Lone Assembly: “Eso es lo que queremos transmitir, poner nuestras almas en las canciones y darles significado, sobre todo en las presentaciones en vivo” [ENTREVISTA]

Con su nuevo sencillo “In the Open” y su participación en el festival Wave-Gotik-Treffen, el cuarteto suizo Lone Assembly se posiciona como una promesa del post-punk y el synthpop.

La nostalgia es un factor muy presente en la generación de los millennials. Las referencias y los revivals son moneda corriente en la cultura de esta década, mientras nos encontramos buceando en la música de los 80, 90 y 2000 con la que crecimos, a la vez que avanzamos con nuestras vidas modernas para encontrar un equilibrio en el que sentirnos refugiados y cómodos. 

En este contexto, no es una sorpresa que géneros como el post-punk, el synthpop y  el estilo gótico que caracterizó a los años 80 vuelvan a tomar protagonismo en las escenas alternativas, y Lone Assembly llegó desde Suiza para demostrarlo. 

Este cuarteto formado por Raphaël Bressler en vocales, Glenn LeMeur en guitarra, Jim Bodeman en el bajo y Romain Segu en batería aún se encuentra dando sus primeros pasos, lanzando sencillos desde hace dos años, y con el EP That Never Happened publicado en 2024. Sin embargo, a pesar de aún estar en las primeras etapas de su carrera ya tienen hitos logrados y un futuro prometedor en la escena: giras, presentaciones en  festivales importantes para el género por toda Europa, y un álbum en creación, con un sonido propio que oscila entre la melancolía y la épica, mezclando sintetizadores vintage con problemáticas actuales.

Su más reciente sencillo, In the Open, lanzado el pasado 6 de junio, nace de una discusión interna de la banda y con la idea de estallar en vivo, para convertirse en lo que sin dudas será uno de los momentos destacados de cada presentación donde lo incluyan.

Conversamos con Raphaël, vocalista de Lone Assembly, sobre este lanzamiento, su presentación en el festival gótico Wave-Gotik-Treffen, su identidad y futuros proyectos con la agrupación. 

Raphaël, hablemos sobre el sencillo «In the Open». Lo escuché y me encantó. ¿Cuál es la historia de esta canción ¿Cómo fue el proceso creativo?  

Antes que nada, gracias. Agradezco que te haya gustado la canción y nuestra música en general. Fue un caso particular, porque la canción comenzó a partir de una discusión, digamos. Aparecí con esa progresión de acordes y arriba comencé a cantar algo bastante diferente a lo que se escucha en la versión final. Glenn y Romain, el guitarrista y el baterista, querían que les dé más potencia a los estribillos, pero no me sentía demasiado seguro ni tampoco estaba muy de acuerdo con su opinión. Finalmente, tuve que admitir la derrota, para decirlo de algún modo. En Lone Assembly todavía vivimos en democracia y hablamos mucho entre nosotros, como banda. Y, a fin de cuentas, cuando empezamos a tocar la canción en vivo, entendí a lo que se referían con la potencia del estribillo por lo que dice la canción, el significado que tiene. Así que estoy contento de que hayamos tenido esa discusión sobre la canción. Tenían razón desde el principio. 

Identifiqué varias influencias musicales como post-punk, música gótica y cult wave, todo más o menos de los 80, pero si hablamos de las emociones, diría que son muy modernas. ¿Cómo consiguen ese equilibrio? ¿Qué artistas los inspiran?

Sí diría que nos inspiran muchísimo los años 80, pero también todo lo cercano a esa década. Te da cierta sensación de nostalgia pensar en esa época y su música. Puedo mencionar a The Sisters of Mercy, Depeche Mode, Joy Division, The Cure… Todas esas bandas nos influyeron de alguna manera, pero no somos de la década del 80, obviamente, y tenemos problemas, visiones y traumas de la época actual. Entonces creo que esa es nuestra parte moderna, la de intentar tomar lo que nos pasa a nosotros y tomarlo como inspiración. No diría que los 80 son una influencia al 100 %. Por supuesto, tomamos de ahí cierta estética, también en los videos que lanzamos, pero dentro de la banda hay muchas influencias. Por ejemplo, Glenn y Romain vienen de la escena del metal hardcore. Yo no soy tan fan, me interesan más las bandas de rock que hacían canciones más clásicas, las que tienen dos versos, dos estribillos, un puente… Canciones que cuentan una historia. A fin de cuentas, eso es lo que queremos transmitir, poner nuestras almas en las canciones y darles significado, sobre todo en las presentaciones en vivo. Ese sería nuestro proceso. 

