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Martín Buscaglia: “Es hermoso dejarse llevar por la inspiración, pero también tiene su atractivo regirse por una pauta métrica o poética específica. El proceso es infinito” [ENTREVISTA]
Martín Buscaglia, uno de los músicos más innovadores de Uruguay, habla sobre su proceso creativo, sus influencias y su búsqueda constante de nuevos sonidos. En su reciente sencillo "Hablando de Roma", fusiona candombe, samba soul y electrónica, abordando el amor desde una perspectiva efímera e inspiradora.

Por: Thom Collins
Publicado el: 09/12/2024
Martín Buscaglia es uno de los artistas más innovadores y versátiles de la escena musical uruguaya. Músico, cantante, compositor y productor, ha sabido mezclar géneros y sonidos de manera única, creando una música que trasciende fronteras y se reinventa constantemente. Desde sus inicios a finales de los noventa, Buscaglia se ha caracterizado por su capacidad para fusionar el candombe, el funk, la psicodelia latina y la música electrónica, siempre con una mirada fresca y experimental.
A lo largo de su carrera, ha demostrado ser un creador incansable, un alquimista del sonido que se reinventa y se adapta a las tendencias y sonoridades más actuales, sin perder nunca su esencia única. En su último sencillo, ‘Hablando de Roma’, Buscaglia explora el amor desde una perspectiva inesperada, con una melodía de samba soul y candombe que invita a la reflexión sobre la pasión efímera y la euforia del momento. Este tema, que marca el regreso de una colaboración con la cantante Julieta Rada, demuestra la conexión profunda y natural entre ambos artistas, quienes ya habían trabajado juntos en el exitoso tema ‘Visionarios’.
En esta entrevista, Martín Buscaglia nos lleva a un recorrido por su proceso creativo, sus influencias y su visión sobre la música uruguaya, esa que se nutre tanto de lo local como de lo global. Además, nos comparte detalles sobre su reciente trabajo y cómo, a lo largo de los años, ha logrado mantener una constante búsqueda de nuevas formas de expresión a través de su música.
Para comenzar, me gustaría hablar sobre tu reciente sencillo ‘Hablando de Roma’. He leído que esta canción aborda el amor como un destello vibrante, pero que, a diferencia de lo que podría parecer a primera vista, no plantea promesas ni ofrece un final claro. ¿Qué mensaje querías transmitir con esta canción?
Lo que yo interpreto, y no me parece una paradoja que el propio compositor se pregunte acerca de su interpretación, es que una canción que realmente vale la pena siempre encierra un misterio. En mi opinión, las canciones que son realmente destacadas no solo demuestran que el autor tiene control sobre sus habilidades —sean estas cuales sean, ya sea en sus gustos, en su forma de grabar o de componer—, sino que también hay un espacio para que la obra no se limite solo a eso. Tener control sobre el proceso creativo está bien, pero no se trata de ser una hoja al viento, sino de darle forma a algo que pueda resonar más allá de la intención original.
Por otro lado, creo que una de las claves está en dejar espacio para que el oyente pueda llenar esos vacíos con su propia interpretación. Personalmente, veo esta canción como un canto al amor, aunque no necesariamente al amor romántico o de pareja. Hablo de un amor más amplio, que podría entenderse también como inspiración. Es una sensación muy similar a la que se experimenta en un rush de enamoramiento o pasión, pero también a la que se siente cuando uno está componiendo una canción, tocando en el escenario, o incluso cuando se está grabando a solas y todo fluye de manera natural, con las ideas cayendo en su lugar.
Así que, me parece que esta canción habla un poco de todo eso.
Esta canción, además, es una colaboración con Julieta Rada. Investigando un poco, descubrí que hace aproximadamente diez años, si no me equivoco, ustedes trabajaron juntos en la canción ‘Visionarios’. ¿Cómo es para ti trabajar con Julieta Rada?
Para poner un poco de contexto, en mi caso vengo tocando desde hace mucho tiempo, desde el siglo pasado. Julieta Rada, quien canta la canción ‘Visionarios’ —que es todo un éxito aquí, de esas canciones que todo el mundo canta alrededor de una fogata en la playa cuando alguien agarra una guitarra—, es una experiencia muy linda para un compositor. Actualmente, Julieta vive en Nueva York y, además, es la hija de Rubén Rada.
Rubén Rada es un referente de la música uruguaya, un verdadero prócer. Aunque, sinceramente, no le doy mucho valor a los premios, Rubén Rada tiene, por ejemplo, un Grammy a la trayectoria y por su influencia, entre otros reconocimientos.
Es una figura clave en la música uruguaya y en la música afro-uruguaya. Mis padres también eran músicos, por lo que, con Julieta, venimos de familias que han aportado muchísimo a la canción y a la contracultura uruguaya. En ese sentido, es realmente hermoso componer con alguien que comparte un trasfondo tan rico, porque, al tener ese contexto común, muchas veces las cosas quedan entendidas de antemano, lo que hace todo mucho más fácil.
