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Japanese Breakfast: “Creo que eso es la melancolía femenina: una indagación interna que se convierte en una rebelión contra la violencia y los malos tratos” [ENTREVISTA]
Japanese Breakfast regresa con su cuarto álbum, For Melancholy Brunettes (& Sad Women), un disco en el que las metáforas y múltiples perspectivas crean un cuadro de naturaleza muerta para reflexionar sobre el paso del tiempo y la añoranza.

Por: Gabriela Montiel
Publicado el: 24/03/2025
A un día después del lanzamiento del cuarto álbum de Japanese Breakfast, For Melancholy Brunettes (& Sad Women), la banda liderada por Michelle Zauner logra consolidar una visión artística contundente en la que se explora la melancolía como un devenir acuoso y pulsante.
Cabe decir que, desde su segundo álbum, Soft Sounds from Another Planet (2017), la banda ya se había posicionado como una revelación en los géneros del indie pop y el dream pop, pero fue hasta el éxito de Jubilee (2021) que lograron presentaciones en talk shows importantes de Estados Unidos y dos nominaciones de los premios GRAMMY.
Quizá los colores brillantes y melodías más dulces que se pueden escuchar en Jubilee se tornaron en canciones más sofisticadas y con arreglos orquestales en un álbum mucho más conceptual como éste. El primer sencillo, “Orlando in Love”, abrió este panorama narrativo más delicado, ya que es una reimaginación de un poema épico del periodo romántico, y en el video musical 一dirigido y protagonizado por Zauner一 podemos ver a la artista encarnar a un héroe en la búsqueda de amor. Esa búsqueda rige los caminos del disco, donde la pasividad y el caos interno resuenan como un eco en las acentuaciones de la guitarra y el bajo.
Parece ser que la vulnerabilidad, aunque ya explorada en su memoria Crying in H Mart (2021), es el eje temático que Michelle Zauner junto con su banda seguirán explorando para tejer sutiles arreglos sonoros que dirigen a una introspección que vibra en la fragilidad.
Tu nuevo álbum For Melancholy Brunettes (& Sad Women) saldrá el 21 de marzo de este año. Quisiera hablar de tu primer sencillo, “Orlando in Love”, el cual toma inspiración del poema épico inacabado, Orlando Innamorato, ¿ves paralelos en la naturaleza abierta del poema y el como tu música se desenvuelve narrativamente?
Sí los veo. La verdad no sé qué tanto fue intencional y qué tanto se desarrolló naturalmente, pero para mí sonaba casi como olas. Es muy interesante porque este disco trata mucho sobre el agua y la melancolía es un estado acuoso. Pensé que esta idea sería una gran tesis para el álbum; que Orlando sería un avatar poderoso, un buen protagonista quien representara el disco. Sé que la gente no esperaba una canción así para ser el primer sencillo, pero asentó el tono que yo necesitaba para que el álbum se extendiera en su totalidad.
Y el video musical es visualmente bello. Tanto en el video como en la portada, las vestimentas muestran una variedad de texturas desde telas finas hasta trajes sofisticados. ¿Hay conexiones entre estas texturas y la forma en la que creas capas de sonido en tu música?
¡Wow! Esa es una gran pregunta. En este álbum, más que en los otros, las capas de sonido son más delicadas y complejas, así como los tonos son más ricos y sutiles. Creo que me recordaban a los visuales y telas que usé para representar a este personaje, lo que sentía muy delicado y detallado. Puedo ver un paralelismo en las texturas.
Y estos personajes vienen del periodo del Romanticismo, que algunas veces son reescrituras de la mitología griega o tenemos a otros personajes como el “poeta atormentado” ¿Sientes que encarnaste a estas figuras en las canciones?
De alguna manera, este álbum contiene casos de estudio, casi episódicos, de distintos personajes, quienes están en un momento de su vida en el que reflexionan sobre sus arrepentimientos; cómo el balance de sus existencias ha sido corrompido; cómo han sido seducidos por alguna ambición o deseo; o piensan que están en un lugar donde realmente no querían acabar. Todas estas situaciones los llevan a sentir melancolía.
