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Juan Wauters: “Soy fanático de la música de Montevideo, siempre lo fui. Me encantaría dejar una marca” [ENTREVISTA]
Por: Luzie Fernández
Publicado el: 03/07/2025
Vivir y crecer en Montevideo, Uruguay, es una experiencia particular y a veces difícil de explicar a quienes no la atravesaron. La capital del país apenas se acerca al millón y medio de habitantes, y su energía fluctúa constantemente entre la de una ciudad, un pueblo y un balneario, donde por momentos el tiempo parece detenerse. Muy arraigados a nuestras tradiciones, muchos montevideanos solemos encontrarnos entre mates y conversaciones de todo tipo en los puntos más icónicos de la ciudad, y en verano celebrar el carnaval más largo del mundo al ritmo del candombe y la murga, los géneros musicales más característicos del Uruguay y su historia.
Juan Wauters conoce muy bien este relato. Nació en Montevideo, donde creció moviéndose entre sus barrios e integrándose a sus costumbres. Pero eso cambió cuando en 2002 una gran crisis económica arrasó con miles de hogares uruguayos y su familia tomó la decisión de trasladarse a Queens, en Nueva York, en busca de un futuro más estable. Apenas saliendo de la adolescencia, Juan se encontró abruptamente inmerso en una nueva realidad y un nuevo paradigma cultural, que también terminó incorporando y abrazando como parte de su identidad.
Hoy, viajando entre sus dos hogares, consagrado tanto uruguayo como neoyorkino, Wauters explora constantemente esta dualidad en su música, donde con su guitarra transita la modernidad de la Gran Manzana y la atemporalidad montevideana. Entusiasta de conocer el mundo y sus ritmos, ha viajado por toda la región y hecho canciones con artistas de todos lados. Entre sus colaboraciones más destacadas están Real, junto al canadiense Mac DeMarco, y Milanesa al Pan, con la argentina Zoe Gotusso. Desde el indie rock que hacía con su banda The Beets, hasta el despliegue de su carrera solista, en la que publicó música independiente atravesada por múltiples raíces latinoamericanas, Juan Wauters se ha posicionado como un artista de impronta auténtica y singular, con una trayectoria de seis álbumes.
El próximo 27 de junio conoceremos MVD LUV, su séptimo disco. Es el primero grabado enteramente en Uruguay y, tal como reza el título, es una carta de amor a esta ciudad donde pasó las primeras etapas de su vida, y con la que, afortunadamente, pudo volver a conectar en la adultez. Desde 2016 visita Montevideo regularmente para presentar su música, y eventualmente se instaló de forma más permanente para formar una familia junto a su pareja y su hija. El álbum ya cuenta con tres sencillos publicados: If It’s Not Luv, Dime Amiga y Manejando por Pando, y en ellos se adentra en el candombe, la murga y el milongón para construir su propio ser uruguayo, vinculado también al ritmo más moderno de Queens.
En esta entrevista, que dio desde Nueva York, Juan nos cuenta todo sobre este lanzamiento:
Te felicito por tus nuevos sencillos y el álbum que estás armando, me encantaron. MVD LUV es el primer álbum que grabás en Montevideo, y además es una carta de amor a esta ciudad donde naciste y creciste, y después de tanto tiempo lejos pudiste volver y reconectar con ella. ¿Qué emociones te mueve esto? ¿Cómo fue el proceso creativo del disco?
Re emotivo, la verdad. Primero que todo una locura. Yo me vine a Nueva York cuando hubo una crisis económica en Montevideo, en el 2000 se pudrió todo el tema de dinero. Mi familia estaba un poco desesperada y se tuvieron que ir. Llevaron al muchacho Juan y a sus hermanos, toda la familia, acá a Nueva York.
Yo tocaba acá y tenía unos cassettes de Jaime Roos que había traído mi viejo. No se escuchaba tanto música por internet, aunque en aquella época había algunas maneras de piratear canciones y tenías contacto con algunas músicas. Principalmente empecé a tener contacto con otra vida, lo que había dejado en Uruguay era todo como un sueño, algo que había sucedido en otro momento. Y como inmigrante, uno empieza a amar de una manera exponencial las cosas del país de antes: te hacés fanático de Jaime Roos, capaz que mucho más que alguien que se quedó ahí. Te hacés fanático del candombe, de Ruben Rada, del folklore. Estudiás todo con otra intensidad, porque es algo que perdiste y lo querés reabrazar.
