La talentosa cantautora peruana Nicole Favre presenta su nuevo EP Puro Sapo, un proyecto que no solo cautiva por su propuesta musical, sino por la profunda reflexión sobre el amor y sus complejidades. A través de ocho canciones, la artista reimagina la clásica narrativa del “príncipe azul”, desafiando las expectativas tradicionales del amor romántico y ofreciendo una visión más auténtica y matizada de las relaciones humanas.

Lanzado durante la pandemia, Puro Sapo es una respuesta a los mitos idealizados del amor, los cuales Favre comenzó a cuestionar mientras reflexionaba sobre sus propias experiencias. En lugar de perpetuar la fantasía de un amor perfecto, las canciones del EP exploran las decepciones y los altibajos que acompañan las relaciones reales. Con influencias de géneros como el pop urbano, el reggae y el trap, Nicole crea un sonido diverso y vibrante, fusionando ritmos contagiosos con letras que van más allá del romanticismo convencional.

La cantante explica que el álbum fue pensado como un relato continuo, en el que la estructura de las canciones se interconecta para mantener una narrativa cohesiva que refleja tanto la vulnerabilidad como la esperanza en el amor. El EP no solo es un ejercicio musical, sino una declaración de independencia artística. Nicole ha sabido mezclar géneros y estilos sin perder su esencia pop, mientras desafía las expectativas de su audiencia. En su discurso, la artista resalta cómo, a lo largo de su carrera, ha aprendido a expresar su visión única del amor, alejándose de las ilusiones y aceptando la imperfección inherente a las relaciones.

Nicole sigue consolidándose como una de las voces más frescas y atrevidas del pop latino, llevando su mensaje de autoaceptación y esperanza a nuevos públicos.

Quisiera profundizar un poco en el concepto de Puro Sapo. ¿Cómo fue el proceso de creación de este concepto, especialmente considerando que fue desarrollado durante la pandemia?

Correcto. Bueno, el proceso de creación, como bien mencionas, comenzó en la pandemia. Escribí todas estas canciones durante ese tiempo, así que ya tienen 4 años desde que fueron creadas. Recuerdo que veía muchas películas de Disney con mi mamá y, mientras las veía, pensaba: “¡Guau! Esto ya está muy desactualizado”. Todos esos cuentos de hadas que me creí cuando era niña… Yo realmente me compré mucho la idea del “felices por siempre”, de la historia de amor perfecta, de esperar a que un príncipe viniera a rescatarme.

Crecí con todas esas ideas, pero al madurar y ya de adulta, me doy cuenta de que, obviamente, no necesitamos un príncipe que nos salve. Claramente podemos salvarnos solas. Además, el amor no es perfecto, no es como en una película de Disney ni como en un cuento de hadas. No siempre existe un “felices por siempre”. Desde esa reflexión nace un poco la idea de escribir estas canciones.

La primera canción que hice fue ‘Puro Sapo’, por eso lleva el nombre del EP. Creo que engloba mucho el concepto. A partir de ahí, fui contando toda la historia. También tomé muchas referencias de los cuentos de Disney, que me encantan, tanto para los títulos como para los conceptos de las demás canciones.

Acabas de mencionar el tema de la idealización que Disney ha promovido a través de la figura del “príncipe azul” y la “princesa” que debe cumplir con ciertos estándares. ¿Te resultó chocante ver cómo esa expectativa se compara con la realidad?

Siento que hay muchas mujeres, o personas en general, que lo tienen claro y no se compran esa idea. Pero yo soy una persona que romantiza todo, especialmente el amor, y lo sigo haciendo, en realidad. Sin embargo, lo romantizaba de una forma extrema durante mucho tiempo, y eso me hizo mucho daño. Me creí por completo la idea del “cuento de hadas” y del “felices por siempre”.

Eso me llevó a idealizar a la pareja con la que estaba en ese momento, lo que terminó en muchas decepciones. Idealizaba tanto que me frustraba pensar: “Pero el amor debería ser así, el amor es hermoso, todo debería ser mariposas y arcoíris”. Vivía con esa idea de estar siempre en las nubes, pero al experimentar una relación real, me di cuenta de que el amor no es así.

Las relaciones no son perfectas porque las personas no somos perfectas. Todas esas vivencias me llevaron a replantearme mi perspectiva y a contar mi nuevo punto de vista sobre cómo sería un “cuento de hadas” moderno.

En los videos se observa la locación de un castillo gigante, al estilo Disney. ¿Les fue difícil encontrar una locación así?

Exacto. Yo decía: “Quiero un castillo, porque quiero que sea como un cuento de hadas moderno, pero que sea en un castillo”. Pach (Alejandro Pacheco), un amigo que trabajó conmigo en este proyecto, tenía un amigo que, coincidentemente, vive en un castillo. Sus papás, aquí en México, construyeron un castillo durante la pandemia. Justo en el momento en que yo estaba creando el disco, ellos decidieron construirlo simplemente porque quisieron, y ahora toda la familia vive ahí.

