Sam Amidon: “Cada concierto es una oportunidad de hacer algo que nunca antes has intentado” [ENTREVISTA]

Tras un 2024 con proyectos variados como colaborar en la danza y el cine, Sam Amidon empieza el 2025 con su nuevo lanzamiento Salt River, que recopila nuevas versiones de artistas como Lou Reed y nos recuerda clásicos relatos de la tradición folclórica.

Sam Amidon nació en Vermont en 1981, en el seno de una familia de músicos dedicados al folk. Sus padres se dedicaron a esto y, tal como en las historias que narra este género y lo mantiene vivo, pasaron la tradición a sus hijos. 

Desde que tenía 3 años, Sam se dedicó a cantar y tocar el violín junto a su familia, y a los 13 formó la banda Popcorn Behavior con sus amigos de la infancia, para después decantarse por un proyecto solista que de todas formas nunca dejó de incluir la amistad y el afecto. 

Ha viajado por casi todo el mundo y trabajado con una infinidad de artistas, como The National y su esposa Beth Orton, publicando 13 álbumes. El pasado 24 de enero lanzó su más reciente trabajo Salt River, acompañado de Sam Gendel y Philippe Melanson y que, a diferencia de los anteriores, está compuesto plenamente por covers y reversiones de las historias folclóricas tradicionales con las que se crió, atreviéndose a probar una combinación de sonidos instrumentales clásicos del género junto con otros más actuales y vinculados al pop, como los sintetizadores. 

Hablamos con Sam sobre el proceso creativo de este trabajo, su vínculo de toda la vida con la música, otros proyectos donde la pudo experimentar desde diferentes lugares, y sus planes de gira una vez publicado el disco. 

¡Felicitaciones por tu nuevo álbum! Todas las canciones son tradicionales, o covers de diferentes artistas. Tus álbumes anteriores suelen tener composiciones más personales. ¿Qué te hizo decidir hacer estas reversiones y cómo fue el proceso creativo?

¡Gracias! Sí, este álbum en términos de material, como dijiste, es similar a mis discos anteriores, y en cuanto al sonido es bastante diferente. Respecto al material, es una especie de álbum de recortes, como un collage de cosas de mi vida. Hay música de diferentes tradiciones con las que crecí. Hay una tradición llamada canto con notas de forma que es de Nueva Inglaterra, de Vermont, de donde soy yo, y hay dos canciones de esa tradición aquí. Hay algunas melodías de violín porque crecí tocando el instrumento. Hay melodías de algunos músicos de mi comunidad, de áreas locales y que fueron compositores de mi ciudad, y también hay algunos covers de músicos más experimentados como Ornette Coleman, Yoko Ono y Lou Reed. Entonces es una especie de álbum de recortes que intenta tomar estas cosas, que si hicieras una lista de ellas la mayoría de la gente pensaría que son totalmente distintas, ¿por qué las combinarías? Mi desafío fue tratar de juntarlas y hacer que fuera algo que pudiera ser interesante y significativo para alguien.  

¡Genial! ¿Dirías que es también un trabajo personal en el sentido de que lo componen distintas partes de vos de alguna manera?

Exacto, es totalmente correcto. Es como un viaje a través de mi propia vida y mis recuerdos. Algunas de esas cosas podrían no ser notadas por alguien más, porque no son yo, pero espero que para cualquiera que escuche esto sea algún tipo de aventura en la que caminen por estas diferentes cosas y encuentren sus propias conexiones entre ellas.  

¿Cuál fue el mayor desafío del proceso de composición y grabación de Salt River?