Y la viví siempre así, por años. De repente la música lentamente me empezó a acercar a Montevideo. Empecé a ir a hacer conciertos ahí, había un público que me abrazó, me quería. Yo también hice el esfuerzo de ir todo el tiempo, y bueno, empezó a crecer mi contacto con la ciudad. Después, en COVID, empecé una relación con una persona ahí, teníamos un ida y vuelta. Yo estuve y pasé un tiempo ahí en el 2020, después vino para acá, y después tuvimos una hijita. Todo es mucho más intenso en la movida de allá, y de repente tuve que vivir en Montevideo de vuelta, no entendía nada. Y este sueño que siempre tuve de hacer y grabar una música montevideana, de repente es una realidad. Puedo grabar un disco en Montevideo.
Ya había hecho unas exploraciones por diferentes lugares en un disco mío, La Onda de Juan Pablo. La canción Candombe Instrumental la grabé en Montevideo y la terminamos en Nueva York, mi padre hace como un recitado al final. Y bueno, entonces era el momento. Todas las músicas que siempre amé, era el momento de dejar mi marca ahí en los libros. Con este disco apuntamos a estar al nivel de los máximos exponentes, a que alguna vez se diga “este disco vale la pena” en los libros de candombe, en los libros que hablan de música de Montevideo. Si no es con este disco, de algún otro disco van a tener que hablar alguna vez. Es a lo que apuntamos, la verdad es que soy fanático y quiero pertenecer, quiero estar ahí entre los grandes nombres, entonces le metimos un amor incalculable. Desde ahí, digamos que eso es la semilla. Luego hay que hacer el disco.
Estuve haciendo muchas exploraciones en la música a capella últimamente, quería que hubiera un aspecto a cappella y una parte instrumental. Exploramos músicas instrumentales, queríamos que estén los ritmos más tradicionales de Montevideo: la murga y el candombe. Quería que figuren como cinco categorías, ahora no me puedo acordar de todas, pero eran esas cinco que después fuimos llenando. Luego se hizo una selección de todas las canciones que grabamos. Pensaba en el candombe, la manera en que más me emociona es cuando voy ahí y veo a la gente tocando el tambor, estoy al lado y escucho que suena fuerte. Todavía se me pone la piel de gallina al hacer esto, y me preguntaba cómo puedo mostrar eso en un disco. Cuando vos lo escuchás en una canción están los tambores tocando ahí, pero están como portándose bien, acompañando una canción. No están libres, no es la máxima representación del candombe. Entonces también quise guardar un momento del disco para que se pueda mostrar al tambor tocando solo, en el contexto de la calle.
Todo esto es muy importante para mí porque también reconozco que tengo una audiencia global, entonces es mi oportunidad de mostrarle estas músicas al mundo. Para mí, Montevideo es muy importante, y como te digo quiero dejar la marca en los libros, pero en el contexto global también.
Justamente te quería preguntar sobre eso. Yo soy montevideana, me hablás de Jaime Roos o una cuerda de tambores y también lo viví, pero en tu público también hay gente que no tiene idea de qué estamos hablando y va a tener su primer acercamiento al escucharte. ¿Cómo querés introducir la cultura de Montevideo en el resto del mundo, como Estados Unidos y el resto de Latinoamérica? ¿Cómo es mostrarle eso al resto del mundo?
Soy fanático de otro artista de acá, de Queens. Paul Simon, de Simon & Garfunkel. Él ha hecho unas exploraciones así en el pasado, cantaba con músicas de otros mundos. Entonces siento que en el fondo es Juan Wauters. Vos ponele lo que quieras, llevame a China y va a quedar la música de Juan Wauters, porque al final el que dice “esto sí, esto no” soy yo, la movida tiene que pasar por mi filtro. Entonces sí, esto es candombe canción, pero al final es música de Juan Wauters.
Siento que la manera más efectiva de hacerlo es teniendo una pata, apoyándome con personas que sepan. Me apoyé con músicos que saben tocar el tambor bien, porque si tuviera que tocarlo yo, no sale. Después, es presentarlo con el corazón abierto y decir “este es Juan hoy”, pero luego que la gente lo consuma de la manera que pueda. Seguro que muchísima gente que escucha mi música está entonada con las músicas internacionales, porque ya he presentado otros sonidos internacionales. Esta es la primera vez que presento música de Montevideo, pero me ha tocado también cantar música de México, Puerto Rico, Perú, etc.
