephant, han sido grandes influencias como estudiantes en la preparatoria y buscando bandas que nos inspiraban, que veíamos que para ellos estaba funcionando hacer música. 

Porque como una banda joven, siempre nos dijeron en la industria que no se puede ser una banda de rock en Tennessee. Tienes que mudarte a Los Ángeles o a Nueva York. Y nosotros decidimos que seríamos una banda de rock de Tennessee. Así que creo que esas son dos grandes influencias a gran escala. Y, por supuesto, ha habido bandas que han sido amigos nuestros que realmente nos han influido a través de los años. Una de esas bandas, Leagues, fue como nuestro mentor en los primeros días. Sólo sacaron dos álbumes, pero su baterista, Jeremy Tito, ha producido varias de nuestras canciones. 

¿Tienes alguna letra favorita en “The Cannonballers”?

Hay una letra ya que he mencionado en ‘Do You Ever Feel’. Cuando la escribí, simplemente resonó en mí. Es una letra bastante única para conocer Nashville. El primer verso dice “Meet me at the corner church”, que es esta iglesia donde todos nuestros amigos solían reunirse en el estacionamiento. Ninguno de nosotros iba a esta iglesia, pero ahí ese era el punto de reunión para ir a ver espectáculos o al centro de Nashville. Desde ahí nos íbamos en un solo auto, era el lugar más céntrico y en donde no llegaría la grúa.  

“Meet me at the corner church. Where everything started back when we were all kids full of ideas. Chasing all our dreams down the interstate. Let’s drive into the city and count up all these buildings and name them after problems we never saw existing.”

Me gusta mucho esa letra porque habla del cambio de Nashville. Es una canción para mi mejor amigo de toda la vida, solíamos ir a Nashville y colarnos en estos edificios antes de que estuvieran terminados, ya sabes, eran sólo andamios. Y podíamos ver toda la ciudad. Y me encanta visitar esos recuerdos casi como fantasmas, donde podemos volver y estar en el mismo lugar, vemos las viejas tierras, el viejo horizonte. Pero luego ves todos estos nuevos edificios que han aparecido por todas partes.

Estos problemas, estos rascacielos que nunca vimos venir, son las sorpresas en nuestras vidas que siguen apareciendo. Es una de esas letras que escribes por accidente y dices, “tal vez soy bastante bueno en esto”. 

Refiriéndonos a los momentos y lugares que han marcado quienes son hoy en día. ¿Recuerdas alguna canción, momento o algo especial que lo haya cambiado todo para Colony House? 

Ciertas canciones han cambiado todo acerca de Colony House por diferentes razones. Pienso en una que desde un punto de vista comercial fue un éxito y realmente puso a Colony House en el mapa. La primera canción que sacamos se llama ‘Silhouettes’, y es de este verdadero y probado indie rock que ha resistido la prueba del tiempo. Recuerdo que no sabíamos lo que estábamos haciendo literalmente, pero en un momento recibimos una llamada telefónica y nos dijeron: «Hey, esta canción ha sido número uno en esta estación de radio por seis semanas, más de lo que cualquier canción lo ha sido”, ni siquiera sabíamos que la estaban tocando. Ahí es cuando creo que esta banda comenzó, cuando supimos que era algo real y los teléfonos comenzaron a sonar un poco más. 

Después hay canciones como ‘Moving Forward’, que es una muy personal, habla sobre mi hermana. Es una canción que nunca vimos como comercial o popular, pero se ha convertido en una que siempre debemos tocar en un show de Colony House o los fans se molestan. Más que un éxito, se ha convertido en una especie de culto y algo auténtico de la banda. Entre los álbumes también está ‘You Know It’, que es una canción que escribimos en un viaje de 30 horas en carretera y necesitábamos algo que hacer. cuando surgió Tik Tok, alguien la usó en uno de sus videos y renació, se convirtió en nuestra número uno y piensas “¿podrías usar todas nuestras canciones? Sería genial”. 

Finalmente, sus conciertos se destacan por ser siempre una sobrecarga de energía ¿Tienes algún show favorito o memoria favorita durante uno de ellos? 

Así como las canciones, hay shows que sobresalen por diferentes razones. El primero que me viene a la mente es cuando lanzamos “The Cannonballers”, hicimos nuestro primer show en el Ryman Auditorium, un lugar histórico de Nashville, y en Estados Unidos en general. Todo el mundo quiere tocar en el Ryman, fue donde comenzó el Grand Ole Opry y tiene mucha historia. Siempre habíamos soñado con tocar ahí, habíamos tocado como teloneros de otras bandas ahí, pero nunca con nuestro propio show. Fue una de esas cosas atemorizantes, solo esperas que la gente asista y fue sold out, tocamos el álbum completo. Cuando estamos en el escenario sentimos que nos estamos entregando al público. Ese es nuestro objetivo. Pero probablemente ese fue el único show en donde sentimos que eran ellos los que se entregaban mucho más a nosotros.  

Algo realmente genial de los fans Colony House, la familia por así decirlo, es que no es esto enorme, es bastante concreta. Conocemos a mucha de esta gente y se dan cuenta y reconocen el largo camino que ha sido llegar a este lugar. Y también entienden lo especial que es este espectáculo para nosotros por el lugar y el sitio en el que se celebró. Así que después de cada canción, hubo una ovación de pie de dos minutos, y no pudimos estar más agradecidos. Fue increíble. Fue un show muy especial, toda nuestra familia estaba allí.

Fue muy emocional. Mi abuelo también estuvo allí, él es la razón por la que toco música. Cuando tenía mi edad, solía conducir a Nashville y literalmente estacionarse fuera del Ryman, sin calefacción ni aire acondicionado en ese entonces. Él soñaba con algún día conseguir una canción, venía para intentar convertirse en un compositor. Así que se sentaba afuera en su carro con las ventanas abiertas para escuchar la música que sonaba desde el Ryman. Solo pensaba en cómo mi abuelo venía aquí a su edad y ahora su nieto está tocando sobre ese escenario. Esas son las cosas especiales.

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