Probablemente lo más desafiante fue el después. Nos juntamos con Sam Gendel y Philippe Melanson. Sam tocaba los sintetizadores y el saxofón, y Philippe la percusión electrónica y acústica. En la grabación no hubo ningún desafío, fueron cuatro días juntos en la habitación, en la sala de estar divirtiéndonos, comiendo todos juntos, riéndonos mucho y tocando nuestra música, pero no había pensado demasiado en la forma de la música de antemano. Así que cuando terminamos el álbum fue un poco random, como si fuera un collage que aún no estaba terminado. De alguna forma estaba todo por el piso, así que nos tomó un tiempo luego de la grabación ponerlo todo junto, en un sentido de pequeñas cosas como algunas sobregrabaciones en la secuencia, y decidir qué iría en el disco, porque grabamos más material. Queríamos que se sintiera como una historia realmente clara mientras se va escuchando. Creo que la etapa final del collage, cuando pusimos todo junto, fue un desafío divertido. Y en cuanto a la grabación no hubo desafíos, fue una hermosa aventura. 

Ya habías trabajado con Sam Gendel antes, pero ¿cómo fue trabajar con él mano a mano en un proyecto más íntimo? ¿Qué aprendiste de él?

Buena pregunta. Hace 10 años que conozco a Sam, y cuando lo conocí recién estaba empezando su propio trabajo. A lo largo de los años tocó en dos de mis álbumes, los dos últimos. Aparece en dos o tres canciones como invitado, y siempre aporta un sonido hermoso con su instrumento. Mientras tanto, en su propia vida, ha estado desarrollando un mundo entero de su música, muy misterioso y aventurero. Sam hace tantos álbumes que son tan diferentes entre sí y muy imaginativos. Así que reunirnos y tocar juntos fue muy interesante, junto con Philippe, el percusionista, con quien ambos tocamos antes. Sam me abrió las puertas del mundo de los sintetizadores en este álbum, es mi primer trabajo con sintetizadores. Yo empezaba a tocar mi guitarra y luego él presionaba una tecla, y yo no tenía idea de qué tipo de sonido iba a salir, si sería una trompeta, un bajo o una guitarra eléctrica, nunca lo sabía. Eso creó una especie de maravillosa sorpresa y un sentido de la imaginación que me gustó para el disco.

¿Te gustaría seguir explorando estos sonidos con sintetizadores en tus próximos trabajos?

Definitivamente siempre estaré explorando. Creo que mi pensamiento principal con cada álbum es “¿cómo puedo hacer esto emocionante para mí?”, porque si se siente emocionante para mí, lo será para los demás. Siempre se trata de nuevos desafíos. Así que tal vez en el próximo trabajo haga algo diferente, pero después con el tiempo vuelva a este sonido también. Siempre quiero y me gusta que los álbumes tengan un sonido coherente entre ellos, así que incluso si hay muchas cosas diferentes en ellos, estás en un mundo por cada álbum. Así que veremos hacia dónde va, pero sí. Y espero poder tocar siempre con Sam, aquí y durante mi vida, porque es uno de mis músicos favoritos. 

¿Tenés algún proyecto en mente para este año? ¿Vas a salir de gira con Salt River, o hay planes distintos?

Tengo el álbum que sale la próxima semana, y luego voy a tocar e ir de gira, espero ir a México, Perú y América del Sur, no he estado ahí aún, así que realmente ansío ir, es una de mis metas. También tengo otros dos proyectos ahora. Uno de ellos acaba de empezar y va a hacerse de nuevo, se llama Nobodaddy y es una presentación de danza épica con Michael Keegan-Dolan como coreógrafo, y hay nueve bailarines y siete músicos, esto incluye mucho de mí cantando mis canciones en el escenario, y las hemos presentado. Pasamos tres meses juntos en el 2024 desarrollando y presentando esto, así que afortunadamente volverá. También trabajé en una película llamada History of Sound, que se va a estrenar en algún momento. Esto fue con Paul Mescal y Josh O’Connor, e hice algo de trabajo ayudándolos y enseñándoles de canto y música folk, porque actúan de músicos folk en la película. Esto fue muy satisfactorio y estoy entusiasmado por que suceda. Definitivamente voy a salir de gira y espero ir a Sudamérica por primera vez. 

¿Cómo ha sido trabajar en proyectos tan diferentes? ¿Hay alguna historia que quieras compartir sobre trabajar con actores, o este espectáculo de danza? 