Hablando de las presentaciones en vivo, ustedes contaron que esta canción la compusieron especialmente para el vivo y no pensaron demasiado en la grabación en estudio. ¿Cómo se vio reflejado ese enfoque en la producción y la estructura de la canción? 

Creo que cuando empezamos a componer la canción, no estábamos pensando en que sea para el vivo. Como te mencionaba, lo primero que buscamos es la historia que va a contar la canción, si nos gusta el mood general y, después, pasamos a los arreglos y a cómo queremos que suene. Pero, desde ya, esa canción tenía mucha épica y grandilocuencia. Supongo que por eso nos pareció que iba a ser genial en vivo, y así fue. Comenzamos a tocarla en nuestra gira en España, que estuvo increíble. También la tocamos hace poco en el festival Wave-Gotik-Treffen en Leipzig a principios de junio y, realmente, sentimos que tenía algo especial para ser presentada en vivo. Me gusta mucho que la gente pueda conectar con la canción en nuestras presentaciones. Estamos felices con la canción.

¿Y qué los llevó a dejar la guitarra a un lado y poner el foco en los sintetizadores? ¿Fue una decisión orgánica o premeditada? ¿Cómo fue ese cambio? 

Antes que nada, pensamos en qué le queda mejor a una canción. Si pensábamos en la dirección a la que la queríamos llevar, no nos imaginábamos poner una batería acústica. Quisimos poner los sintetizadores más al frente y que las guitarras sean más envolventes, pero que no lleven el control de la canción. Es algo que cambia dependiendo de si componemos algo que necesita más sintetizadores o, al revés, más guitarras. No tenemos reglas en relación a qué instrumento queremos poner al frente. Simplemente, digerimos la canción e intentamos comprender qué es lo mejor que podemos hacer. 

Desde sus comienzos han trabajado con emociones muy crudas, sea el duelo, la inseguridad, el sentirse desconectado… ¿La música es un ritual catártico para ustedes? 

Sí, definitivamente. 

Leí la letra de «In the Open» y me quedé pensando en el verso que dice: «You should know, September 8 still weighs its load of knots and chains» (Recuérdalo, el 8 de septiembre todavía carga su peso de nudos y cadenas). ¿Es algo personal o es ficción? 

Es algo personal. Me gusta incluir historias personales en las canciones, porque necesito que tengan un significado especial para mí o para los chicos. Pero cuando llevamos esas historias a un escenario frente al público, nuestro objetivo principal es conectar con las personas y con lo que estamos cantando. A su vez, lo bello de la música es que puedes interpretarla a tu manera. Para otra persona, el 8 de septiembre puede significar algo diferente a lo que significa para mí. Puedes imaginarte lo que tú quieras en tu cabeza. Por esa razón amo tanto a la música y, por supuesto, a las letras también, que pueden interpelarte o no. Yo estaría abierto a que alguien me diga que no le gusta la música que hago, es mejor que me digan que mi música no les genera nada. Eso sí sería lo peor que pueden decirme. Así que sí, lo primero que pensamos es qué historia contar, y si tiene alma, si tiene un mensaje. Para esa canción en especial, fue uno personal. 

Su identidad visual parece muy cinematográfica. ¿Cómo trabajan este aspecto de la banda? ¿Tienen un equipo estable? 