Y la melancolía normalmente está relacionada con lo femenino. Muchas veces vemos a las mujeres afligidas en el arte y la literatura. ¿Te involucras conscientemente con esta asociación histórica? ¿cómo observas que el género configura la manera en que experimentas y expresas la melancolía?
Es algo muy interesante. Diría que estoy de acuerdo con esa relación. Hay una línea en “Honey Water” en la que canto: “So it goes, I don’t mind” (“Todo sigue, no me importa”) y dos productores hombres con los que trabajé me insistían en cambiarla porque no la entendían; no comprendían por qué repetiría algo que suena muy pasivo. Creo que eso es la melancolía femenina: un encierro interno que se convierte en una rebelión contra la violencia y los malos tratos. He visto a mujeres hacerlo y también he reaccionado de esa manera. También pienso que este álbum incluye perspectivas masculinas y perspectivas de mujeres que han sido lastimadas por hombres o que incluso, les temen. Esa dinámica la tenía en mente cuando escribía las canciones.
Y esta mentalidad masculina también lo relaciono con otro famoso Orlando, el de Virginia Woolf, un personaje que cambia de género a través de la historia.
Por otra parte, la portada es una reimaginación de una pintura de naturaleza muerta, en la que incluyes un cráneo (memento mori) ¿qué clase de momentos efímeros crees que capturaste en el nuevo álbum?
Las canciones son como observaciones. De alguna manera, son cuentos con enseñanzas (“moral tales”) sobre errores cometidos, y que no hay necesariamente un juicio sobre ellos. Me interesa mucho esos momentos que a simple vista parecen mundanos y fugaces, pero en realidad revelan la lucha constante de la gente. Esas situaciones efímeras tienen un gran impacto en tu vida y pueden cambiar tu manera de pensar. Creo que la escritura de cuentos o de ficción más corta debe ser concisa, o eso pienso cuando los escribo. De hecho, muchos de los cuentos más poderosos se centran en esos momentos mundanos, pero hay un gran conflicto interno. La música debe ser igual, incluso la duración es mucho más corta, por lo que, en cierto sentido, la música es más impresionista.
Ya que mencionas escribir ficción, ¿cómo crees que tu composición y lírica ha evolucionado desde tu primer disco Psychopomp y, en especial, después de haber escrito tu memoria Crying in H Mart?
Me convertí en una escritora más fuerte. En cuanto más haces algo, ganas más experiencia He aprendido cosas sobre la música que no había considerado cuando era más joven: algunos cambios de acordes que suenan más interesantes, cómo incorporar ciertos arreglos, sobre producción.
Por otra parte, mi libro, al ser exitoso, me dio validación y me dio confianza como letrista, como si me tuviera que aferrar a ese talento mío. También creo que la gente me toma más en serio como escritora después de ese logro. Ahora me siento más a gusto con mostrar mis habilidades en mis letras y en todo lo que escribo.
¿Te sientes con más libertad de escribir o eres más exigente contigo?
Extrañamente, me siento más libre. Para mí, el cuarto álbum es como “el álbum de artista”. Después de Jubilee (2021) y mi libro, me sentí con libertad de explorar cualquier cosa que quisiera. Si eso es lo más grande que puedo llegar a ser, entonces está bien, porque podré hacer lo que quisiera y sé que habrá algún público que le guste. Haré lo que me interese y tendré fe que la gente se tome el tiempo de conocer mis proyectos.
Por otra parte, sé que has estado aprendiendo coreano, el cual es un idioma complicado. ¿Piensas diferente ahora que has usado las estructuras gramaticales del idioma coreano y por supuesto, que te has experimentado la cultura?
Por supuesto. Creo que he tenido una vida más callada desde el año pasado que viví en Corea. Me convertí en una mejor oyente, en alguien más pasiva porque estaba limitada por el lenguaje. Siempre he hablado mucho, tengo una personalidad de mucha energía, y ha sido algo nuevo sentir un lado mío mucho más gentil. Sé que suena extraño y es algo a lo que no te gustaría aspirar, pero me ha hecho sentir que está bien no hablar tanto. Además, es algo muy poderoso ser más considerada, saber sobre la forma en que te presentas con los demás, y así ser alguien más privada y hablar con más intención.