Correcto. Y he notado una gran compatibilidad en la forma en que han trabajado juntos. Algo que me llamó especialmente la atención es que este sencillo que has lanzado incorpora elementos de samba soul y candombe. ¿Cómo llegaste a fusionar estos géneros en tu música?
Bueno, mira. El candombe es el ritmo afro-uruguayo por excelencia y es exclusivo de Uruguay, una peculiaridad nuestra. En ese sentido, me interesa mucho estar atento al mundo y comprender cómo funcionan otros géneros musicales, aquellos que me fascinan o que me han ido cautivando a lo largo de los años.
Me gusta el funk, por ejemplo. Me interesa entender por qué funciona, cómo se toca, qué tipo de instrumentación tiene, cuál es la manera particular de interpretar ese género. Así como el funk puede expresar muchas cosas, también me sucede con géneros como el reggae, la bossa nova, y otros más. Pero, igual, creo que lo que es propio debe estar presente en tu música.
No tiene sentido que intente hacer funk tratando de imitar a alguien que nació en Estados Unidos y creció con esa música desde pequeño. Me parece un desperdicio si no aprovechas lo que tienes en tu tierra. En este caso, el candombe es algo que está a nuestro alcance, y tanto Julieta como yo conocemos a los mejores tocadores de candombe del mundo, porque es un género originario de aquí.
Aunque la canción esté construida con una 808, una máquina de ritmos, y tenga influencias de samba, y Julieta aporte ese estilo soulero que tanto le caracteriza, siempre trato de que el candombe, o al menos su esencia, esté presente. A veces me interesa que sea explícito, pero incluso cuando no lo es de manera tan evidente, en mi forma de tocar el bajo, la guitarra o el piano, está implícito el haber crecido en un ambiente candombero, como se dice aquí. Creo que eso es crucial.
Hay que aprovechar los «frutos de estación» que tenemos a nuestro alrededor, la música que escuchamos, pero los frutos autóctonos son fundamentales.
He notado que tu trabajo tiene un enfoque muy experimental. ¿Sigues alguna metodología en particular al componer y producir música?
Creo que la clave está en aprender y en ser consciente de que la música siempre es mucho más grande que cualquier músico. Por eso, siempre hay nuevas maneras de abordarla. Me refiero a que he explorado diversas formas de componer y producir. No es lo mismo componer desde un instrumento que dominas, que has estudiado, y en el que el tiempo entre lo que se te ocurre y lo que tus dedos ejecutan es prácticamente inmediato. Sin embargo, también es fascinante componer con un instrumento que no conoces tan bien, ya que te acerca de una manera más intuitiva, casi como cuando comenzaste a hacer música.
Lo mismo ocurre con las palabras.
Es hermoso dejarse llevar por la inspiración, pero también tiene su atractivo regirse por una pauta métrica o poética específica. En definitiva, el proceso es infinito. Y lo mejor para mí es cuando una canción fluye de manera tan natural que parece surgir por sí sola. Es como cuando cantas en la ducha: todos, músicos o no, cantamos bien en la ducha. El sonido es agradable debido a la resonancia del baño, y de manera simbólica, metafóricamente, uno está desnudo y limpio.
Para un músico, esa es una experiencia ideal: cantar como en la ducha, sintiéndose puro, libre, resonando con claridad. Con los años, siento que compongo más canciones como Hablando de Roma, que, aunque es contemporánea, tiene algo atemporal, como si hubiera existido desde siempre. Es realmente gratificante poder decir eso.
No había pensado en eso, pero ahora que lo mencionas, tiene mucho sentido. Es cierto que, como en la ducha, la resonancia crea una sincronía especial. Ahora entiendo mejor lo que querías decir. Hablando de sincronías, y aprovechando que estamos en plena etapa de eliminatorias, hay una canción que no pasa desapercibida: ‘Lucho’. Sabemos que eres un gran admirador de Luis Suárez. ¿Cómo nació esta admiración por él?
Esta es una canción para Luis Suárez, pero en realidad no es una canción para Luis Suárez. Es una canción que hice para mí, pensando en Luis Suárez, o más bien emocionándome con él. No la compuse con el objetivo de que le llegara directamente a él, ni para que la cantara una hinchada en un estadio. No, no fue esa la intención. Fue algo más íntimo, algo que surgió entre amigos. Supongo que todos los futboleros o fanáticos de cualquier deporte tienen a su héroe personal; en cada país siempre hay uno así.
Y sobre todo, ese héroe que se cae y se levanta, que lo deja todo en la cancha, que es capaz de hacer algo brillante y, al partido siguiente, cometer un error. Creo que en todos los países hay héroes así, igual que hay artistas que poseen esa magia particular. No es una constancia en la calidad, sino más bien una constancia en la emotividad y la adrenalina que le ponen a lo que hacen. Esos son los que uno llega a admirar profundamente.
