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Alternative/Indie
The Wombats
Álbum Oh! The Ocean (2025) de The Wombats [RESEÑA]7/10
Por: CrisAcc
Publicado el: 21/02/2025
Para la reseña de esta ocasión me gustaría que juguemos a especular por un segundo. Lejos del agobiante ruido de la ciudad, el océano se despliega ante ti. Por un instante, te encuentras completamente aislado del mundo real. Solo eres tú y tus pensamientos y emociones. El océano, de pronto, comienza a sentirse distinto al que veías en tu infancia. Interactuar con él no se siente de la misma manera que como lo hacías el verano con tus amigos. El mar ya no es el mismo. Matthew Murphy, vocalista de The Wombats, experimentó esta sensación, bautizando al nuevo larga duración de la banda bajo la realización a la que llegó: “Oh! El océano”.
El disco abre con una reflexión un tanto ansiosa y pesimista para la tonada groovy. De hecho, es esta vibra psicodélica medio sesentera la que me trae recuerdos de cierta banda que también salió de Liverpool. ‘Sorry I’m Late, I Didn’t Want To Come’ es un gran track de apertura puesto que dispone ante el oyente la dualidad que la banda conjuró para este proyecto. El verano puede ser un tiempo de diversión, aunque puede desempeñarse como el escenario perfecto para la introspección. La producción también la interpreto como un homenaje al sonido indie de la década pasada. El siguiente avance del proyecto, que fue presentado con antelación, es ‘Can’t Say No’. Otro hit alegre en cuanto a la música me atrevería a decir que también en performance, con una letra que nos habla sobre como tomamos malas decisiones al intentar escapar del agobio rutinario. Desde conducir a Belice hasta pelear con demonios, la pluma de Murph no deja de poseer el ingenio un tanto silly de los primeros discos de la banda. En este sentido, Oh! The Ocean ofrece un cierto balance entre imágenes divertidas y llenas de energía, con una autocrítica lo más honesta posible. Si bien la vibra jovial continua con ‘Blood On The Hospital Floor’ – ojalá no sea una referencia a cierta banda turbia con la que casi comparte nombre este track – he de decir que este sonido me lo esperaría de bandas como The Strokes o Arctic Monkeys. Dejando el prejuicio de lado, se vuelve irrelevante cuando la mística de una canción es escucharla en vivo, fundiéndose la mente con el inconsciente colectivo. “Tiendo a pensar en para siempre/mi ánimo cambia como el clima”. El solo de guitarra, por otra parte, me pareció bastante agradable de escuchar, y me sorprende como esta técnica se rehúsa a desaparecer del imaginario rockero al pasar las generaciones.
Se abre paso uno de mis cortes predilectos de este disco: ‘Kate Moss’. El título hace referencia a la icónica supermodelo estadounidense, mencionada en la línea del coro: “Caos, todo lo que veo es caos/y tú te ves como Kate Moss allá por 1993”. Este track me consta que aborda el tópico de la vida y lo que hacemos con ella. A pesar de las apariencias, la vida hay que disfrutarla según nuestras propios intereses, ya que va a ser caótica para todos, de distintas maneras, claro está. Con este track volvemos a la presencia marcada de agentes electrónicos y un poco disco en el catálogo sonoro de The Wombats. La curaduría sonora me recuerda su álbum Glitterbug (2015), aunque con un toque post-punk psicodélico que la vuelve irresistible al odio. ‘Gut-Punch’ sigue con la línea revival del post-punk abriendo con unos sintetizadores, bastante digitales he de decir. Las líneas de bajo, por otra parte, han sido de los elementos destacables más consistentes de todo el proyecto. ‘My Head Is Not My Friend’ es una de las canciones más populares del proyecto, teniendo un tono un poco más melancólico, aunque no por eso menos energético. Murphy llegó a comentar que esta canción plantea que, quizás, no siempre tenemos el mejor de los intereses en las cosas. La pista de baile es indispensable para el indie rock, y The Wombats ya lleva décadas de experiencia en saber crear canciones pegadizas y únicas entre ellas. Su versatilidad se ha visto premiada con un aumento considerable de su fanaticada a lo largo del tiempo.
‘I Love America And She Hates Me’ hace referencia a que ya hace tiempo que Murphy reside en Los Ángeles. Pudiera apostar que este factor influyó de algún modo en el acercamiento estético del sonido de la banda. Este track en particular suena a una fiesta pop en la playa en toda regla. La playa pareciera estar presente de manera subliminal en el proyecto, siendo este el epicentro de la realización que llevó a Murphy a componer este nuevo capítulo del grupo. En contraste está la rockera ‘The World’s Not Out To Get me, I Am’. El título del corte me recuerda mucho al apogeo del emo, con bandas como Fall Out Boy y Brand New, quienes nombraban sus canciones con títulos larguísimos. Si bien esta práctica la asocio más al pop punk, no están tan lejos estéticamente. De hecho esta canción me recuerda un poco a la etapa tardía de FOB, con apoyos vocales variados y voceos melódicos en los ganchos, poperos a más no poder. ‘Grim Reaper’ se presenta como un corte un tanto estándar, estando en armonía con el diseño sonoro de sus semejantes. Esta tonada psicodélica sirve de base para escapar de la muerte, o más bien, del recordatorio de que la vida es una y hay que aprovecharla.
La recta final de este recorrido por la mente de Murphy se asoma en el horizonte con ‘Reality Is A Wild Ride’, que cuenta con un Groove impecable, sumado a una cándida performance del vocalista, quien nos canta esta vez sobre aceptar a la realidad como algo que no podemos controlar. Ya adentrado en el tema, la producción goza de energía y fulgor, construyendo una atmosfera llena de dulces para el odio. ‘Swerve (101)’ sirve como un contraste curioso en cuanto al delivery musical del grupo. La atmosfera adquiere un rollo thriller bastante interesante. De pronto, me siento a la mitad del océano, para luego ser sacudido por oleajes y ráfagas de luz. Se siente completamente catárquico tener una canción con un sonido tan maduro ya adentrados en los últimos minutos de Oh! The Ocean. “La mayoría de cosas se resuelven por si mismas, ¿sabías?/Y otras son bolas de nieve hasta que explotan”. He de admitir que me esperaba un final mucho más magnánimo teniendo en cuenta a canciones como esta o ‘Gut-Punch’. No es por desmerecer a ‘Lobster’, que logra ser una agradable outro pop psicodélico, con secuenciadores creativos y guitarras dulces y brillantes. El final de la canción, de hecho, está muy bien planteado, en cuanto se pierde etéreamente entre el horizonte, devolviendo la vida hacia a su lugar de origen; el océano, junto con las langostas.
Apreciación
The Wombats no dejan de crecer y madurar, a la vez que presentan uno de sus proyectos más introspectivos a la fecha. Lleno de exquisitas líneas de bajo y una etérea producción psicodélica.
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