Producido por la propia banda y grabado en el Musée des Arts Décoratifs de París, que se encuentra en el Palais du Louvre, “Alpha Zulu” es todo lo que Phoenix hace mejor: melodías pegajosas emparejadas con una producción innovadora, dando como resultado lo que está destinado a ser uno de los álbumes del año 2022.  De hecho, “Alpha Zulu” — el primer álbum de la banda desde el aclamado disco de 2017 “Ti Amo” — es un recordatorio inmediato de lo que ha hecho de Phoenix uno de los proyectos más queridos de las últimas dos décadas, reforzando la duradera -y continua- influencia de la banda en la cultura pop.

Aquí hay una nueva soltura para Phoenix, un choque de emociones, estilos y épocas nacido de la loca incubadora estilística que es el Musée des Arts Décoratifs: ‘The Only One’, con su feliz percusión de gotas de lluvia, choca con la machacona y casi tecno ‘All Eyes on Me’; hay un enfoque en el “espacio negativo” — un concepto muy zdariano que se refleja en las paredes blancas que rodean las exposiciones del museo — y en una sensación de puro romanticismo, aunque teñida de una comprensión madura de lo precioso que se vuelve ese sentimiento con la edad. ‘My Elixir’, una canción solitaria y distante con un ritmo dulcemente rinky-dink que tiene el aire de karaoke cantado en un bar vacío. “Dime que cualquier lugar es un hogar”, suplica Thomas en la canción: “¿Podemos ir a casa?” Estaba pensando en cómo en “Ti Amo”, Phoenix dijo por fin “te quiero” — “pero en otro idioma”, admite. Viviendo ahora en unos Estados Unidos que parece cada vez más apocalíptico, la situación requería ser directa.