Como te decía, esta canción la hice para mí, y la cantábamos con mis amigos cuando fui a Uruguay, pero entre nosotros, no era una idea grabarla. Era algo más familiar, algo que surgió en ese contexto. Luego, cuando Luis anunció, un lunes por la noche, que el viernes siguiente sería su último partido con la selección uruguaya, me di cuenta de que no iba a haber momento mejor en la historia para sacar esa canción. Así que la grabé, la mezclé y hasta hicimos un video en muy poco tiempo, un par de días.
Eso me hace reflexionar, porque uno puede pasar meses ajustando una canción, grabando, puliendo detalles, pero cuando surge la ocasión, es importante saber que también se tiene la capacidad de hacer todo en dos días, si es necesario.
¿Qué crees que hace única a la música uruguaya en el panorama global?
Te cuento un poquito para los que no conozcan tanto la movida de la música uruguaya. Uruguay es un país con mucho poder cultural, no solo musical, sino también por su tamaño y otras características que lo vinculan con la cultura de culto. Como esos artistas de culto que tienen pocos seguidores, pero los que los siguen los aman y consumen todo lo que ese artista genera.
Me parece que Uruguay, como país y como productor de cosas culturales, tiene un poco esa característica. No es algo mainstream en general, pero sí tiene seguidores. Yo también estoy en el mundo de los vinilos, paso música, hago canjes, compro, etc. Y muchas veces me contacto con japoneses, holandeses, yankees, que están detrás de alguna joya oculta de la música uruguaya.
¿Hay alguna canción que hayas escuchado y que hayas pensado “me hubiera encantado haberla compuesto yo”?
Sinceramente, no funciona así para mí. Hay canciones que me emocionan, de todos los géneros, infinitas canciones que me tocan. Esta semana estuve escuchando una que compuso Caetano Veloso, llamada ‘Um Índio’. Tiene una letra increíble, y te la recomiendo.
Pero cuando la escucho, no pienso que me hubiera gustado componerla yo. Agradezco que exista Caetano Veloso, que haya compuesto esa canción, y que yo pueda disfrutar de su música. Si hubiera compuesto todas las canciones que más me gustan, sería tristísimo, porque no podría escuchar a nadie más. No me interesaría escuchar a otros, y no aprendería nada de esa forma.
Me gustan muchísimo canciones como esa. ‘Um Índio’ de Caetano es un tema que escuché recientemente y pensé “qué temazo”, pero no diría que me gustaría componerla. Me gusta que la haya compuesto él.
¿Qué te parece el catálogo de Caetano Veloso en general?
Es un artista, el tipo tiene un paréntesis mínimo, Caetano ya tiene ochenta y pico de años. O sea, imagínate, tiene muchísimo material: cosas más clásicas, cosas más locas, cosas más rockeras, más experimentales, en fin.
Bueno, tenés para entretenerte.
¿Hay alguna de tus canciones que sientas que recoge tu esencia, que sea simbólica de tu manera de ser o de cómo experimentas y sientes las cosas?
Sí, mirá, hay una canción muy sencilla que se llama ‘Ir y Volver e Ir’.
Es casi un mantra. Tiene algunas frases más, pero lo que repite una y otra vez es eso: “Ir y volver e ir, y volver e ir”.
La verdad es que, desde que toco, que soy muy, muy chico, siempre asocié la música con el viajar. También se puede hablar simbólicamente de ir hacia los géneros, hacia los instrumentos, y bueno, volver, supongo que mejorado de ello. Pero más literalmente, el viajar lo tengo muy asociado con la música.
Toco bastante, ahora me voy pasado mañana para Argentina, en unos meses me voy para España, y también voy a hacer algunas fechas en el Reino Unido. O sea, es algo que, incluso cuando no sacaba discos, igual viajaba, igual trabajaba tocando. Tocaba en la calle, agarraba una mochila y viajaba. Entonces, esa canción creo que representa bastante el espíritu de lo que hago.
¿Tienes un artista que sigues o escuchas actualmente que te gustaría recomendar?
Para aquellos que no conozcan la música uruguaya, que imagino que son muchos, hay un artista llamado Eduardo Mateo.
Eduardo Mateo es considerado un verdadero prócer de nuestra música. Falleció hace algunos años, pero su legado perdura. A lo largo de su carrera, hizo discos con una banda de estilo Beatle en los años 60, discos acústicos en los años 70, y también trabajos muy extravagantes. Antes de su fallecimiento, incluso exploró la electrónica, un género que manejó de manera muy adelantada a su tiempo.
Su obra tiene diversas facetas, por lo que se puede abordar desde un enfoque más clásico y pop, hasta algo completamente inusitado que probablemente nunca hayas escuchado. Sin lugar a dudas, Eduardo Mateo es un artista imprescindible.
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