En la sala “A” del Foro Indie Rocks! la banda conmemoró junto a su público veinticinco años de trayectoria, en una noche donde la nostalgia, la gratitud y la conexión con aquellos fans fue la protagonistas.

La sala, aunque de dimensiones pequeñas, estaba llena hasta el último rincón. Conforme pasaban las horas, la gente no paraba de llegar, llenando la pista, los balcones y las esquinas más lejanas; todos con una emoción y expectativa de que el grupo por fin saliera. Entre luces tenues, los gritos pidiendo que por fin aparezcan en escena no se hicieron esperar.

Fue así que la banda fue llegando al escenario, cada uno tomando el puesto que le correspondía, dejando al final la entrada más esperada y especial: la de Leigh Nash. Comenzaron el repertorio con ‘Angeltread’, seguida de ‘Within a Room Somewhere’ y ‘Thread the Needle’, tres primeras canciones que bastaron como una gran introducción del show, y suficientes para llenar al público de emoción y gritos.

Las emociones eran evidentes, especialmente para las personas que se ganaron un lugar hasta enfrente del público, al menos desde ahí se podía observar los emocionados rostros de las personas (algunas grabando con su celular, otras viendo con admiración a la banda y, claro, aquellos que cantaban como si no hubiera un mañana).

Canciones como ‘A Million Parachutes’, ‘Rosemary Hill’ o ‘Melody of You’ destacaron por su calidez al momento de interpretarlas, otras que la acompañaron fueron temas como ‘Down and Out of Time’, ‘Don’t Dream It’s Over y ‘The Tide’, cada una con un toque como si la canción no hubiera envejecido.

El clímax de la noche llegó acompañado del tema ‘Kiss Me’, el símbolo y emblema de Sixpence. Al primer acorde, decenas de celulares se alzaron para grabar el momento que todos estaban esperando, tiempo donde todo el foro coreó la canción al unísono de la banda.

Tras la euforia de ese éxito, siguió ‘We Are Love’, la canción con la que aparentemente se despedían y donde dejaban el escenario durante unos minutos. La espera no fue demasiada, pues aún guardaban la última sorpresa: un encore. Fue así que con ‘Breathe Your Name’ cerraron este concierto; no sin antes pararse frente al público, mostrar la bandera de México (que estaba en un rincón de los instrumentos) y, claro, despedirse de todos sus fans.

Durante poco más de dos horas, Sixpence None the Richer demostró que no se necesitan enormes efectos, pantallas gigantes ni escenografías aparatosas para ofrecer un concierto inolvidable. A más de 25 años de haber comenzado su historia, siguen siendo una banda que canta desde el alma y la emoción, demostrando que, su música, lejos de quedarse en el pasado, sigue encontrando eco en nuevas y viejas generaciones. Lo vivido el 22 de junio en el Foro Indie Rocks! fue una celebración a la música.