También hay mucha formalidad en el idioma coreano; recuerdo que tuve un shock cultural cuando regresé a Estados Unidos porque la forma de hablar era mucho más directa, familiar y cariñosa de alguna forma, ya que en Corea no se abrazan tanto e incluso si sales con alguien unas cuantas veces, debes seguir hablándole formalmente. De hecho, debes pedir permiso para poder hablar con alguien de manera casual. Sin embargo, eso te hace más cercano a las personas porque la relación es mucho más genuina y real porque sientes que te la has ganado. Fue algo muy esclarecedor, igual acercarme más a mi cultura y familia. Fue algo muy poderoso.
Al hablar de lenguajes, creo que la música también se convierte en uno. ¿Piensas que la música está ahí para expresar algo que las palabras no pueden?
Definitivamente, siempre lo hago. Cuando no encuentro la forma de decir algo en una conversación siempre recurro a la música, o tengo canciones en las que siento como si la guitarra u otro instrumento hablara por mí. A veces pienso que la música es más poderosa que algunas palabras, pero también son mucho más eficientes cuando las palabras y la música trabajan juntas para dar un mensaje.
Creo que eso dirige a que la gente etiquete tu música como dream pop, ¿crees que este género te quede?
No soy muy rápida en definir mi música, pero disfruto mucho aquello que llaman dream pop. Hay elementos fantásticos y exuberantes que yo asocio con ese género y realmente no me molesta que me etiqueten.
También tuviste la experiencia de estar en tour con una de las más grandes bandas de shoegaze que es Slowdive. De alguna manera, esa interacción influyó en tu música.
Abrir para Slowdive ha sido de las cosas más memorables de estar en tour. De hecho, los vi en Corea el año pasado cuando tuvieron un concierto. Seguimos siendo amigos. Rachel (Goswell) fue una de las primeras personas en mi carrera que me hizo tener fe en mí misma. Al final del tour, ella me dijo que me veía llegar muy lejos y eso significó mucho para mí, porque amo su música, amo Slowdive. Los he visto en vivo y son extraordinarios y creo que su concierto ha sido de los mejores que he visto en la vida, incluso lo sigo pensando después de años. Suenan como una banda que en toda su vida han tocado juntos y eso es muy inspirador, ya que existe una cierta química que no se puede replicar. Si solo tienes músicos que cambian cada tour, no podrás copiar esa dinámica que tiene un grupo que han tocado juntos por mucho tiempo. Eso es muy especial para mí porque ahora tenemos este grupo de seis miembros y comenzaremos con el tour dentro de poco y me emociona ver hacia dónde se desarrollará esa química en la banda. Slowdive es un gran ejemplo de esto.
Mi última pregunta va sobre el comentario en tus redes sociales cuando publicaste el video de “Orlando in Love”. Me llamó la atención que escribieras: “Me dijeron que ya nadie ve videos musicales” ¿A qué se debe este cambio en el público y qué esperas de tu forma de narrar en el medio visual ahora que dirigiste tu video?
Creo que la capacidad de concentración de las personas ha sido afectada por las redes sociales, además de que hay más énfasis por los videos verticales y clips cortos. Tal vez tengo un alma vieja, pero siempre pensaré que los videos musicales son una forma de arte que realmente disfruto y con la que me involucro. No quiero cambiar eso, pero en el futuro pensaré cómo éstos pueden trasladarse en distintas plataformas. Hay artistas que siguen haciendo videos increíbles y también lo traducen en clips. Lo tomaré en cuenta y pensaré en las distintas formas en las que se hacen.
¿Te gustaría hacer un proyecto más grande como directora?
Me encantaría. Hasta ahora solo he sido directora de videos musicales y éstos no tienen diálogo; así que me gustaría incorporar mis habilidades como escritora y directora en una sola pieza. Me encantaría tener esa experiencia y espero sea pronto. Sin embargo, tengo otros proyectos grandes que debo terminar antes.
Escucha el nuevo álbum de Japanese Breakfast For Melancholy Brunettes (& Sad Women):
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