Sí, claro, me acuerdo de esa época cuando fuiste recorriendo distintos lugares y aprendiendo sobre el sonido de cada uno. Tu fase de exploración del sonido latino estuvo muy buena.
Sí, esto es más de un lugar en específico, pero hice tantos discos de Queens que siento que en algún momento tenía que caer mi primer disco de Montevideo. Ahora el futuro es incierto, pero yo, como te digo, hago mis músicas y luego que la gente las pueda procesar a su manera. Tampoco le puedo pedir nada a la gente, mi trabajo es componer desde mi corazón y tender un puente hacia mi audiencia. Y tampoco quiero hacer cosas tan raras que sean indigeribles. Siempre trato de hacer música con el público en mente. No digo satisfacerlos, porque si estuviera pensando en qué le gusta a la gente, no podría hacer nada. Pero a la misma vez, quiero hablar de cosas que la gente pueda entender de qué se tratan.
Ya que hablaste de la audiencia, una vez que publiques el disco lo vas a estar presentando. Tenés una fecha en Nueva York, la presentación en Montevideo y después unos dos meses de gira por Estados Unidos. Sos un artista que tiene mucha comunidad con su público. Ir a verte es como un ritual, vamos construyendo la narrativa y las canciones todos juntos, es muy especial. ¿Qué tenés preparado para estas próximas presentaciones?
El show de Montevideo va a ser súper único. Quizás después lo llevemos a Buenos Aires, ya que está ahí al lado. Va a ser la única vez que se presente así, aprovechando que estamos todos ahí, toda la gente que participó… Bueno, no toda la gente que participó, algunas de las personas que participaron y otras que no van a estar en el escenario conmigo. Soy fanático de la música de Montevideo, siempre lo fui. Me encantaría dejar una marca.
También queremos llevar los estilos a lugares que nunca han habitado. A veces veo bandas que incorporan candombe, y veo cosas que me gustaría hacerlas de otra manera. Lo voy a hacer a mi manera ahora, una manera especial de presentar estas músicas. Y luego también voy a tener que tocar algunas canciones de los clásicos, no voy a enfocarme solamente en el nuevo disco, pero va a estar impresionante.
Vamos a hacer una presentación súper especial en Montevideo. No quiero adelantar mucho, porque quiero que sea sorpresa. Todavía está armándose, pero siento que es muy importante para las personas que vamos a estar en el escenario y para la ciudad en sí, abrazar nuestra cultura ese día.
Usualmente trabajás con una banda compuesta por músicos de Estados Unidos, ¿estás haciéndolo así, o esta vez apostaste a músicos uruguayos?
Para el show de Montevideo va a haber gente de allá. La verdad no tengo banda usual, siempre es itinerante el conjunto de gente que me acompaña. Cuando vaya a hacer mi show de Montevideo voy a salir con un conjunto que me va a hacer de banda, una gente de Texas. Nada que ver, rarísimo, porque sale mi disco de Montevideo, y mis presentaciones en Estados Unidos son con unos texanos.
Eso es algo que también trato de reflejar en mi expresión, siempre va a tener la dualidad esa de persona de un lugar, nacido y criado en Montevideo, pero también haber sido inmigrante en otro país. Eso es gran parte de mi personalidad y cosa que yo abrazo. Ese Frankenstein es mi música, y quiero proteger ese espacio de Frankenstein para que nunca se haga algo. No quiero que una vez Juan Wauters sea esto, quiero que Juan Wauters sea siempre lo que es hoy, que es diferente a lo que era Juan Wauters hace 10 años.
Tenés tu identidad muy explorada, sos un artista de movimiento muy constante.
Sí, encuentro gran valor ahí, esas son las pilas de mi expresión.
Respecto a los videoclips, están el de If It’s Not Luv, Dime Amiga y Manejando por Pando. Son videos que cuentan una historia dinámica y fácil de entender, siento que representan mucho tu experiencia de ser un uruguayo que también es de Queens. ¿Qué lugar ocupa lo visual en este trabajo?¿Cómo fueron los procesos de los videos y trabajar con el equipo que elegiste?