Para mí, una de las mejores cosas de la música es que puede llevarte a diferentes mundos y lugares. Crecí con música folk, donde podés entrar a un bar y si hay gente tocando el violín podés unirte con tu violín y tocar juntos por horas, así que trasladé esa sensación a los otros mundos de músicos con los que he colaborado. Fue maravilloso trabajar en la película, los actores se tomaron muy en serio el hecho de hacerlo bien y comprender el folk en profundidad, realmente les importó, y quedé encantado con la energía, concentración y talento de Paul Mescal y Josh O’Connor. Fue una experiencia muy divertida. Por Nobodaddy, estuvimos juntos por ocho semanas en una parte rural de Irlanda llamada Dingle, muy cerca del océano, casi siempre lloviendo.  Pasamos juntos todo el día, improvisando y desarrollando todo este trabajo para el show. Fue una experiencia nueva y muy intensa para mí. También amo la música que no es profesional. Me encanta juntarme con amigos y tocar el violín, eso es lo que más me gusta. Así que siempre que viajo, trato de encontrar música y ver qué pasa.

¿Todavía te apasiona tocar con tus amigos?

Sí, es lo mejor y lo más importante. Cuando estoy de gira, a menudo mis amigos se unen a mí, como yo a ellos. Está mi compañero de banda, Chris Vatalaro, con quien suelo tocar como dúo y nos vamos de gira por tres semanas. Pero si estamos en ciertas ciudades, invitamos a amigos a subir al espectáculo para partes del show.

¿Cómo fue crecer en una familia de músicos? ¿Aún mantenés amigos de tu infancia? ¿Aprendiste algo especial en tu juventud?

En mi familia son todos músicos, mis padres y mi hermano hacen folk. Tuvimos y tuve mucha suerte de estar en el mundo musical en el que crecí, y también fue divertido porque me encanta escuchar música y siempre estábamos oyendo CDs en la cena, discutiendo sobre música, debatiendo y analizando qué pasaba, incluso si era otro género. Hice un amigo, Thomas Bartlett, que es un gran músico y productor. Trabajó con Bebel Gilberto, David Byrne y muchos artistas diferentes. Es mi mejor amigo desde que crecimos juntos, y durante la secundaria pasábamos discutiendo sobre música y escuchando juntos, teníamos una banda con la que fuimos a Nueva York. Aún soy amigo y cercano con toda esa gente, y todavía tenemos proyectos. Mi familia hace un concierto todos los años en Año Nuevo, lo hacemos en mi ciudad, lo hicimos hace un par de semanas, hay un clip en mi Instagram donde nos pueden ver ensayando con mis familia. 

¿Hay algo que aún sueñes con hacer, presentar o crear?

Me encanta el cine, así que siempre estoy interesado en la posibilidad de hacer trabajo conectado a eso. También soy clásico, me gusta salir de gira y dar conciertos. Cada show es una oportunidad de hacer algo que todavía no hiciste. Encuentro cosas que hacer en el momento.

¿Cómo ves el rol de la música tradicional en el mundo moderno? ¿Qué te parece que representa el folk hoy en día?

De alguna forma, creo que el folk es música como cualquier otra, de la misma forma que cuando escuchás jazz o pop, uno busca una experiencia profunda y emocionarse escuchando algo. Con el folk pasa lo mismo. Estas canciones son grandes historias de amor, baladas sobre asesinatos, hermosas canciones sobre la muerte, filosofía, sabiduría, tristeza y pérdida. Supongo que la única diferencia es que estas fueron transmitidas a las nuevas generaciones con el tiempo. Son una ventana al pasado, que es interesante. Cuando escuchás una linda canción folk de los 1800s, estás escuchando los sentimientos de alguien, y esa persona probablemente no escribió un diario o una novela porque era un granjero, pero hizo una canción y todavía la tenemos para conectar con lo que sintió. 

Algunas canciones folk han sido usadas como canciones de cuna. ¿Cómo conecta tu hijo Arthur con tu experiencia?

Siempre estoy tocando canciones en casa y me escucha, pero debo decir que ahora está aprendiendo canciones de Stevie Wonder en el bajo. Tiene su propia aventura.

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