Somos privilegiados de trabajar con gente muy talentosa de Suiza, de quienes nos volvimos amigos, y otras personas de las que ya éramos amigos. Nos gusta trabajar como si fuésemos una familia, con gente que conocemos. Pero me preguntabas sobre la parte visual. Glenn, el guitarrista, está al frente de la dirección artística de la banda, colaboramos juntos para que entienda de qué van las letras. A él se le vinieron esas imágenes a la cabeza, dijo que quería unas tapas así, que contaran una historia, y yo también quería que sean metafóricas. Las tapas tienen eso mismo que queremos contar nosotros. Y, para todos los videos que has visto, también para el video de «In the Open», trabajamos con Manon, una amiga cercana. Ella es muy talentosa: es cineasta, escritora… Es muchas cosas, y somos privilegiados de poder trabajar con ella. De hecho, nos acompañó en nuestra gira por España, y el video tiene fragmentos de los shows de allá. Queríamos compartir esta canción con algunos momentos del vivo porque, como ya mencioné, tiene mucho potencial para los show. Nos pareció pertinente mostrar un poco de nosotros en el escenario con esta canción de fondo. Para las tapas, también estamos trabajando con Victor, otro amigo nuestro. Él se encargó de todas las tapas, menos la del EP. En definitiva, nos gusta trabajar con gente cercana, como si fuésemos una familia. 

Me parece muy respetable. Cambiando de tema, tocaron en el Wave-Gotik-Treffen, que es un festival mítico, una experiencia muy interesante. ¿Cómo se sintió ser parte de la grilla? ¿Cuáles fueron sus expectativas? 

No hay palabras para describir el orgullo de haber estado en ese escenario. No estoy completamente seguro, pero creo que somos de las primeras bandas suizas en tocar ahí. Si no fuimos los primeros, fuimos de los pocos que lo hicieron. Nos sentíamos tan privilegiados que al final de cada una de las canciones sentía la necesidad de agradecerle a la gente que estaba ahí. Fue muy tierno al mismo tiempo, te atrapan las emociones. Tienes a tanta gente en frente que sabe tanto sobre la música que haces… Porque es como una meca para la escena del post-punk. Creo que es el festival gótico más grande de Europa, o incluso del mundo. Fue muy importante para nosotros y la mejor experiencia que tuvimos como banda. También es una gran oportunidad para ver conciertos de muchas otras bandas talentosas que vienen de todas partes del mundo. El festival se desarrolla por todo Leipzig, y tuvimos la suerte de tocar en un lugar muy especial que era la primera vez que usaban para esta edición. Fue una experiencia hermosa.

¿Sentís que las nuevas generaciones conectan con ese sonido post-punk oscuro a su manera? 

No creo que debas tener una edad en especial para disfrutar de ese sonido. Yo recuerdo que descubrí este género a los 14 o 15 años. Me obsesioné con Joy Division cuando tenía 14 y con The Sisters of Mercy ya más de adolescente. Siempre me ha encantado ese sonido. Creo que si en este momento tienes 15 o 16 años, no hay razón por la cual no podrías disfrutar este tipo de música. También podría gustarte el blues o el jazz. En Leipzig vimos a mucha gente joven en el público, fue genial. E incluso gente no tan joven, que también fue genial. Había una buena variedad de edades en el público y está bueno que podamos reunir personas de distintas edades. 

Estoy de acuerdo. No hay edades cuando de géneros se trata. Pero sé también que los nuevos públicos tienen costumbres diferentes a las que tenemos nosotros, a veces cambian. ¿Cómo es la escena musical allá en Suiza? ¿Y cómo se da el proceso de moverse desde ahí al resto de Europa? 