Los filmamos acá en Nueva York, porque es mi hogar también, y el equipo con el que filmo sí es más fijo. Por ejemplo, Matthew Volz está ahí conmigo siempre. A él lo conozco casi desde que llegué acá, éramos unos muchachitos cuando nos conocimos, y hasta el día de hoy es una de las voces que escucho siempre. Él estaba incorporado, Fatos Marishta también, él hizo cámara. Lucía Garibaldi, quien es la mamá de mi hija y mi pareja, también está en el mundo audiovisual y participó en la creación de esto, y Eric McLeland, que forma un conjunto con Fatos Marishta, actuó en el video de Manejando por Pando.
Desde un principio me gustó explorar lo visual tanto como explorar la música. Por suerte desde que empecé a hacer música existe YouTube, la plataforma nos deja presentar imágenes con nuestra música. Es algo que exploro y disfruto, hay mucho para contar ahí. Hace tiempo que queríamos hacer un conjunto de videos que cuenten una historia, pero que a la misma vez puedan ser vistos individualmente y se sostengan entre sí, que no sean dependientes unos de los otros.
Primero siempre pensamos en las locaciones para después poder pensar en la idea. Quería comunicarle a mi fanaticada que soy papá sin tener que exponer a mi hija en las redes sociales. No quiero tampoco estar mostrándola en las redes, nunca muestro cosas de mi vida personal. En las redes es más bien Juan Wauters creativo, Juan Wauters persona está por el otro lado, que en realidad es lo mismo, estás hablando con Juan Wauters persona acá. La cuestión es cómo puedo decirle de una manera sensible a mi público que pasó algo tan importante en mi vida, no lo quería ocultar ni hay por qué, y dije “bueno, vamos a involucrarlo en un proceso creativo”, y tuvimos la idea de mostrarla como en esa película ¡Cuidado! Bebé Suelto, en inglés se llama Baby’s Day Out, quedando un bebé por ahí.
También quería comentar sobre algo que siempre comento en mis canciones, y es algo que pasa mucho por mi mente, y es el qué podemos hacer nosotros como personas para escaparle a la vida que nos toca, a que se abusen de nosotros en un trabajo que no nos gusta, por qué siempre nos exponemos a eso y dejamos tantas horas en algo que no nos da tanto, que nos pone tristes. Yo por suerte pude zafar, de cierta manera, porque trabajé miles de años en una fábrica también, de a poco he podido salir, pero también estoy muy sensibilizado porque tuve que salir, y me acuerdo de cuando tenía que trabajar y dejar mis cosas creativas de lado y me deprimía, me ponía triste y me ponía a llorar . En un momento me tuve que hacer cargo de que no puedo dejar de lado esto, lo que había que dejar de lado es lo otro, y de a poco hemos encontrado una relación, que para mí es muy importante.
Y también quería comentar un poco qué pasa si después tenés muchísimo dinero: ¿qué pasa si hoy me hago rico? ¿Cambiará mi sensibilidad, mi manera de ver el mundo o compartir mi música? ¿Por qué comparto música? ¿Porque es un trabajo, o porque en realidad quiero? Todas esas preguntas quisimos desarrollarlas en los videos, entonces creamos esos guiones a través de este colectivo que te comento. Entre todos hicimos conversaciones y surgimos con esta historia de una persona que trabaja, tiene visiones de que es un músico popular y canta en su trabajo pero el jefe siempre lo putea, y en un momento dice “me voy a la mierda” y es libre, pero después al otro día quiere comprarse algo y no tiene plata, porque no tiene trabajo. Pero al final del video consigue plata, ¿y qué hace él cuando tiene plata? Ahí arrancó, y por suerte con este equipo que tengo venimos de una escuela de hacer cosas por amor al arte, entonces filmamos de maneras bastante rudimentarias, aunque parecen pro, pero somos dos. A veces voy a filmar al set de algún amigo y hay unas quince personas y pienso “wow, ¿cuánta guita gastan en esto?
En mi opinión, tu estética visual va mucho con lo que es tu sonido. Transmite fluidez y se nota que el recurso creativo tiene más valor que los millones que puedas gastar.
Definitivamente eso es lo que más vale, desde nuestro punto de vista eso es el máximo valor. No tenemos tanta plata, pero nos tenemos mucha fe en el recurso creativo.