Es un castillo real: tiene murales, armaduras, escudos… todo lo que caracteriza a un castillo auténtico. Pach conocía a esta persona y creo que antes, durante la pandemia, organizaban eventos en ese lugar. Ahora la familia lo utiliza como su hogar. Fue un regalo increíble encontrar algo así, porque no es algo fácil, ¿no? No cualquiera dice: “Quiero grabar un video en un castillo” y, de repente, ya tienes un castillo disponible. Es algo muy raro de encontrar.

Me pareció muy interesante que hayas encontrado una locación que se alinea tan bien con las canciones de tu EP. En cuanto a la música, este EP tiene una influencia pop urbano, pero también incorpora matices de R&B contemporáneo, como en la canción ‘Intro’. ¿Cómo describirías tu enfoque al experimentar con diferentes géneros?

Yo soy un artista al que no le gusta encasillarse en un solo género. Siempre me ha encantado la música, y por eso trato de hacer canciones de todo tipo, basándome en los géneros que escucho y que me gustan. Me encanta experimentar con sonidos nuevos. Creo que podría describir mi proyecto como algo muy pop, porque esa es mi esencia, la esencia de Nicole. Sin embargo, siempre estoy incursionando en otros géneros. 

Este proyecto, en particular, es bastante urbano; tiene varias canciones dentro de ese género, pero todas llevan tintes de pop. Como mencionas, también hay un reggae por ahí, un poco de trap, y eso es lo que más disfruto: experimentar. 

Es la primera vez que hago un reggae, pero si le quitas la música y te quedas solo con la voz, sigue siendo una canción pop. Es como cambiar el fondo o el acompañamiento sin perder la esencia. Para mí, es un proceso muy divertido y que disfruto muchísimo. 

¿Sentiste nervios al momento de lanzar las canciones, quizás por lo que pudiera pensar tu público acerca de este nuevo experimento?

En este caso, no. Sí me dio un poco de nervios, pero no por lo que pueda pensar el público, sino porque son canciones que escribí hace 4 años. Son muy diferentes a lo que estoy haciendo hoy en día como artista, y eso me generaba cierta inquietud. Pensé: “Quizás se sienten un poco desactualizadas porque las hice hace 4 años”. Sin embargo, ese miedo se me quitó porque son canciones que amo y que considero muy buenas. 

Es un proyecto al que le tengo muchísimo cariño desde hace tiempo, así que sabía que tenía que sacarlo sí o sí. Por temas de mi carrera, oportunidades y colaboraciones que surgieron en el camino, no había podido lanzarlo antes. Pero creo que salió justo cuando tenía que salir. 

Ahora estoy soltera, viviendo esta etapa, y, como dicen, “besando puros sapos”. Estoy en pleno proceso, y todo se alineó para que este proyecto viera la luz en este momento.

En tu canción ‘Espejito, Espejito’ trabajaste con Esteman y Dahiu Rosenblatt. ¿Cómo surgió la idea de hacer esta canción junto a ellos?

Dahiu es una artista y compositora muy talentosa. Ha escrito muchos hits para Danna Paola y para otros artistas, y, además, es una amiga muy cercana con la que he escrito muchas de mis canciones. También escribí con Esteman, otro artista al que admiro mucho. La canción la escribimos por Zoom durante la pandemia, y aunque no es lo mismo que escribir en persona, nos divertimos mucho en el proceso. Ya nos conocíamos, así que fue una experiencia muy amena.

Lo curioso y mágico de esta canción, ‘Espejito, Espejito’, es que la escribí junto con Esteman, y su esposo aparece en el video como mi coprotagonista. Esas coincidencias y conexiones hicieron que todo fuera aún más divertido y especial.

¡Qué interesante! El papel de su esposo en el video es muy curioso y llama mucho la atención cuando se ve. ¿Cómo describirías la evolución que has tenido desde tus primeras canciones hasta este nuevo EP?

Creo que la evolución la he notado con el tiempo. Siento que este proyecto es muy parecido a la esencia de mi primer disco, Y Te Lo Digo Yo, donde encontré mi sonido. Fue en esa etapa cuando empecé a buscar y logré definir algo muy propio.

Este trabajo es como una extensión de esa etapa, de Y Te Lo Digo Yo, un disco que conectó muchísimo con mis fans y al que le tienen mucho cariño, al igual que yo. Por eso, siento que este proyecto pertenece más a esa fase inicial de mi carrera.

En cambio, todo lo que he hecho después, con mi segundo disco y con lo que estoy creando ahora, ya forma parte de una nueva era, por así decirlo.

¿Qué tienes preparado para el 2025? ¿Estás considerando realizar algún show en Perú?

En 2025 me encantaría, por fin, hacer una gira en Perú. Empezaría por Lima y luego vería qué otras provincias podría visitar. Me escriben mucho desde Arequipa, Trujillo y Cuzco, y sería increíble llevar mi música a esos lugares. Es algo que siento que le debo a mis fans desde hace mucho tiempo.

En cuanto a la parte musical, lo único que puedo adelantar es que se viene una etapa muy nueva para mi proyecto: una nueva Nicole y una nueva era.