En Suiza hay escenas diferentes, tienes muchos tipos de bandas. Somos un país un poco raro, porque estamos divididos en tres partes principales: una donde hablamos francés, otra donde se habla alemán y otra donde la gente habla italiano. Hay muchas culturas diferentes, diferentes visiones del mundo. Pero hay una escena muy buena de new wave y post-punk cerca de Ginebra, en Lausana, que es la otra ciudad grande de la parte donde hablamos francés. También hemos tocado con una banda de Lausana que hace el mismo género que nosotros. Pero hay mucha variedad, puedes encontrar desde rap y reggae hasta jazz y rock. Supongo que en todos los países sucede lo mismo, tienes muchas culturas diferentes, y Suiza no es la excepción. Lo que sí diría es que, como banda, viniendo de Suiza, es bastante difícil tocar seguido aquí si solamente tienes un proyecto, porque somos un país pequeño. Si, por ejemplo, este mes tocas en Ginebra, no vas a poder tocar en un lugar cercano en el mismo mes. Es complicado. Por eso es tan importante para nosotros viajar afuera, descubrir otros países, culturas, públicos. Tenemos la suerte de trabajar con una agencia de los Países Bajos que nos ayuda mucho. Gracias a ellos ya hemos tocado en allí y vamos a tocar en Francia, en Hungría, Eslovaquia, Austria… Es una gran oportunidad trabajar con ellos, porque no tenemos que encargarnos de toda la parte administrativa, de contactar a los lugares y todo eso.

¿Cuáles son los planes para lo que queda del año? ¿Están trabajando en material nuevo, más festivales o una gira? 

Sí, claro. Queríamos tomarnos julio y agosto para armar nuestro primer LP, que queremos publicar a principios de 2026, si todo sale según los planes. Así que ahora estamos craneando eso para luego pasar al proceso de mezcla a finales de agosto o septiembre. Lo dejaríamos listo para el 1 de noviembre, enviaríamos todas las canciones para grabar en vinilo y lo publicaríamos en febrero o marzo. No lo sabemos todavía. En cuanto a shows, tenemos bastante por venir. La próxima fecha es en Suiza, el 9 de agosto. Luego, vamos a hacer una pequeña gira a principios de septiembre: iremos a Budapest, Bratislava e Innsbruck, en Austria. Después de eso, tocamos en Lausana, la ciudad que te mencioné antes, también en Suiza. Esa va a estar muy buena porque tocamos antes de una banda suiza que nos encanta, Peter Kernel, y la banda principal de esa noche será The KVB. Después hacemos la gira final de 2025 en los Países Bajos y, luego, en París y en otra ciudad llamada Barberaz, en Francia. Eso sería lo último para este año, nos enfocaremos en el lanzamiento del álbum. 

Son muchas cosas. ¿Cómo se preparan para la gira? 

En general, ensayamos una vez a la semana, porque todos trabajamos en otras cosas por fuera de Lone Assembly. Pero antes de hacer una gira, intentamos ensayar dos veces a la semana para asegurarnos de que dominamos el repertorio a la perfección. Y, para los procesos de composición, en general comienzo yo con un piano o una voz grave que grabo en casa. Después, les propongo la idea a los chicos, e intentamos descubrir de qué va la canción y qué podemos agregarle para que quede bien y funcione. A veces es más complicado, obviamente, porque cada uno tiene su vida por fuera del proyecto, pero, como nuestro objetivo principal es que nos vaya bien como banda, siempre encontramos el momento. 

Me gusta esa organización, están muy preparados. Tengo una última pregunta. Cuando el público escucha su música, ¿qué te gustaría que sintieran?, ¿qué sentimientos quieren generar con esta nueva canción o en las presentaciones? 

Bueno, si te genera algo, eso ya es una victoria, ¿no? Ahí está la cuestión. Lo que más nos gusta después de tocar es ir al puesto de merch y tener una conversación real con las personas que estuvieron ahí. Si se llevan un vinilo o una camiseta, genial, pero disfrutamos mucho hablar con las personas que nos acaban de ver en el escenario. Nos cuentan cosas increíbles, a veces muy profundas también. Creo que recién ahora somos conscientes de que estamos haciendo algo que nos hace bien a nosotros, pero que, a su vez, también les hace bien a otros. Es increíble. Entonces diría que mientras te genere algo, para nosotros ya está bien. Puede ser algo bueno, algo malo, lo que quieras. Pero como ya te dije antes, lo peor que me podrías decir es que mi música no te genera nada. Amablemente aceptaría que alguien venga y me diga: «Tu música es una mierda, pero me genera algo».

Traducción al español: Lucero Otero

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